-¿Estás bien?

-Sí, claro.

-No estés nerviosa, es un trabajo fácil. Tú siempre has sabido tratar a los niños.

Y asiento mientras sigo comiendo. No estoy nerviosa. Pero los pensamientos me comen la cabeza a cada segundo. Creo que aún no acepto que Zayn me ha engañado con otra. Que imbécil. Que ingenua. Pensé que me iba a esperar y que no se tiraría a ninguna otra a la primera de cambio. Pero él sigue siendo el mismo. Todo lo que me demostró, era mentira. Todo lo que me juró, era mentira. Mil cosas me juro. Juró ser alguien que cuando me pusiera borracha me llevaría a casa en brazos. Que me haría el amor contra la pared y después se metería conmigo en la bañera. Que se perdería conmigo para después rescatarme de laberintos sin sentidos. Sacaría la espada y me defendería de víboras, arañas y zorras. Que no se enfadaría si no me entendía. Que cuando me viera llorar me haría reír hasta cuando no tuviera ganas. Que si se ponía de animal sería sólo en la cama y me mataría a besos por la mañana. Que si miraba a otra, luego me guiñaría un ojo y se reiría de mis celos. Y les podría decir miles de cosas más que me prometió. Pero ya eso no importa, ahora prefiero dejar las cosas en eso, en el olvido. Ya toqué fondo. Nadie me va a engañar ni a utilizar. No. Eso nunca. ¿Sabes? Mi vida es cómo un mechero. Al principio saltan chispas, de las que no se puede esperar un resultado fijo. ¿Se encenderá, se apagará? No se sabe, el tiempo dará la respuesta. Una vez que se enciende empiezas a soñar, lo ves todo al revés, confundes la realidad de tal manera, que cuando de repente se apaga, te derrumbas. Un día te despiertas tocando las nubes y te acuestas tirada en el suelo con mil heridas que no tienen cura, un millón de preguntas que no tendrán respuestas y un billón de respuestas de las que nunca te has planteado la pregunta. Sólo espera, ten paciencia. Porque el tiempo te dará la respuesta. Porque el tiempo va cambiando, pero la gente también. Porque aún queda un camino en la vida que debes escoger.

-Me voy a preparar ya. -Dejo el plato en el fregadero y le doy un beso a mi nana en la mejilla-

Subo las escaleras, lenta y al llegar a mi habitación abro el armario. Bien. Lo de siempre. Rebusco entre mis prendas y me decido por algo, cómodo pero presentable. Un pantalón vaquero pitillo de color negro, unas vans rojas y una blusa bastante sencilla. Me acerco a mi espejo y me maquillo un poco, delineador, rímel y un poco de maquillaje. Me suelto el cabello. Lo tengo por la cintura. Mi madre dice que es hora de cortármelo, pero yo no quiero. Amo mi cabello largo. Me acerco a mi escritorio y me meto el teléfono móvil en el bolsillo. Bajo las escaleras, quiero llegar cinco minutos antes.

-¡Mamá, me marcho!

-¡Suerte cariño! ¡Si necesitas algo llámame!

-¡Okey!

Cierro la puerta y camino hasta la casa. La verdad es que es muy bonita. Se parece a la mía aunque es un poco más grande. Llego a la puerta. Respiro dos veces, incluso tres y doy tres toques en la puerta. Nadie abre la puerta y vuelvo a tocar. La puerta se abre y veo a la morena de los días anteriores. No sin antes mirarme de arriba abajo decide mirarme a los ojos.

-¿Quién eres?

-La señora Tricia Army me ha contratado. -Le digo lo más educada posible- Voy a cuidar de los niños mientras ella está en el trabajo.

-Ah ¿Así que eres tú? -Suelta una carcajada y luego vuelve a mirarme de arriba abajo-

-Sí, y con permiso, debo cumplir con mi trabajo.

Entro en la casa sin ni pedir permiso. Hoy es mi primer día de trabajo y ésta estúpida no me lo va a estropear con su estupidez. Como odio a este tipo de tipas que se creen que se van a comer el mundo.

~ATRÉVETE A AMAR~ (zayn y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora