- Algo hay que hacer. - Dije entre pausas.

- ¿Como qué? No tenemos idea de lo que está sucediendo. - Cuestionó Sasha. 

- Sí. - Asentí con movimiento trémulos. - tenemos una ventaja. - Afirmé mientras volteaba a Dan. - Terminemos con el entierro, y luego charlaremos todos. - Sasha me miró confundida, al igual que mis otros dos compañeros, pues ninguno se esperaba realmente lo que les contaríamos. 

        La tumba quedó perfecta, casi a medida. Sam y Ben deslizaron el cuerpo con todo el cuidado que sus brazos les podían proporcionar y apoyaron con delicadeza a David sobre la tierra húmeda. Ninguno sabía qué hacer o decir en una situación como esta, y realmente unas palabras de despedida y respeto eran necesarias para la ocasión. Con la misma idea en nuestras cabezas, nos volteamos y esperamos a que alguno de nosotros lo hiciera. Al final, opté por ser la primera.

- David, siento que tu partida ha sido de lo más injusta, pero te prometo que algún día sabremos el por qué de tu ida. Es una lástima que no estés más con nosotros, pues fuiste un buen compañero el poco tiempo que compartimos, pero ahora estás tan lejos de toda esta desgracia que provoca en mí un cierto alivio. - Decía entre pausas. Llevé mis brazos hacia atrás y me retiré el collar que la Sra. Bell me había regalado el día de su muerte. Me arrodillé y me incliné suavemente hasta que coloqué el colgante cerca de su cuello. - Adiós, David. - Finalicé mientras observaba a Sasha, dándole pie a que comenzara a cubrir de tierra el cuerpo de mi compañero. Los montones de tierra ensuciaron las sábanas límpidas, generando un escalofriante sonido que jamás había sentido de cerca. 

        Prometí que ese tipo de muerte jamás volverían a ocurrir, pero desgraciadamente tengo fuera de control muchas de las situaciones. Por primera vez se me cruzó por la mente la idea de que nuestra pequeña comunidad no terminaría de crecer, nunca alcanzaríamos lo que hace un par de años pensamos que seríamos; la nueva generación de supervivientes. Desafortunadamente, tenía que tomar esa dura decisión que a nadie le caería bien: desistir de nuestro utópico sueño y prepararnos para la terrible batalla que se aproximaba. En algún momento los soldados nos encontrarían, o los mutantes se juntarían en contra nuestra, o lo que es aún peor, descubriríamos todas las atrocidades que realizaban detrás del muro negro. 

- Se acabó. - Dije súbitamente, llamando la atención de todos y rompiendo con el respetuoso silencio.

- ¿De qué hablas? - Preguntó Ben completamente sorprendido. 

- Llamen a los demás, es de suma importancia transmitir nuestra última jugada. - Contesté dejando atónitos a todos. 

- ¿Última jugada? - Cuestionó Sam. Giré la cabeza y lo miré fijamente, casi obligándolo con la mirada. - De acuerdo. - Decidió obedecer sin volver a preguntar. Volteó hacia Ben y compartieron la misma expresión de confusión. Ambos caminaron a través del pasadizo y corrieron en busca de nuestros compañeros.

- Chloe. - Me llamó Sasha. - Si acaso corremos peligro, sólo dilo. 

- Aún no. - Contesté suspirando. - Pero ahora que me doy cuenta, somos como fichas en un juego. Es mejor volver a tener el control de nuestras acciones, y para eso es necesario avanzar.

- Te agradecería que fueras sutil. - Agregó Dan, claramente refiriéndose a la noticia que les daría a mis compañeros. 

- No te preocupes. - Dije observando a Sam y Ben volviendo, a la cabeza de los demás. - No falta mucho para que todo esto acabe de una vez. 

- Chloe. - Suspiró Riven, casi con una voz que no le pertenecía. Desde que ella había tenido a Elizabeth su esencia se había transformado un poco, su brutalidad y su rencor se habían disipado también, y creo que hasta su vacío en el corazón se llenó. - Lo último que queríamos era perder a otro de nosotros. Pobre David, ¡No merecía una muerte tan violenta! 

Detrás De Los Muros lDonde viven las historias. Descúbrelo ahora