-Por cierto, como vas con lo de Dante... no he podido preguntarte sobre eso por todo lo sucedido...

<<Volvía a ver a Eli salir de la villa y tomar ese taxi... sí solo la hubiera retenido>>

-Aun no tengo nada Kobe... lo siento apenas tenga algo concreto te cuento ¿vale?

-Bueno, solo encárgate... hoy tal vez vaya a las pistas, nos vemos luego.

Le hice señas y salí de la cocina, ya estaba vestido me había levantado muy temprano, no lograba dormir mucho y no me sentía a gusto en la cama.

Camine hacia el taller donde cogí un overol y lo dejo a medias amarrado a mi cintura, quite la camisa haciéndola a un lado quedando al descubierto arriba, así al menos no ensuciaría la ropa. Ingrese bajo el Lamborghini que había acomodado hace un rato y encendí la linterna de cabeza que tenía amarrada a ella, programe la alarma del móvil, para asesorarme de tener una hora suficiente antes ir a dejar las rosas donde Eli, a pesar de que la seguí llamando su móvil sonaba ocupado.

Las horas pasaron ya estaba listo sobre el carro camino al edificio y con las rosas en el otro asiento, al menos llenaban ese vació que tanto detestaba. Al llegar aparque el auto donde siempre y deje las rosas en el mismo lugar, me quede un rato unas cuadras antes a esperarla verla pasar... pero ese momento nunca llego, habían pasado más de 4 horas sin que ella llegara, me hice la idea de que tal vez había decido pasar al bar con sus amigos, aunque era raro para ser un día lunes.

Encendí el auto y volví resignado a mi casa, de camino me iba pensando que debía estar haciendo en este momento, no podía quitármela de la cabeza. Al llegar camine directo a mi cuarto, me tumbe sobre la cama y cerré mis ojos, ahí estaba ella de nuevo... bailando en mis sueños.

Esa noche no salí me quedé dormido con la ropa puesta sobre la cama, al día siguiente la rutina fue la misma, solo que ya no tomaba café solo le pedía a And un vaso de whisky era lo único que me ayudaba a mantenerme tranquilo.

Había pasado casi una semana de que llevaba con lo mismo y no tenía noticias de Eli, este día había decido quedarme más tarde, hasta verla llegar, aunque corría el riesgo de toparme con ella, solo quería ver su figura, ya no me confortaba la idea de que se hubiera vuelto una alcohólica y todos los días llegara tarde a su casa luego de pasar al Bar.

-Maldita sea Eli ¿Dónde estás? -mis palabras se ahogaron en el viento mientras esperaba a las afueras de su departamento apoyado sobre el auto. Habían pasado más de 5 horas y no había rastros de ella.

Volví al auto hecho una furia y lo arranqué pisando al máximo el acelerador, miles de posibles escenarios pasaban por mi cabeza era inevitable detenerlos. Me negaba la idea de perderle para siempre y que se hubiera ido sin decirle a nadie.

-And ¿Dónde hay algo para hoy? -había puesto el móvil en alta voz mientras pasaba al lado de los otros carros a gran velocidad.

- ¿Estás seguro que quieres correr hoy? - su voz remarcaba la duda al otro lado del teléfono.

<<Necesito sentirme vivo y esta era la única forma que conocía de hacerlo>>

-Si... solo dame una maldita dirección y no preguntes más- le dije en seco.

-Bien ahí va te la he mandado por mensaje... y Kobe cuídate amigo no hagas nada estúpido.

El celular sonó al recibir el mensaje de And y le colgué.

Conduje como un ciego que sabe el camino hasta la dirección que me había dado, pero antes de llegar frené en seco, sentí que me estaba ahogando y se me formaba un nudo en la garganta, mis manos sudaban. No me sentía en condiciones de correr, realmente no tenía ganas de estar ahí, una chica que estaba enfrente de mi carro me reconoció e hizo señas en mi dirección, pero no le respondí el saludo, eche marcha atrás y di un giro derrapando en las ruedas traseras y salí echando humos hacia la villa.

<< ¿Qué es lo que me está pasando? ¿Qué es todo esto? no lo logro comprender, todo esto era una tortura, así es como debían sentirse esos tipos de las telenovelas que ve Isa, que siempre dejan abandonados>>

Al llegar deje el auto en la entrada de la villa y baje caminado a pie así el aire refrescaría mi cuerpo agobiado. Entre a la cocina donde estaba And tierna mente conversando con Isa, sentí tanta enviada por ellos que debieron notarlo. Me dejé caer sobre un banquillo en la barra y cogí un vaso y con la otra mano la botella de mi trago predilecto.

- ¿Qué paso hermano? Pensé que estarías en las pistas esta noche-En sus ojos se notaba que estaba preocupado le hizo señas a Isa para que nos dejara a solas.

-Nada, no pude ir... -le tendí un vaso lleno mientras yo bebía del mío.

-Ya veo...-el cogió el vaso y bebió un sorbo.

-No la puedo encontrar...-sentí que le nudo en mi garganta se aflojaba.

- ¿Intentaste llamarle?

-

- ¡Jah! todos los días... -mi tono de voz era casi un murmullo -simplemente ella desapareció... no está, es como si la tierra se la hubiera tragado.

Se quedo por un instante pensando, como si ideara un plan.

-La gente no desparece, así como así.

- ¿Qué quieres decir? -podía ver algo de esperanza y quería aferrarme a ella con todas mis fuerzas.

-Ella debe tener un lugar de trabajo y amigos, alguien debe saber dónde está.

-No lo sé yo no conozco a sus amigos...-Sentía que volvía a hundirme en un pozo sin fondo.

-Esto se siente horrible, es como si ... me pellizcaran por dentro... es una maldita tortura, simplemente no puedo controlarlo -di un fuerte suspiro como si me faltara el aire.

-Eso querido amigo... ya eres uno de nosotros, estas metido hasta las patas, enamorado de esa chica como un loco y nada te calmara más que ella o esto- señalo mi vaso que ya estaba vació, volví a llenarlo.

- ¿Y bien que sugieres que haga? - lo mire expectante.

-Max...

-No tú estás loco, me estás diciendo que hablé con el tonto de Max -solté una risa irónica.

-Eso o buscas a alguien más que pueda saber su paradero...

Luego de la larga conversación que tuve con And me fui al cuarto de estudio con el vaso de whisky en mis manos, cogí mi instrumento y lo abrace fuertemente entre mis brazos, era lo único que tenia de ella y quizás me pudiera guiar, lo presione con más fuerzas y un cálido liquido se derramo por mis mejillas, no dejaban de salir, lo hice a un lado y lleve mis manos a mi rostro refregándolo en ellas.

-Eli... ¿Dónde estás? -me tumbé sobre el berge y cerré mis ojos imaginado me junto a ella.

Eternamente TuyoWhere stories live. Discover now