[Pausada] Bella no es lesbiana

>Capítulo 4<

Tras las tres primeras clases (aburridas, como siempre), es la hora del recreo, y para mi, son 30 minutos en los que debo buscar a la Misteriosa Chica.

Recorro el instituto por dentro, solo para asegurarme que ella no se encuentra en él. Miro en la biblioteca, en la sala de ordenadores, incluso dentro de los baños.

Vale, es hora de buscar en el patio.

Puedo divisar a Tara y compañía en el banco de siempre, quienes me hacen señas para que me siente con ellas.

Desafortunadamente, tengo una cuenta pendiente, y mucho más importante que hablar con ellas de chicos y cosméticos.

Rechazo con la cabeza su invitación y busco a la Misteriosa Chica con la mirada.

El patio es inmenso, o eso me lo parece el dia de hoy. Se extiende delante de mis ojos, que intentan buscar la negra cabellera de la Misteriosa Chica. Al no obtener resultado alguno tras varios minutos de búsqueda, empiezo a moverme, con la esperanza de poder encontrarla.

Me encuentro con cientos y cientos de rostros, algunos conocidos y otros no, pero ninguno es el de ella.

No me desanimo y sigo buscando.

Y de pronto, vuelve a sonar el timbre...

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¿Que ocurre Bella, por qué no te sentaste con nosotras?- Tara me mira fijamente, exigiendo una respuesta a su pregunta. Estamos en clase de Inglés, y no tengo ningún interés en aprenderme los verbos irregulares que la profesora está apuntando en la pizarra. En su lugar, me pongo a hablar con Tara en voz baja, quien tiene muho interés en iniciar una conversación.

Estaba buscando a alguien.-

¿A quién? Podrías haberme pedido ayuda.-

No quería molestarte.-

Bella, soy tu mejor amiga y necesito que confíes en mí.-

Me siento tentada a contarle la verdad, aún así no estoy segura. Tara es una de las pocas amigas de verdad que tengo y por eso no puedo arriesgarme a perderla. ¿Y si no entiende como me siento? ¿Y si se aleja de mí tras saber la verdad?

Aunque, en realidad, no hay nada que temer.

La Misteriosa Chica no me gusta.

Buscaba a una chica.-

¿Una chica? ¿Quien?-

Una chica, punto. No la conoces.-

¿Y para qué la buscabas?-

Necesitaba... averiguar una cosa.-

Mi pelirroja amiga me mira confundida. Abre la boca para responder pero, para mi fortuna, el timbre suena, señalando el final de las clases. Rápidamente, todos recogemos nuestras cosas y nos disponemos a salir. Estoy ansiosa por salir del aula y seguir buscando a la Misteriosa Chica, aunque sé que si no la he encontrado en el recreo, no hay muchas posibilidadea de encontrarla ahora.