Pero jamás pensó que existiera una cosa que no pudiera tener, y eso ocurrió cuando el primer día de clases se topó con una hermosa acaramelada de unos profundos y misteriosos orbes azules.
—¿Srta. Hwang?
Aquella voz le endulzo el oído en un instante, era suave como un algodón de azúcar y tan excitante como una sonata de Beethoven en su punto culminante que te deja con el corazón acelerado y los nervios a flor de piel.
—¿Si?
Contestó en un susurro apenas audible cuando su mirada bajó a los labios de la poseedora de tan bellos orbes azules.
—Creo que se le ha caído esto —la diosa frente a ella le tendió un carné—. Lo he encontrado en la entrada.
—¡Oh Dios! es mío —balbuceó nerviosa volviendo de su embelesamiento—, no puedo creer que lo haya perdido en el primer día. Muchas gracias.
—No hay de qué —creyó que su corazón se pararía cuando la acaramelada sonrió mostrando aquella espectacular dentadura—, es una suerte que siempre ando con la vista en los suelos.
Ella bajó la vista hasta la mano de ésta observando la razón del porqué mantenía siempre sus ojos en los suelos; un libro de biología se realzaba con su color verde limón en las delicadas manos de porcelana de la hermosa chica.
—Realmente una suerte.
Ambas se miraron por unos segundos a los ojos sin saber que decir, sólo unas sonrisas se podía ver en sus rostros. Era sumamente extraña aquella comodidad que sentía frente a una desconocida, al igual que sus gestos o voz podían causar en ella.
—¡Jess!
El grito de una potente voz rompió su pequeño hechizo, la acaramelada giró su rostro para ver a una chica de sonrisa encantadora que le llamaba con su mano, sólo le hizo una leve seña antes de regresar toda su atención a ella.
—Creo que debo irme, así que... —le señaló el carné que tenía en la mano con su libro— trata de no dejarlo caer de nuevo, ¿de acuerdo?
—De acuerdo.
—Muy bien Srta. Hwang, espero...
—Stephanie —la cortó bajando la mirada un poco nerviosa—, ese es mi nombre, pero puedes decirme...
—Stephanie. —Levantó la mirada rápidamente al escuchar su verdadero nombre salir de aquellos labios—. Stephanie —repitió acariciando su nombre con la lengua—, es un lindo nombre.
—Gra-Gracias.
La acaramelada sonrió de una forma bella dejándola otra vez descolocada, totalmente embelesada por aquellos orbes azules que parecían brillar con más intensidad.
—Jessica —habló tendiendo la mano—, mi nombre es Jessica Jung. Es un placer conocerte Stephanie.
Tiffany asintió lentamente antes de que su mano tocara la ajena... ¡y fue tan maravilloso! Una oleada de placer recorrió su cuerpo con aquel leve contacto que la dejó con el corazón derretido de emoción y un sentimiento aún más extraño que no lograba identificar.
—Espero nos veamos pronto, Stephanie.
La acaramelada la soltó lentamente antes de dedicarle una última sonrisa y darse media vuelta e ir con la chica que le llamaba. Su paso era tranquilo y elegante, pero sin dejar de ser firme, su presencia era tan grande que cualquiera en su camino se apartaba para dejarla pasar, su aura realzaba una extraña y cálida frialdad que dejaba sin aliento y con ganas de saber más sobre ella.
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Colors
Fanfiction« Los finales felices en la vida real no existen. » Aquellas palabras hicieron eco en su cabeza, y fue entonces que se percató de la tercera persona que lloraba sin control. Cayó de nueva cuenta en la absurda y dolorosa realidad que se encontraban...
Capítulo 1
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