"jamás en esta vida, tú eres todo para mí, menos una carga" me mordí la lengua para no decir nada. solo moví la cabeza de forma negativa, para que entendiera mi punto.

-bien, entonces creo que estaremos trabajando por un rato ¿eh?- miro levemente hacia donde estaba Alya, que todo el rato había mantenido un ojo sobre nosotros.

-sí... yo..- no supe que agregar sin que sonara forzado o estúpido o increíblemente comprometedor, así que lo deje pasar.

La escuela trascurrió sin incidentes, las clases fueron demasiado rápidas para mi y antes de que me diera cuenta, el día había terminado.

Marinette y yo no intercambiamos muchas palabras después de la conversación matutina, eso me generó un malestar que se acento en mi estómago por tiempo indefinido.

Ninguno había mencionado el beso que le había dado en la mejilla, la verdad no sabía que pensar. No estaba seguro si ella lo había tomado bien o ese atrevido movimiento de mi parte había sido mi condena, es decir, con ello había instalado una barrera entre ambos.

Cuando estábamos preparándonos para irnos, me decidí a hablar. Alya esperaba a Marinette en la puerta junto a Nino, pero en cuanto mi amigo vio mis intenciones, entendió que necesitaba unos minutos a solas y llevó a su novia hacia la salida del colegio.

-ehh.... Marinette- ella buscaba en su pupitre una libreta para meter en su mochila.

-¿qué ocurre Adrien?- no me miro mientras cerraba su mochila. Apreté la tira de mi propia mochila, nervioso.

-respecto al proyecto...¿cómo deberíamos organizarnos?- no quería presionar, pero si era preciso lo haría, esta era mi oportunidad para estar cerca de ella como Adrien, dejarle ver mi día a día, como Chat conocía mi historia, como Adrien descubriría mis temores, mis planes a futuro, aspectos que no podía decir sin delatar mi identidad.

-oh, no lo había pensado- estaba seguro que dentro de su mente se comenzaba a trazar un plan de trabajo- podríamos quedar después de clases, pero recuerdo que Nino mencionó que tenias esgrima o clases de chino... entonces quizás podría hacer algunos bocetos y dártelos para que los vieras y me dieras tu opinión u anotaciones.

Mi mente gritó no, podía aplazar las clases, podía hacerlas más temprano y limpiar la agenda de cualquier actividad que me impidiera estar a su lado.

-no tengo ningún problema con faltar a algunas clases, creo que un descanso sería maravilloso- su rostro me miro con una máscara digna de un juego de cartas. No vi ninguna emoción, no supe si eso la incomodaba, la alegraba o simplemente le era indiferente.

-oh, siendo ese el caso, entonces podríamos quedarnos después de clase en la biblioteca o...- se dilató más de la cuenta para decirme su segunda opción, así que era seguro que estaba dudando- o quizás estaría bien trabajar en mi casa, si gustas.

-es perfecto- no quería que cambiara de idea, no le daría la oportunidad de apartarme de ella fácilmente.- entonces estaré a las cinco en tu casa ¿de acuerdo?- parece que la deje muda y un poco sorprendida de que le dijera aquellas palabras tan pronto.

-¿no es muy pronto? Quiero decir, entiendo que debemos de trabajar duro y todo, pero tienes responsabilidades, no deberías de dejarlas solo por cumplir, ya te dije que podemos trabajar por medio mensajes y anotaciones.

-ni hablar, estoy encantado de hacer esto, y si es contigo, mucho mejor, he visto parte de tu trabajo, y creo que eres asombrosa y muy, muy talentosa.- no estaba inventando absolutamente nada. Tanto Adrien como chat habían visto sus bocetos, elegantes y sobre todo dotados de su sello personal. Esa huella que parecía decir " la vida es toda una aventura".

todos los gatos ronroneanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora