–Gracias –continúo con mi trabajo en silencio mirando a Maryse de reojo.
Me recuerda un poco a mi madre, sólo que ella tiene finas cicatrices en la barbilla. No dudo que haya pasado por algo más duro que pelar papas.
Cuando todas las papas están cocidas, yo me encargo de aplastarlas hasta darles textura de crema, mientras Maryse prepara la salsa.–¿Qué huele tan delicioso? –Isabelle entra a la cocina.
–Oh hija, qué bueno que llegas –Maryse deja de mover la cuchara en la olla.
–¿Quieres que te ayude a cocinar?
–No, necesito que lleves los platos, vasos y cubiertos.
Isabelle rueda los ojos y yo sonrío de lado. Ella siempre quiere estar presente en la cocina, pero su madre no la deja. Isabelle toma los platos y los lleva murmurando algo entre dientes que según escucho lleva las palabras "Algún día" y "estúpida sopa de tomate".
–Creo que deberías dejarla intentarlo –digo cuando Isabelle sale con los platos.
–Si valoras tu vida no volverás a decir eso.
–No puede ser tan terrible.
Isabelle entra de nuevo, y aun murmurando en voz baja, toma los vasos antes de salir.
–Escucha, Jonathan, amo a mi hija, pero tengo lengua y sé diferenciar entre una sopa de tomate y algo sacado de la basura.
Rio sin poder controlarlo y Maryse parece satisfecha con mi reacción, tanto que también comienza a reír. Sigo con mi trabajo de triturar las papas y cuando finalmente están listas y la mesa puesta, Maryse lleva la cacerola donde coció la carne con cebolla y yo llevo el recipiente con el puré.
En la mesa veo a Robert, Alec, Isabelle, Jace y Clary. No escuché cuando llegaron.–¿Cómo les fue, Jace? –pregunto sirviendo puré en cada plato– ¿Tenían tu color?
–Púdrete, Verlac –responde en tono despectivo.
–Vamos, Jace, no seas un amargando –lo regaña Isabelle–. Mejor cuéntenos si ya tienen el vestido.
–No –responde Clary. Desde que volví a verla después del ataque al Dumort tengo una molesta sensación en la cabeza, como si quiera recordar algo–. Pero la prueba ayudó para que vieran el tamaño del dobladillo.
–¿Más dobladillo? –Alec sonríe de lado–. Sé que eres chaparra, pero no es para tanto... ¡ay! ¿Por qué me pateas?
–¡No le digas chaparra a mi novia! –grita Jace molesto.
–¡¿Pero qué mierda te pasa?!
Jace se levanta de pronto golpeando la mesa tan fuerte que algunos vasos y platos se voltean y rompen al caer.
–¡Jace! –chilla Clary.
Jace da media vuelta y se va dando pisotones. Clary lo sigue sin dudarlo y el resto nos quedamos en la mesa.
–¿Qué acaba de pasar? –pregunta Maryse sorprendida.
–No lo sé.
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Siete Latidos ||Jonalec||
FanfictionUn latido, Jonathan me mira. Dos latidos, yo lo miro. Tres latidos, Jace alza su pistola. Cuatro latidos, Jonathan cierra los ojos. Cinco latidos, doy un paso al frente. Seis latidos, Jace grita y aprieta el gatillo. Siete latidos, la bala sale...
|| Viraha ||
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