-Por mi está bien. –me encojo de hombros al Alexis no responder nada y quedarse más pálido de lo normal, respondo rápido por la simple razón de que no iba a permitir sentir más está extraña opresión en mi pecho, una opresión que quema. Es solamente una vida más que elimino.- La trasformación, en esa etapa que estarás muerta mientas te transformas es de tres horas, yo mismo te convierto calculando a que tu cuerpo llegue exactamente cuándo va despertar a la habitación de Elena. –

-Esperaba que lo hicieras tú. –sonríen rodando los ojos, una sonrisa que extrañamente respondo pero que sacudiendo la cabeza hago que mis labios vuelvan a ser una fina línea.- Te llamas Alexis ¿Cierto? –mi pálido amigo asiente aún manteniendo sus ojos perdidos en la nada.- Tranquilo que no tengo nada que perder como ya dije, de igual manera esto que llevo ahora, estar huyendo a cada momento, creándome vidas falsas, ocultándome de Elena simplemente no es vida. Así que si muero o no está demás. –

-Tu hermano. –traga un nudo en su garganta el ir recuperando poco a poco la compostura.- Tu hermano supongo que le informa a Elena todo lo que va pasar. –asiente lentamente Anastasia sin comprender su punto.- ¿Entonces como no le va informar este plan? –

-Como todo poder tiene puntos negros, cosas en las que no se puede meter. No es perfecto y yo conozco sus fallas. –sonríe como si lo tuviera todo perfectamente planeado, es extraño que todo esa idea se le haya ocurrido únicamente mientras dormía. He de reconcomer que me está sorprendiendo un poco, me está sorprendido que tenga todo tan perfectamente ajustado.- Y yo puedo jugar perfectamente con los puntos de ciegos de él. –

-¿Estás segura? –pregunto de nuevo en un patético susurro.

-Tranquilo, Christian que pase lo que pase tú no te verás involucrado. Podrás ser feliz en la China si así es que lo deseas. –

Sus palabras aunque son verdaderas me molestan en cierto punto, esto es lo que me pasa por andar de condescendiente. Alexis se mantiene en silencio hasta que niega con la cabeza dándose la vuelta.- Voy a traerte algo que comer. –camina en dirección a la puerta con la respiración un tanto agitada, sabe perfectamente que esa idea es patética pero yo que sigo pensando fríamente –o eso intento- sé que no es tan tonta. De igual manera va morir, al menos que tenga una pequeña oportunidad para salir viva de todo esto.

Pero mis pensamientos lógicos quedando cortados al estar solos, mi sangre se enciende al la puerta cerrarse, trago un nudo en mi garganta tratando de controlar este impulso que crece en m, que hace despertar a mi miembro al el sonido de la puerta de más abajo cerrarse fuertemente causando un detonante de mucho deseo en mi interior, un detonante que extingue todo pensamiento lógico. Veo como ella mira perdidamente a las afueras, lo que le permite ver sus ojos humanos, veo como sus senos en ese sujetador crecen y descienden conforme respira –crece y desciende al igual que el placer en mi cuerpo- sus dedos tocan sus muslos, sus piernas están un tanto abiertas como cediéndome una invitación que pienso coger sin ningún problema, me pienso clavar hasta el fondo de ella.

Me veo cegado por la pasión, por la lujuria del momento que arde en mi piel, un volcán se enciende en mí, se enciende en mi pene. Me convierto en una animal salvaje, sé perfectamente que ella no tiene la culpa del deseo que ha provocado en mí el leve estiramiento que ha hecho a su cuello haciendo que quede más a la vista, que vea esa deliciosa vena que surca su blanco cuello. De lo único que es culpable es de estar encerrada en este cuarto a solas con este vampiro con sed de sangre, con sed de sexo que calienta cada célula de mi cuerpo, con sed de su sexo. Es culpable de ser malditamente hermosa.

-¿Qué es lo que pasa? –pregunta un tanto aturdida cuando su cuerpo cae en la cama, sin ninguna compasión la he lanzado ahí. Las cadenas las he destruido dominado por mi animal interno –nunca me pasa esto- no me controlo para nada mientras estando recostada en la cama abro sus piernas luego de haberle retirado su pantalón, su blusa también es despojada sin ningún problema. Se queda únicamente con sus bragas y aquel sujetador, se queda con esa diminutas prendas que causan que la bragueta de mi pantalón se vea tensada por el endurecimiento de mi falo, de nuevo me pongo duro. Ella traga un nudo mirando mis ojos fieros.- Pensé que teniendo el plan se te olvidaría aquella loca idea. –

Sediento de ti (Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora