Mateo: Y yo a ti Alexia Palacios
Jerónimo: Bueno, bueno, ya basta de tanta cursilería y váyanse a celebrar
Mateo: Gracias Jerónimo
Jerónimo: Pero te quiero temprano en la casa Alexia
Alexia: Como digas papá
Mara: Vayan a disfrutar amiga
Alexia: Eso haremos Mara
Daniel: Sean felices, se lo merecen
Alexia: Gracias Daniel
Mateo: ¿Nos vamos Mi Ángel?
Alexia: Vámonos – Me besa
Ryan
Estaba muy confundido con mis pensamientos, no recordaba nada de los años que han pasado y aun me pregunto ¿Por qué no me he casado con Monserrat? La amo demasiado y si fue por mi tuve que haber sido un gran imbécil en dejarla ir, ahora me encontraba cambiándome para ya por fin salir de esta clínica e irme a casa.
Monserrat: ¿Ya estás listo?
Ryan: Si mi vida – Digo sonriendo
Fernanda: ¿Ya estás listo hermano? – Dice entrando a la habitación con una silla de ruedas
Ryan: Más que listo, ya me quiero ir de aquí
Fernanda: Bueno, ahora siéntate aquí que seré la conductora
Ryan: Si fuera por mi no me montaría en esa cosa pero no me puedo ni mover
Monserrat: ¿Te duele la herida?
Ryan: Un poco pero nada que no se pase con unos buenos besos – La beso
Monserrat: Eso ya los tienes seguro mi amor – Me abraza – Ahora siéntate para llevarte al auto
Fernanda: Seré tu conductora
Ryan: ¡Te quiero hermanita!
Fernanda: Te he dicho que no me digas hermanita, soy ya grande
Ryan: Te lo digo de cariño Fer, es que te vi desde que eras pequeñita
Fernanda: Si no quieres que yo te mande otra vez a esta clínica, es mejor que no sigas
Ryan: Está bien Fer, pero es que eras muy hermosa
Monserrat: Déjala Ryan, mira que yo ya sufrí mucho y no quiero volver aquí – Dijo riendo
Ryan: Está bien – La beso – Vámonos, no quiero volver a estar aquí, la comida de aquí es horrible
Fernanda: Si casi no la probaste, porque apenas recién despertaste
Ryan: Que dicha que no me haya despertado antes, si no ya me hubiera escapado
Monserrat: Ya mi amor, en cuanto lleguemos te preparo comida
Ryan: ¿Tú? Gracias mi amor, adoro tu sazón – Le agarro la mano
Monserrat: Gracias mi vida, vámonos ya
Mateo
Tenía una sonrisa invaluable, me sentía feliz, ya por fin Alexia era mi prometida y hay algo en mí que me dice que en esta vida si podremos sellar nuestro pacto. Estaba manejando y notaba una mira extraña de Alexia, sin embargo me encantaba la forma en como lo estaba haciendo.
Mateo: ¿Por qué me miras así?
Alexia: Porque más, te voy a matar Mateo
Mateo: ¿Estás enojada?
ESTÁS LEYENDO
Mi otra mitad
FantasyAlguna vez te has imaginado que ya teniendo una vida hecha, una carrera y estar a punto de casarte con el que crees que es el amor de tu vida, pero que sin embargo creas que te falta algo para poder estar tranquila y vivir en paz. Por más que intent...
Capítulo 47
Comenzar desde el principio