La Emperatriz Oscura

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—Tu poder...es mucho más destructivo que el de nosotros—murmuró Einar tomando su kunai y cortándose en el brazo que le sostenían con una absurda fuerza, ¿cómo alguien podía ser tan poderoso?

—A diferencia de ustedes que mueren con una estaca en el corazón, a mi me deben destruir por completo, no importa si me atraviesan el corazón o me corten en mil pedazos, mientras un cabello mío quede, yo me podré regenerar—la piel de Heather se estaba quebrando dejando ver una más animal—Tú sangre siempre ha sido buena, te felicito—comentó levantando el brazo cortado y bebiendo un poco de la sangre que goteaba, se saboreo y rió tontamente

— ¿Qué es gracioso? —exclamó Einar.

—Que todos ustedes, malditos traidores morirán y sobre todo tú Einar, pagarás por la muerte de Edward y Carol—Heather lanzó el brazo a un lado y ascendió unos metros en el salón—Que maravilla hace años que no liberaba mi verdadero poder, empecemos—la chica descendió en picada y con el simple batir de sus alas logró cortar a varios vampiros por la mitad, a otros los tomó y despedazo en el aire, aquella era una total masacre, Einar miraba como su plan había fracasado ¿Cómo podía ser tan fuerte? No había contado con eso, pero nunca daría marcha atrás.

—Impresionante, siempre me has deleitado, pero a todos nos tienes con restricciones de poder ¿no crees que es injusto? —exclamó Einar, en sólo segundos habían acabado con 90 vampiros de los 100 que eran.

— ¿Injusto? ¿Injusto no fue la trampa que les tendiste con tus hilos a Edward y Carol? Oh Einar esa no fue una pelea digna—comentó Heather, quien batió sus alas y desató una gran ráfaga, que mató a los vampiros restantes y ahora sólo quedaba la pelirroja que se había alcanzado a ocultar, mientras Raynard herido miraba con incredulidad el enojo de su amada, sí, lo tenía muy claro desde el momento en el cual la conoció, nunca hacerla enojar.

— ¿Cómo lo puedes saber? Tú nunca estuviste ahí—Einar simplemente estaba haciendo tiempo mientras pensaba en un plan, todo se le estaba yendo de las manos.

—Te equivocas, nunca lo dije, pero a todos los que transformo personalmente puedo acceder a sus pensamientos y visiones cuando yo quiera. Einar, yo sabía que nos ibas a traicionar, pero que acabarías con Edward y Carol fue un golpe bajo, lo mantuviste bien oculto—dijo Heather con cierto aire melancólico, después de todo a ese par lo quería como a sus hijos.

—Aún así, seguiré luchando, te derrotaré, tomaré el poder y espero que me mires con amor desde el infierno—exclamó Einar saliendo de su escondite y peleando de frente contra la vampiresa que tanto amaba, levanto su puño con su manopla en ella y los hilos de acero que la caracterizaban.

—Siempre me encanto esa obsesión que tienes por mí, pero a veces es irritante y es hora de castigarte severamente—Heather estiro su mano y movió sus dedos, con la clara de señal de provocación diciendo que viniera cuando quisiera.

Einar sin esperar corrió a toda la velocidad que podía y lanzó el primer golpe, que rápidamente fue atrapado con fuerza, para que la suelten, ella saltó y dio una patada, fue liberada, pero su brazo y pierna fueron rasguñados, su brazo fue quebrado mientras esperaba que el otro se le regenerara. Heather por su lado, simplemente retenía los golpes, no iba a esquivar golpes tan simples.

—Que ridículo—murmuró Einar, su brazo quebrado se había regenerado, pero al otro le faltaba un poco y los rasguños ya no estaban.

—Ridículo es que los Helsing dieron más pelea que tú—respondió Heather al escucharla claramente a la distancia, ésta se maldijo y espero que su brazo se lograra mover, aunque fuera un poco, el comentario de la pelinegra realmente la había enfadado ¿Los Helsing? ¿Unos simples humanos dieron más pelea? Crujió los dientes y sonrió al tener un nuevo plan, quizás no ganaría, pero se la llevaría al infierno, nunca dejaría que Raynard la tuviera para él.

