Cumpliendo los catorce

09.~Mi primer partido.

Yo le sonrío como una idiota pero al percatarme del ridículo que estoy haciendo actuando así, carraspeo mi garganta y me dispongo a responderle de la manera más normal que puedo.

—Hola, yo soy Sofía, soy nueva aquí.

Él me muestra su blanca dentura con una sonrisa. Yo por mi parte intento no derretirme al observar a este ser que debe de ser sobre natural por ser tan guapo.

Okey, tal vez mis hormonas me están haciendo exagerar.

Flora sale del baño y se dirige Dylan, a quien le da los auriculares. Sin embargo, al cogerlos Dylan no se va.

—Oigan, ¿por qué no vienen hoy al partido de la escuela? —pregunta con desparpajo.

Flora y yo conectamos nuestras miradas y abro los ojos intentando que vea que mi respuesta es afirmativa. No obstante, mi amiga no parece muy convencida.

—Creo que es mejor que n... —interrumpo a Flora antes de que pueda rechazar la propuesta de Dylan.

—Lo que Flora quiere decir es que nos encantaría —afirmo con entusiasmo.

Mi amiga se voltea y me fulmina con la mirada.

—Pues os veo allí y espero que disfrutes al ver tu primer partido en el internado Sofia —Cuando menciona lo último Dylan dirige su mirada hacia mí y me guiña on ojo.

Respiro profundamente intentando no soltar la emoción que llevo por dentro ya que de lo contrario parecería una loca delante suya.

Dylan tarda unos pocos segundos en salir y cerrar la puerta pero desde que lo hace Flora viene hacia mí con un rostro que no demuestra alegría precisamente.

—¿Acaso te has vuelto loca? —me pregunta agitando sus manos con desesperación.

Yo me río por lo bajo al observar cómo mi amiga parece estallar por los nervios.

—¿Qué tiene de malo ir al partido? —le cuestiono cruzando mis brazos.

Ella rueda sus ojos.

—¡Casi todo el internado va a esos eventos! —Flora eleva su tono de voz mientras comienza a respirar acelerada y repetidamente.

Me acerco a mi amiga y apoyo mis manos sobre sus hombros intentando tranquilizarla.

—Flora, estamos juntas en esto. No va a pasar nada malo, ya verás —digo con una sonrisa de oreja a oreja intentando animar a mi amiga.

—Eso espero —contesta con un leve suspiro.

—Ya verás.

(...)

Rebusco entre el armario de mi cuarto en el internado algo que pueda ponerme para la ocasión. Me lamenta bastante el hecho de no poder tener a alguien que me aconseje ya que mis hermanas aquí están a lo suyo y Anastacia aún no he llegado. ¡Ni siquiera sé a dónde ha ido!

Sigo rebuscando hasta que encuentro unos pantalones vaqueros, los cuales parecen ideales para la ocasión. Ahora queda encontrar la camisa perfecta y listo.