Capítulo 13 - Desorientados - parte 2

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—Dante dejó a Román aquí, él se habrá encargado de todo. —Finrod miró al resto, todos estaban desorientados, incluso él.

Suresh se levantó de su asiento, y todos amagaron a hacer lo mismo, se detuvieron cuando habló.

—En mi opinión, tanto por tu reporte, como por lo que sabemos que ocurrió después, estos casos pueden tratarse de experimentos fuera de control. Viniendo de Dante, cualquier cosa es posible. Evangeline, —su mirada se volvió casi suplicante—. Debes ayudarnos.

El nombre de Dante ya le estaba dando pesadillas ante su sola mención, no entendía cómo pudo haberse sentido atraída por ese tipo. El recuerdo de esa noche volvió a torturarla. Dante, Román, los monstruos que a fin de cuentas no eran más que pobres personas poseídas o peor aún, víctimas de algún experimento. Se abrazó a sí misma, un escalofrío le recorrió la espalda. De pronto, sintió miedo, ella pudo haber corrido la misma suerte y haberse convertido en un monstruo sin control, poseída por algún espíritu demente. Sabía que si no hacía algo, viviría con miedo siempre. Detestaba tener miedo y debía hacer algo al respecto, si no actuaba entonces sí, sería una cobarde.

—Está bien, ayudaré en todo lo que pueda.

La voz le temblaba, pero se alivió al ver la sonrisa alentadora de Finrod. Alfson la miró y asintió con aprobación, sin sonreír.

—Te quedarás en la base mientras dure esta misión. Hasta que termine, intenta no salir sin que alguien te acompañe.

No le gustó demasiado esa idea. Sería poco más que una prisionera. Cerró los puños mientras observaba a Alfson, Devdan y Angelina alejarse por la puerta. Se levantó de su silla. Estuvo a punto de seguirlos cuando una mano se apoyó en su hombro, de inmediato se sintió aliviada. Giró para enfrentar a Finrod.

—Oye, ¿estás bien?

«Oh sí, sólo muerta de miedo y algo molesta.»

—Por supuesto —mintió— es sólo que me parece que no es correcto vivir aquí, con mi historial y siendo yo humana, no sé, me da la sensación de que en este lugar no lo verían bien.

Finrod rio de buena gana mientras apoyaba una mano en su espalda y la hacía girar obligándola a caminar, sentía la presión de sus dedos en un punto por debajo de su cintura, no demasiado bajo como para pegarle ni demasiado alto como para ser del todo inofensivo. Dada la electricidad que sintió subir por su columna, se inclinaría por lo segundo.

—Oh por favor, ¿piensas que en este lugar la gente es intachable? —le dijo en voz baja mientras la conducía a su habitación—. Nadie es o fue un santo aquí, nadie puede jactarse de buena conducta, de no haber cometido un delito, de no haber matado. Ni Alfson, ni Jones, ni Angelina...ni siquiera yo.

Eva se detuvo para mirarlo.

—Tengo mi historial también, del cual no estoy orgulloso, al menos en cierta parte —le dijo en el tono de quienes no admiten que los excusen.

«Eso quisiera conocer...» pensó Eva con curiosidad.

Finrod continuó:

—Creo que de todos, sólo Adrian puede estar excluido, pero hace poco que está con nosotros y su educación fue algo diferente. Si le damos tiempo, nos alcanzará. Además ya has visto a varios humanos por ahí y espera a ver cuando nos visita alguno de los otros mundos. Odín suele venir bastante seguido, tiene parientes aquí. —sonrió por alguna broma interna.

Eva no estaba segura de que le hubiera causado mucha gracia.

Se detuvieron frente a la puerta de su habitación, debió suponer que era la misma de siempre pero no se quejó, ya hasta le había tomado cariño. Sólo quería estar sola y pensar qué haría con su vida dentro de ese lugar tan claustrofóbico pero las últimas palabras de Finrod siguieron dando vueltas en su cabeza. ¿En verdad había mencionado a Odín?

«Dónde me metí...» pensó, no quería tener que arrepentirse de su decisión pero cada vez que escuchaba algo nuevo era para descolocarla.

—Acomódate y luego conversaremos sobre lo que se habló en la reunión.

Finrod giró para irse. De pronto algo despertó una alarma en Eva. Una imagen que había estado latente desde la primera vez que soñó con esa mujer.

—¡Espera! ¡Debemos ir a mi apartamento ya! ¡Necesito buscar algo!

Su tono era tan desesperado que Finrod se detuvo en seco.

—¿Tiene que ser ya? Podemos enviar a alguien a buscar tus cosas o lo que quieras traer.

—Vamos ya. O voy sola.

—¿Nunca has hecho terapia para la ansiedad? —Se burló, pero al verla plantada con los brazos cruzados frente a él, respondió resignado—. Está bien, vamos.

****************

De qué estará hablando Eva?

Tal como lo prometí, el resto del capítulo antes del domingo!

Espero que les haya gustado! y la musicalización también, solía escuchar bastante a Muse mientras escribía, entre otros :)

Gracias por leer, votar y comentar! :D

Hasta el domingo!

El Elixir - Trilogía Arwendome #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora