-Te pregunté quien eras -volví a hablar.

Ella es deferente, como Kim, su cabello es rojo, sus mejillas y sus labios tienen un color carmesí, ella tampoco no tiene nubes en los ojos, y son de color verde esmeralda, su nariz es delgada y pequeña dándole una apariencia tierna pero la frialdad que expresan sus ojos demuestra que no es tan buena como sus rasgos aparentan.

-Me llamo Alexa -responde en un susurro casi imperceptible.

Mi cerebro comienza a pensar de donde pudo haber venido y lo único a lo que llegue fue el edificio para los chicos de la batalla, ya que si venía por parte de Kim debió de haber sabido quien era yo.

-¿Eres alguna chica que está en el edificio para la batalla? -pregunté algo insegura para no escucharme fuerte y segura.

-Sí -dijo mientras asentía con la cabeza.

A nosotros nos habían dicho que los Entire daban su vida por protegernos y cuidarnos de males que rondaban por la ciudad de Valget, que ellos se ofrecían desde sus castas para brindarnos apoyos... aunque en realidad nunca nos habían mostrado o asegurado algo que nos dijera contra quien peleaban, pero nosotros no hacemos preguntas, solo obedecemos. Y que los pocos que logran sobrevivir les brindan riquezas y felicidad por su valiente alma que nos habían defendido de algo que nadie sabe lo que es.

Asiento con la cabeza imitando sus movimientos ya que estaba procesando la información de ella.

-Eres muy valiente -digo sinceramente-. Creo que yo no podría... -guardo silencio mientras frunzo el ceño ligeramente sintiéndome pequeña, débil, e inservible.

-No tengo opción -al escucharla hace que mi ceño se frunza más y me sienta confundida.

"-¿A qué se refiere con eso? -me pregunto a mí misma"

Abro la boca con la duda, queriendo preguntar a qué se refiere, pero prefiero cerrarla y guardarme la duda para luego.

-¿Tú cómo te llamas? -pregunta sacándome de mis pensamientos y mis dudas.

-Runa -respondo con seguridad.

-¿Por qué eres diferente, Runa? -me observa detenidamente mientras que frunce un poco sus labios al igual que su ceño.

-¿Diferente? -pregunto desconcertada. "Yo no soy diferente - pienso" -. Yo no soy diferente...tú eres diferente -me atrevo a decir con un tono ofendido.

-¿Yo?... bueno, sí, mi cabello es diferente a lo que normalmente es en otras personas... pero, ¿Por qué tu cabello es blanco?

-Mi aspecto es igual que el de todos -respondo como si eso fuera lo más obvio.

-¿El de todos? -pregunta acercándose a mí y bajando la voz.

-Sí, Valget es así -me encojo de hombros.

-¿Valget? -se pregunta más a si misma que para mí-. La ciudad de Valget -sigue murmurado para ella, como intentando aclararse a ella misma.

-Sí -hablo para sacarla de su ensoñación.

-¿Todos son así?

Asiento rápidamente intentando que me dé respuestas, pero no es así, sino que me cambia de tema.

-Eres hermosa -sonrío levemente.

Esto es absurdo, no soy tan diferente a los demás, nadie nos vemos más hermosos que otros, ya que se supone que no debemos de sentir nada. Pero en cambio ella si es hermosa, ella es diferente, es bella.

-Lo mismo digo -susurro apenada un poco.

Los segundos pasan y yo la sigo observando, me gusta su cabello y como sus ojos verdes le ayudan a resaltar su belleza entraña.

LOS ESPECIALES IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora