— Ammm... RyeoWook. — paso saliva nervioco.

— ¿Sí?

— Podrías...

— ¿Qué cosa? — no dejo de ver a los perros.

— ¿Podrías decirle a tus perros que se alejen?

— ¿Huh? — RyeoWook sale de la casa para ver a los perros. – oh. Yako, Kiara. Vayan a jugar a otra parte. — les ordena dando unas palmadas con sus manos.

Los perros sacan la lengua, mueven la cola y se van corriendo por donde vinieron. Respiro aliviado. Bajo mi brazo en donde sostengo el ramo de flores y verifico que esté intacto. De nuevo, acomodo mi ropa, levanto la vista y me topo con RyeoWook parado frente a mí, serio y sin decir nada de nuevo.

— Ammm...— diablos. ¿Qué es lo que iba a decir? Respiro hondo varias veces. Mi mente se ha puesto en blanco. — yo... — RyeoWook levanta una ceja un poco impaciente. Carraspeo. Una frase ha llegado a mi mente y tan pronto como llega, la digo sin detenerme a pensar si está bien. — "quiero que el resto de mi vida empiece ahora."

RyeoWook ladea su cabeza sin entender lo que he dicho. Siento mis mejillas calientes. ¿Qué demonios he dicho?

— No. Espera. Así no era... — muevo mi mano frente a él. — demonios. — murmuro. — ¿cómo era? — empiezo a murmurar intentando recordar y de nuevo, otra frase llega a mi cabeza. – Ah. Sí. Lo tengo. — carraspeo. — "Prefiero discutir contigo, que estar con otra persona mil veces." no. Espera. Tampoco es así. – demonios.

He dejado caer el brazo con el cual sostengo el ramo de flores a un costado, igual que mi cabeza. Estoy comenzando a sentirme un idiota. Todo lo que había planeado no está resultando y no puedo quejarme de nadie más. Quien está cometiendo los errores soy yo. Siempre he sido yo.

— Diablos. — murmuro irritado conmigo mismo. — lo tenía todo planeado.

Aprieto mi mano en los tallos de las flores. Quiero darme la vuelta y salir de ahí antes de terminar más humillado. Levanto la cabeza para verlo. RyeoWook sigue extrañado y con los ojos entrecerrados intentando entender lo que estoy diciendo.

— Lo siento. No soy bueno en esto. – murmuro. Lo veo parpadear y de pronto, una sonrisa aparece en su rostro.

— Espera. — respira hondo. — "He venido aquí esta noche, porque me he dado cuenta de que quiero pasar el resto de mi vida con alguien. Y quiero que el resto de mi vida empiece ya." — abro los ojos sorprendido y al ver mi cara, sonríe más amplio. — de "Cuando Harry encontró a Sally" ¿no es así? — me siento apenado y solo asiento con la cabeza. — "Anoche, cuando discutimos, iba a dejarte sola pero entonces me di cuenta que prefiero mil veces discutir contigo que hacer el amor con otra persona." — estoy aún más sorprendido. — No estoy seguro. ¿De "El día de la boda"? — ladea la cabeza para preguntarme. Aprieto los labios.

Hago una mueca. Me ha descubierto. Bueno, tampoco es como si no se notara que eran frases de esas películas.

— Sí. — murmuro. — no te burles de mí. Ni siquiera pude decirlo bien. — empiezo a hablar, con la mirada fija en el ramo de flores en mi mano. — estuve dos días viendo todas esas películas que DongHae me dio. Algunas son demasiado cursis para mi gusto pero creo que entendí su punto y el hecho de que no he dicho lo que tal vez quieres escuchar de mis labios, el problema es que... nunca he dicho palabras de ese tipo. Entonces, anoté algunas frases que sentí que eran las indicadas. Las memoricé. Como por ejemplo, hay una de "Diario de una Pasión" que eran las que tenía listas para decirte en éste momento: "Te amo. Amo quién soy gracias a ti. Tú eres cada razón, cada esperanza y cada sueño que he tenido y no importa qué nos pase en un futuro. Cada día que estemos juntos, es el día más grandioso de mi vida" pero por alguna razón, siempre que estás frente a mí, mi mente se nubla por completo y olvido todo lo que debería decir.

PromesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora