XV. Adiós: Parte 1

Comenzar desde el principio
                                    

El novato se sintió muy orgulloso de ser el primero en filtrarse a la información que él mismo descubrió. Se aclaró la garganta primero.

—El otro grupo detrás de nuestro objetivo... en resumen, nuestro enemigo, es el grupo militar de élite procedente de la Organización Mundial de la Salud—.

Las caras de los hombres estaban atrapadas en sorpresa. Algunos dejaron de charlar y otros dejaron de comer por completo.

—¿Qué? ¡¿De verdad?! ¡Wow! ¡entonces habrá mucha sangre!—.

—¡Sí! Si chocamos con ellos, ¡Será verdadera guerra!—. Anunciaban los hombres.

Los hombres sombríos se transformaron en bestias ansiosas de sangre. Tenían la esperanza en lo profundo de sus corazones negros ver a su llamado enemigo cara a cara.

----------------------------------

Tener una reunión temprano sin dormir hizo que los ojos de Kirishima estuvieran más sensibles a los rayos del sol que de costumbre. Gruñendo, entrecerrando los ojos e inhalando el aire frío, permaneció inmóvil en su moto Harley, asegurándose de que sus gafas de sol encajaran perfectamente en su rostro. Los conductores y empleados que se embarcan a sus trabajos llenaban las calles. El hotel frente a él parecía llamativo y tranquilo.

A pesar de la multitud de personas que entraban y salían de la entrada principal, de inmediato vio una alta figura de salir del hotel. El hombre estaba envuelto en una chaqueta de lana y fumando un cigarrillo. Yokozawa siguió su camino al supermercado. Kirishima le siguió discretamente.

Kirishima se encontró en la sección de verduras de un supermercado cercano. Echando un vistazo a Yokozawa que estaba examinando algunos repollos, Kirishima se acercó un poco más. Y cuando Yokozawa decidió sentarse para tomar un café, Kirishima se aparcó lo suficiente como para pasar desapercibido.

Se limitó a mirar el café que el hombre estaba bebiendo.

—Soy un acosador ahora—. Kirishima se dijo entre dientes, riéndose de sí mismo. —Mierda—.

El hombre fue interrumpido cundo una mujer anciana tiró de su chaqueta.

—Joven, ¿Quiere flores?—. La mujer sucia, levantó un ramo de narcisos.

Kirishima se quitó las gafas y tocó algunos de los pétalos. —Lo siento, Obaa-san... no las necesito—.

La anciana miró fijamente el rostro de Kirishima, como si estuviera leyendo algo. Kirishima frunció el ceño.

—Hijo, estás cubierto de sangre...—. Dijo la anciana mientras se daba la vuelta.

Kirishima quedó estupefacto, contemplando la espalda de la anciana. La mujer lanzó una última mirada en Kirishima.

—Pero jovencito... no es sangre tuya—.

-------------

Yokozawa casi se atragantó con el café cuando la persona a quién menos quería ver se sentó a su lado. Con una pizca de burla en su sonrisa, Kirishima se quitó las gafas de sol revelando sus ojos cansados pero ​​todavía alegres.

—Qué dem...—. Comenzó Yokozawa, pero Kirishima puso su dedo indice en sus labios haciéndole callar.

—Shh, no hagas un alboroto. Estoy aquí sólo para tomar un café como tú—.

Sin apartar los ojos de Kirishima, Yokozawa puso la taza de café sobre la mesa.

—¿Qué demonios estás planeando?—.

—Oi, Jefe de la Operación Z, ¿No podemos tener un poco de tiempo para nosotros?—. Kirishima dijo en voz baja.

Al oír Operación Z, Yokozawa se puso rígido. Ver el repentino cambio de color en el rostro de Yokozawa era divertido a los ojos de Kirishima.

Enfermo Mental - Sekaiichi Hatsukoi & Junjou Romantica #SA2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora