Capitulo 20.- Tu... (Maratón 1/3)

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– Siento que... -trague el enorme nudo en mi garganta- si te perdono... volverás a hacerlo -él llevo sus ojos fugazmente a mis labios y volvió a mis ojos.

– No-dijo logrando que frunciera mi entrecejo.

– ¿no? -pregunte confundida.

– No quiero... ya no quiero lastimarte -dijo, logrando que mi corazón se acelerara desmesuradamente, mis ojos empezaron a buscar inquietos en los suyos y él lo noto – no te miento Jessica, no sé que hacia... -cerro sus ojos con fuerza para luego clavarlos en mis labios, su respiración se aceleró y la repentina intensidad en su cuerpo erizo mi nuca- nada como tus labios – dijo logrando que un montón de escalofríos me invadieran, erizando cada pequeña parte de mi piel.

– Prométeme algo... -le dije llevando mi mano a su mejilla.

– ¿Que?

– Que no lo volverás hacer -él frunció levemente su entrecejo humedeciendo sus labios, trate de no desviar la mirada hacia ese punto pero me fue inevitable.

Pareció dudar por unos segundos pero finalmente...

– lo prometo -dijo.

En ese instante inconscientemente me colgué de su cuello abrazándolo, él pareció sorprendido pero no tardó mucho en corresponderme, alzándome en el aire dando vueltas.

Cuando se detuvo me deposito en el suelo y yo queriendo evitar su mirada por lo repentinamente rojas que sentía mis mejillas mire hacia mi carpa.

– Creo que iré a dormir -tome un mechón que caía sobre mi rostro y lo pose detrás de mí oreja- debo descansar – volví a observarle de reojo.

– Umm... -una sonrisa pícara se posó en sus labios junto con una sonrisa entre dientes- y si te acompaño...

<<...>>

Sonreí como boba ante eso, recordar su sonrisa me desorbitaba de la realidad y tenerlo justo frente a mis ojos aún mas.

Me acosté aun sonriente de espalda hacia él, se sentía tan bien tenerlo cerca y aunque no haya sucedido nada anoche su sola presencia causaba una sensación en mi pecho que no sabía describir.

De repente sentí su mano posarse en mi cintura provocando una corriente de escalofríos en toda mi espalda, la deslizo suavemente hacia mi abdomen, logrando que contuviera la respiración.

Me acerco a su cuerpo y al sentir el contacto mi espalda se tensó de inmediato, dejando correr un hormigueo envolvente en el roce.

Sentí su rostro desplazarse por detrás de mi cabeza y el impacto de su aliento en mi cuello me hizo estremecer.

– Nunca he dormido tan bien – dijo a mi oído logrando que sonriera ampliamente- y creo que se la razón -rote mi cuello para mirarle, topándome enseguida con sus ojos grises envueltos en la luz que se filtraba por la tela de la carpa.

– ¿Y cuál es?- pregunte con una pizca de picardía, él se mordió el labio y rió entre dientes.

Yo le esperaba ansiosa, sin despegar mi mirada de su rostro y él me sonreía.

Puse un puchero en protesta y el soltó una carcajada, para luego sin previo aviso dejar un corto beso en mi cuello que provoco cosquillas.

Me retorcí un poco pero antes de que pudiera reaccionar él tomaba apropio sobre mi cuerpo, quedando su mirada suspendida justo sobre la mía, hundiéndose en ella como si no hubiera nada mas interesante.

EN LA MISMA CASA [ #1]  *𝗘𝗡 𝗘𝗗𝗜𝗖𝗜𝗢́𝗡*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora