Aunque eso no quería decir que se lo fuera a decir a Mike porque los mataría, ya que empezamos con esto cuando yo todavía estaba bajo su cuidado y cuando él me había dicho, estrictamente, que no me acercara a Néstor.

—¿Qué cosas le dijiste —Preguntó, de nuevo, mi padre.

—Pues que... —Comencé a leer la conversación. —Que... Que estoy muy confusa, que le extraño y... Ehm... —Me ruboricé. —Bueno... Más cosas... Privadas... —Carraspeé para ocultar mi sonrojo y nerviosismo.

Charlie, de pie a mi lado, se echó a reír porque también estaba leyendo la conversación donde le dije a Ian cuánto extrañaba ciertas deliciosas partes de su anatomía, entre otras cosas.

—Creo que esas cosas tan íntimas puedes guardártelas, Kay. —Asentí a las palabras de papá, que se reía.

Miré a Charlie que había dejado de mirar, despegué el teléfono de nuevo y seguí leyendo la bochornosa conversación mientras seguía subiendo, poniéndome cada vez más roja de vergüenza.

¿En serio había sido capaz de hacer estas cosas?

—¡Joder, Katie! —Exclamó Charlie con asombro y le miré.

Estaba mirando para la pantalla otra vez, lo que esta vez me llevó a empujarlo lejos de mí, ambos dos sonrojados hasta más no poder, haciendo que mi padre alternara la mirada entre los dos.

—¿Qué pasó? —Preguntó confuso.

No podía mirar a Charlie ni Charlie a mí después de que viera en mi teléfono las fotos semi eróticas que le había pasado a Ian, aunque en el fondo me alegré de que hubiera sido a él solo y no por el grupo de todos los chicos.

—Nada. —Murmuré.

—¿Qué le mandaste a Ian? —Preguntó de nuevo, pero confuso.

—Un... Unos... Esto... Pues... Unas... Eh... —Bloqueé el teléfono y lo guardé.

—¿Fotos? —Dijo con una sonrisa pícara cuando entendió y asentí tímidamente.

Charlie no decía nada ni me miraba, solo pateaba una piedra con las manos en los bolsillos y sonrojado hasta que sus orejas también adquirieron ese cierto tono rojizo/rosado.

La verdad era que estaba muy gracioso así.

—El alcohol nos hace hacer cosas muy raras... —Mi padre dejó la frase en el aire con diversión.

—Sí... —Murmuré casi sin abrir la boca.

Se rió y se levantó para amenizar mi incómodo momento con Charlie, aunque no me había visto completamente desnuda porque las fotos no eran de cuerpo entero, pero había fotos en las que no tenía nada de cintura para arriba.

Sober no habría sido capaz de hacer algo así, ni siquiera en broma.

Puto alcohol.

—No creo que Charlie se haya asustado por haberte visto media desnuda o desnuda. —Comentó mi padre riendo mientras caminábamos por una gran calle peatonal llena de tiendas.

—No es por haberla visto en esas fotos, Jayden, es porque estamos hablando de Katie, es como mi hermana pequeña. Es vergonzoso. —Explicó él.

—Es incómodo. —Agregué yo.

Nah. Eso se pasará enseguida, vamos a seguir haciendo turismo. —Mi padre puso el brazo derecho, el que no estaba escayolado, sobre mi hombro.

Caminamos por muchos sitios turísticos, playas, y seguimos viendo algunos lugares interesantes de la capital hasta que ya iba siendo hora de volver a casa de mi padre a eso de las nueve de la noche.

Kay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora