Regresé a mirarlo con ternura.
─Inhala amor, exhala paz ─le dije.
Él me sonrió.
─ ¿Realmente luzco como si estuviese a punto de perder el control? ─me preguntó divertido.
─Solo un poco.
Aidan echó la cabeza hacia atrás y se rió con ganas.
─Recuerdo haberte dicho lo mismo ─me recordó.
─Sí, me gusta robarme tus frases ─sonreí.
Él suspiró.
─Pareciera que fuese hace mucho tiempo.
Asentí.
─Sí ─dije─. Y sabes, aún podemos salir corriendo.
Aidan negó con la cabeza.
─No, tenemos que hacer esto.
─Bien ─repuse─, es hora del espectáculo.
Toqué el timbre y mi padre ya estaba allí, esperando por nosotros.
─ ¡Felicity! ─dijo él con entusiasmo y me abrazó, dejándome paralizada.
─Padre ─dije y me alejé de inmediato porque sabía que esto era parte de su show, no porque realmente estuviese feliz de verme.
─Tú debes ser Aidan ─le dijo con una sonrisa y también lo atrajo en un abrazo─. Felicity me ha contado mucho sobre ti ─explicó en cuanto se alejó y negó con la cabeza, aun sonriendo─. En fin, estoy muy feliz de que ambos hayan podido venir.
─Sí, nosotros también ─Aidan le devolvió a sonrisa, haciéndome sentir orgullosa de lo bien que se le daba esto.
─Bueno, llegaron justo a tiempo, ─continuó mi padre─, y estoy consciente que ustedes conocen a los futuros esposos, así que sé que estarán muy felices de verlos.
─Espera, ¿qué? ─inquirí, totalmente perdida.
─Oscar y Lana ─respondió tranquilamente con una sonrisa aún más grande que la que cargaba─. Llegaron a tiempo a para su boda y se llevarán una gran sorpresa cuando los vean aquí ─nos dio un guiñó─. Vengan, síganme.
─Apuesto a que lo harán ─dije con una sonrisa perfecta, pero en realidad quería golpear a Robert Harris. Muy muy fuerte.
El maldito había planeado esto. Había planeado traernos aquí para la boda de Oscar y Lana sabiendo que eso nos tomaría con la guardia baja y nos dejaría completamente indefensos. Sobre todo por el hecho de que ahora había más gente en peligro y estaríamos mucho más preocupados por ponerlos a salvo que por nuestra propia seguridad.
─Esto no es bueno ─me susurró Aidan mientras lo seguíamos.
No, no lo era, pensé.
Si Lana no sabía que íbamos a venir, cuando nos viera ella podría meter la pata y eso iba a joder las cosas.
Aidan tomó mi mano y la puso en el centro de su pecho, recordándome el beso rojo que dejé marcado sobre su pecho para ayudarlo a mantenerse distraído en otra cosa y no pude evitar, a pesar de la situación en la que nos encontrábamos, morder mi labio inferior mientras imaginaba arrancarle la ropa y terminar mi tarea de llenar todo su cuerpo de la misma manera.
Nuestras miradas se encontraron y si mi padre no estuviese frente a nosotros de espaldas y nos hubiese visto, todo se habría ido a la mierda porque sabría que no solo él estaba enamorado de mí, sino yo también de él, porque esa mirada transmitía todo lo que sentíamos. Amor, deseo, preocupación, coraje, motivación y decisión. Y más que nada nos transmitíamos esa fuerza que el otro necesitaba para mantener la calma.
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Enfrentando Al Destino (Destino #3)
ActionEsta novela, secuela de Huyendo Del Destino y tercer libro de la trilogía Destino, es narrado desde el punto de Felcity y Aidan. Dos protagonistas que se abrieron el uno al otro y descubrieron sus secretos; y aquello que los amenazaba con separarlos...
Capítulo 14
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