Capítulo 74. Caras vemos, historias no sabemos.

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Todos volvimos a estar callados.
En el transcurso del día, el clima va empeorando. Parecería que fuera a llover, debido al cielo tan gris que había y el aire tan fuerte.

—El clima es una señal de que no vayas a su casa. -Reí-

—Cálmate Jake. -Le dije-

—¿Me avisarás todo? -Me preguntó Jacob-

—Claro que sí. -Le dije

—Hablo en serio________. -Dice Jacob mientras todos caminamos al estacionamiento- Si algo pasa, si ves algo sospechoso, si algo te trae un mal presentimiento me marcas ¿Okey? -Reí a lo sobre protector que es-

—Nos mandas tu ubicación. -Me dijo Niall-

—Número de la casa. -Dijo Cody-

—La dirección. -Especificó Jake-

—Tipo de sangre, talla de jeans, código postal, lo básico. -Volvimos a reír a todo lo que decía Dylan-

—Con cuidado nena. -Me dice Jenn-

—Tranquilos. -Dije al quejarme- Caras vemos, historias no sabemos.

Al salir de la escuela, no hay alguna señal de él, lo busqué con la mirada por el estacionamiento y nada. Volví a adentrarte a la escuela a recorrer los salones para ver si seguía en clase. Llegó un punto en el que ya he pasado cada uno de ellos.

—Profesor, ¿No ha visto a Travis Hobbs por aquí? -Pregunté al asomarte a un salón vacío donde el profesor se encuentra en su escritorio-

—Aquí estoy. -Dijo una voz masculina detrás mío-

Sobresalté de nuevo.

—Ahí está. -Dijo el profesor obvio sin dejar de ver sus hojas-

Volteé a verlo.

—Travis. -Dije recuperando mi mismo ritmo cardiaco- Me espantaste. -Él soltó una risa-

—Acabo de salir de mi última clase.

—No te vi cuando pasé. -Dije mientras ambos salimos al pasillo-

—¿Ya nos vamos?

—Claro. Te sigo.

Salieron de la escuela, ibas siguiendo a Travis en su carro gris. En realidad creías que todos tenían una mala impresión de él, lo molestaban por el hecho de estar solo la mayoría del tiempo, y en el peor de los casos, sabrías cómo defenderte de él. Comenzó a irse por rumbos que no tomabas mucho de Inglaterra, en realidad era una zona muy solitaria y boscosa, pequeñas gotas de agua comenzaban a caer del cielo en el vidrio de tu carro mientras que se empezaba a nublar cada vez más. No más de una hora hicieron de camino, era una zona muy solitaria, de hecho, recordaste que hace un año aproximadamente, mataste a dos hombres cerca de ahí. Por supuesto que no le dirías eso a Travis. Era una zona dónde había un pueblo muy peculiar, con supermercado y tiendas que estaban cerca entre ellas, había casas por el lugar, pero la casa de Travis estaba alejada de todas y de todo al parecer. Llegaron a un lugar donde era bosque abierto completamente, había una gran casa a lo lejos y hacia arriba, teniendo muchos escalones en el bosque para llegar a ella, demasiados debías decir, alrededor de cincuenta grandes y anchos  escalones, de cemento. Una casa sumamente grande y rústica al buen ojo que tenías a lo lejos, se veía que tenía muchos años la casa debido al tipo de madera por fuera, desgastado y gris. Estacionaron ambos carros para comenzar a subir las grandes escaleras.

—Debes cansarte cada vez que subes. -Él rió mientras subían los últimos escalones para la puerta-

—Uno se acostumbra.

Sacó sus llaves para comenzar a abrir la gran puerta de madera, abrió dejándote entrar primero, entraste a un pequeño cuarto dónde se encontraba otra puerta frente a ti. Él rió al ver tu confusión de dos puertas, una tras la otra. Cerró la primera puerta, yendo a abrir la segunda.

—Así venía la casa. -Soltó otra ligera risa-

—Nadie podrá entrar. -Dijiste un punto a favor-

Abrió ahora si la otra puerta para ya entrar a la casa, dejándote nuevamente entrar primero.
Un olor a viejo, loción de hombre y madera rústica invadió tus pulmones. Era una casa diferente y curiosa por todos lados con un sabor amargo, de madera al cien por ciento, pero sin quitar la elegancia en los cuadros y los candelabros de luz. Una casa con un toque de gente mayor como para que sea casa de Travis, te llamó demasiado la atención que hubiera un piano, pequeñas figuras de animales de porcelana, en las paredes había cuadros que eran completamente diferentes a los cuadros convencionales en las casas. No era una casa fea, era una casa diferente.

—¿Tienes hambre? -Preguntó atento- ¿Quieres algo de tomar?

—Algo de tomar estaría bien. -Dijiste con una sonrisa-

—Si quieres, hago las bebidas mientras conoces la biblioteca. -Caminó unos pasos- Todo derecho, y a mano derecha está una puerta de madera negra. Ahí es. -Señaló con su brazo-

No quiero entrar sola, pero tampoco puedo decirle que no, así que asentí con una sonrisa mientras comienzo a caminar por el pasillo. Está lleno de cuadros y manualidades rústicas y viejas, admiro la alfombra que es todo el piso, y los candelabros colgando. Observé la puerta negra, lentamente comencé a abrirla haciendo un ruido con la perilla rechinando. Visualicé un apagador a un lado de la puerta, me adentré a un cuarto obscuro. Al entrar encendí la luz pequeña, que empezó a parpadear y crear corto. Mientras el foco tiene mi atención, la puerta se cerró, y así, la luz sigue parpadeando. Mi corazón comenzó a latir rápidamente, la puerta ya no abre. ¡Mierda _______! Mi cuerpo comienza a temblar mientras trato de pensar en qué hacer. Debí haberle avisado a Jacob en dónde era. ¡Carajo ________! Y vengo sin ningún arma. Mi corazón está a mil latidos por minuto, mientras que mi cabeza está llena de pensamientos de que Travis me ha encerrado aquí. No puedo gritar, sería inútil hacerlo, sigo desesperada tratando de abrir.

He caído directo a una trampa.

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