El Mercado Amoroso

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Decidiste darte de alta en una "app" de "citas" (en español sería "aplicación móvil", pero ya nadie emplea el español sin contagiarlo de términos sajones). Viste que hay "apps" para todo: para contar calorías; para que te suene el celular y tomes agua; la que te cuenta los pasos y los kilómetros recorridos; la que te dice qué días del mes ovulas y sos más fértil; la que te sugiere emprendimientos gastronómicos basándose en críticas de otros usuarios (lo que puede ser muy bueno o muy malo... digo, uno termina confiando en la subjetividad de un conjunto de comensales que tal vez tuvieron un excelente día, estaban relajados y de buen humor y eso influyó positivamente en su crítica. O todo lo contrario. Nunca se sabe qué puede suceder en la mente humana).

Pero finalmente te decidiste: descargaste la aplicación de citas. Esa de la que te hablaron mil veces tus amigos, amigas. La que nombraron millones de ocasiones los medios de comunicación. ESA. La bajaste. Ya está. La tenés en tu teléfono y con un intuitivo paso a paso te registras, llenas formularios que te piden miles de datos: nombre, apellido, edad, fecha de nacimiento, orientación sexual, ¿tomás alcohol?, ¿fumás?, ¿te drogás?, ¿tenés hijo, ¿querés tenerlos?, ¿practicás alguna religión?, ¿crees en Dios?, ¿hacés deportes?, ¿sos altx, bajx. delgadx, normal, grusx, con kilos demás? etc... 

Y así fue que le ofreciste a una multinacional un sinfín de datos personales... ¿Acaso, importa? No. No sos tan importante. Como mucho iras (iremos) a parar a una extensa base de datos que analizará nuestros consumos.

Escribís un no tan breve texto que se publicará como "TU PERFIL" -lo que otros usuarios leerán acerca de vos-. Describís tus mejores cualidades y omitís tus peores defectos.

Te mostrás positivx, alegre (YAY!!!!!), extrovertidx, desafiante (¡Esa cucaracha no me ganará!) y por supuesto, interesante (foto posando con la mano en el mentón NO DA)

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Te mostrás positivx, alegre (YAY!!!!!), extrovertidx, desafiante (¡Esa cucaracha no me ganará!) y por supuesto, interesante (foto posando con la mano en el mentón NO DA).

Buscas TUS MEJORES FOTOS (obvio) y que además concuerden con el perfil que describiste: viajando por alguna ciudad exótica, haciendo algún deporte (si es extremo ¡+100!), es infaltable una con mil millones de amigos; sos el Roberto Carlos de las redes sociales de levante: los "Otros" necesitan ver que sos divertidx, alegre, extrovertidx, REEEEEEEEEEEEEEEEEEEE algo, no importe RE QUÉ.

Cuando tu perfil quedó completo, todo lindo, lo revisas y estás satisfechx, recién entonces es cuando entraste al "MERCADO AMOROSO": y vos, como yo, como todxs los que participamos de estas redes de levante, somos una mercancía expuestos en una góndola simbólica esperando a ser consumidos por un "Otro" (unos "Otros").

Soy una mercancía en tanto yo misma me cosifiqué al reducir mi persona en una breve y chata descripción que recorta por completo la complejidad de mi ser, lo achata, le quita su heterogeneidad y lo transforma en algo homogéneo con respecto a las otras mercancías que están circulando por el mismo mercado. Me exhibo junto a otros perfiles, quizás similares al mío. Como en una vidriera para que un "Otro" me elija (¿me consuma?). Yo hago la misma operación con las otras mercancías que por allí circulan.

Soy consciente de este recorte. Lo acepto y vivo con él. El amor también adoptó una lógica de mercado. Todos los que elegimos participar en estas aplicaciones, quedamos expuestos en una góndola simbólica y vamos seleccionando a el/la/los/las que nos queremos llevar.

Bajo esta lógica rige la inmediatez del "aquí y ahora":

-¿Tenés whatsapp? -Te conozco hace diez minutos

-¿Querés hacer algo hoy? -Te conozco hace diez minutos.

-¿Da para que vaya a tu casa? -Te conozco hace diez minutos.

Si se recibe un "NO" como respuesta, no importa. Todos somos fusibles, ergo descartables. Así es la lógica mercantilista en el amor. El/La que dice "NO" pierde. Pero el/la que dice "si" también, porque siempre habrá un "Otro" más en la lista de candidatos para seguir probando, para continuar dando "corazones" o "cruces". Es una lógica de consumo insaciable en la que nada nos satisface y tenemos la falsa esperanza que algún día encontraremos ese "TODO" que nos "COMPLETE A LA PERFECCIÓN".

Los dos grandes mitos que ha inventado la modernidad (más allá del "El Progreso"), son el de "La Perfección" y el de la "Completud" como un estado en el que se puede alcanzar un "Todo".

Empecemos por lo de la perfección: la realidad dista de ser perfecta. Nuestras expectativas siempre chocan con lo que la realidad nos muestra cotidianamente. O nos hacemos cargo de que esa perfección tan anhelada es un invento de algún hijo de puta trastocado para cagarnos la vida y generarnos una frustración constante; o empezamos a amigarnos  con esas imperfecciones, que con el tiempo incluso hasta nos empiezan a caer simpáticas.

Segundo: la idea de "completo, acabado, finito". La modernidad creó este mito del sujeto moderno escindido de la naturaleza. Un sujeto racional y completo. En nuestra búsqueda amorosa proyectamos lo mismo: queremos alguien "que nos complete". Lo cierto es que nadie nos puede completar. No somos botellas vacías. No está en el Otro la misión de completar nada. En última instancia podría "complementarnos" y de allí podría surgir un vínculo lleno de riqueza y aprendizaje. 

Esta búsqueda frenética del amor, impulsada por las redes sociales de levante que nos abre un abanico bastante amplio para conocer personas constantemente, nos ha vuelto "INCONFORMISTAS" tratando de no pecar de "CONFORMISTAS" como fueron nuestros abuelos y algunos de nuestros padres. En esa búsqueda desesperada olvidamos lo esencial: cómo entablar un vínculo, permanecer, tolerar lo bueno, lo malo, no frustrarnos porque el otro no es todo lo que soñábamos. Probablemente nosotros tampoco lo seamos para esa persona.

Elegir a un "Otro", con todo lo que viene: sus virtudes, sus defectos, sus mañas, sus berrinches, sus mimos, sus agallas, sus miedos, su generosidad, su mezquindad, con TODO lo que traiga "EL PACK", es hoy por hoy un acto de valentía. Es una decisión. Es plantarse al amor en una época en la que proliferan los vínculos efímeros y fáciles (no voy a usar "amor líquido", no soy tan obvia) y le dice a ese "Otro" muy firmemente: "Yo te ELIJO". Y es recíproco.

*Esta cuenta banca el amor <3 <3 <3*


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⏰ Laatst bijgewerkt: Dec 17, 2016 ⏰

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