—Puede ser, pero contra ellos no sacaste tu verdadero poder, a pesar de odiar a ese linaje profundamente, no, tuviste compasión porque te enamoraste de uno ¿no es así? Todo por culpa de ese maldito de Raynard—exclamó con ira Einar, sacaría todo lo que llevaba en su interior.

—Sí, me enamore de Raynard y él está enamorado de mi ¿qué tiene de malo? —preguntó la pelinegra con ironía.

— ¿Por qué él? ¿Por qué no te enamoraste de mí? Nada esto hubiera pasado y tus queridos Edward y Carol seguirían aquí—exclamó la pelirroja, el salón estaba bañado en sangre, las comunicaciones estaban cortadas, Raynard observando la pelea desde la lejanía y Heather ocupando su máximo poder contra una maltratada Einar.

— ¿Por qué? Einar, él ha pasado tanta cosas a mi lado, nos conocemos desde hace muchos años y simplemente me enamoré, ahora me aburrí de esta estúpida charla para hacer tiempo, ya te sanaste así que pelea—Heather estiro su brazo, desplegó su alas y se retomó la pelea.

Einar siguió con su ataque frontal, golpes con puños y patadas de gran fuerza, pero la pelinegra las retenía como si nada, pero ahora vendría lo mejor y sonrió, tomó la estaca de plata que le había enterrado antes, la amarró a sus hilos y simplemente imitó lo que había hecho el Helsing, con sus hilos de acero apreso a Heather y la estaca la conecto la corriente eléctrica, donde comenzó a electrocutar a la vampiresa.

— ¿Eso es todo? —las uñas de Heather se alargaron y cortaron con facilidad aquellos hilos de acero, en milésimas de segundos estaba al lado de la pelirroja, que rápidamente tomo por el cuello—Esto es por Edward—con su otra mano penetró el estómago de la chica, sacó algunos intestinos y vertebras—Esto por Carol—dejó caer a la pelirroja que estaba regenerando más lentamente y pateo su rostro contra el suelo, aquella fuerza provocó una absurda grieta, destruyó el escenario y el rostro de Einar, se podía apreciar los músculos y algunos huesos de lo que quedaba de ella.

—Te esperaré en el infierno—tras eso escupió sangre por la boca esperando el golpe final.

—Esto es por Raynard y por intentar matarme—afilo sus garras y penetró el pecho de Einar, tomó el corazón y lo aplastó—Espero una buena bienvenida en el infierno—Einar no pudo evitar reír antes de volverse cenizas y ser llevaba por el viento que comenzaba a correr por el castillo.

Heather soltó un gran suspiro, sus alas de murciélago se ocultaron, al igual que sus demás rasgos que demostraban su gran poder, sus garras y colmillos volvieron a la normalidad, aún con sus ropa destrozada por la pelea y el ataque de Einar, fue tranquilamente donde Raynard, quien estaba sufriendo por falta de sangre en un rincón del castillo, se acercó a él y le sonrió con dulzura.

—Erika...—murmuró con alegría el albino.

—Erika, Erika, dios, soy Heather sabes, aunque me gusta que me digas así—comentó la pelinegra que abrazó a su ex-cazador, lo obligo a poner su cabeza en su fino cuello y que bebiera sangre, sin rechistar éste mordió el cuello de la chica y comenzó a beber su sangre, sentía como sus energías volvían, luego se quedaron abrazados por varios minutos.

—Eres mi emperatriz oscura, tras ver tu poder cualquiera te temería—comentó Raynard que paso a estar recostado en las piernas de la vampiresa mientras ella jugaba con su blanco cabello.

—Me lo tomaré como un alago—respondió ella sonriendo.

—No sabes cuánto te amo—Raynard estiro su brazo y acaricio el blanco rostro de la chica.

— ¿Aunque de miedo? —preguntó ella posando su mano sobre la de él.

—Claro, aunque a mí no me das miedo, pero nunca pelearía contigo—dijo el albino sonriendo de manera traviesa, una risa salió de ambos y Heather se agacho para unir sus labios en un profundo beso.

Una nueva era había llegado, la era de los vampiros, a pesar de los inconvenientes con los traidores, ahora todo estaba bajo control, bajo el control absoluto de la emperatriz oscura.

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La Descendencia de DráculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora