Esa noche habia dormido sola.
Y sin embargo, sintió que era la noche en la que más le necesitaba.
Su cercanía, su calor, su cuerpo.
Pero no estuvo a su lado.
Aclair no acudió a la tienda y no durmió con ella.
Cuando en la mañana salió del refugio que suponía aquella lona que la protegía del frio de la noche, todos posaron su vista en ella.
-¿Cómo te encuentras? –Quinsi se acerco a ella, tendiéndole una taza de café caliente.
-Bien –respondió tomándola
-Pues no lo parece –frunció el ceño observándola, sus ojos se posaron en su abdomen. –Hay una curandera en el pueblo.
-No es necesario –negó con la cabeza –No es más que un rasguño.
Camino hacia la fogata que habia en el centro del campamento, con la mirada recorriendo el lugar, buscando. Buscándole a él, pero no estaba.
Se sentó sobre el tronco de un árbol, que estaba tumbado ante el fuego.
Sintió la mirada de todos, puesta en ella y cerró los ojos con fuerza. Cuando los abrió, estos se enfocaron él las llamas que ardían ante ella, el penetrante color del fuego, brilloso, lleno de fuerza.
Sintió la presencia a su lado, el tronco crujió al sentir el peso de el al sentarse a su lado, pero él no se movió.
-Se sabía que el jefe de tu aldea tenía un don, con los animales –la observo, esperando ver alguna reacción, al no obtenerla suspiro, fijo la vista en el fuego –Y corría el rumor de que su hija lo habia heredado.
Una intensa agonía se instauro en su pecho, sintiendo el dolor de la realidad, el motivo por el cual, el no estaba allí, no estaba a su lado.
-¿Se lo has dicho? –No lo miro, su vista seguía fija en el intenso fuego.
-No –bajo la vista a la nieve que rodeaba sus botas –Deberías hacerlo tú.
-Mi clan os odia –al fin giro el rostro hacia él, para mirarle –No se pueden olvidar años de sufrimiento, de sangre, de muertes.
-Aclair no es como su hermano –Quinsi la miro fijamente –El no dañara a tu gente.
-¿Y si son los míos lo que dañan a los tuyos? –sus ojos brillaron con intensidad -¿no se defenderán? ¿no atacaran? –desvió la vista de nuevo al fuego –Éramos pacíficos Quinsi, pero ya no lo somos. No hay peor bestia que aquella que permanece dormida. –se levanto y dejando la taza de café sobre el tronco le miro –No se puede borrar el odio. –se giro y camino en dirección al bosque.
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El Invencible
RomanceAclair MacCarty, Laird del clan del Hielo. Un clan situado en las frías tierras del norte, donde ningún legado antes había sobrevivido y ellos lo han hecho. Todas las tierras del norte les pertenecen. Todos los clanes les respetan, les temen. Son gu...