-Sabes como es mi padre, sólo intenta ponerte nervioso y lo sabes. Olvida lo cascarrabias que es, en el fondo sólo quiere lo mejor para mí y tiene miedo de que tú lo seas. –Dijo en un susurro, mientras acariciaba mi pelo- gracias por venir.

-No me des las gracias, las familias son algo serio en una relación, ¿no? –Pregunto, elevando una ceja- si tengo que llevarme bien con tu padre para estar contigo lo haré. Espero no mearme encima esta noche, intentaré controlar mis nervios.

La carcajada que soltó fue como música para mis oídos.

La sentí abrazarme, y la pegué a mí con más fuerza.

-Creo que deberíamos preparar la mesa. Si tu padre entra y nos ve así creo que… -No me dejó acabar, ya que se separó de mí y empezó a reír-

-Que tonto eres, no te va a hacer nada. –Dijo, mirándome con una sonrisa-

Comenzamos a poner la mesa en silencio, yo le pasaba los cubiertos y ella los ponía. La observé como lo hacía todo. Tan perfecto siempre.

Cuando acabamos justo se abrió la puerta, dejando ver a una de las sirvientas que Sam siempre había tenido desde que era pequeña. Llevaba en sus manos una bandeja con comida, así que nos apartamos de allí mientras colocaba la comida.

Y diez minutos después nos sentamos todos juntos a comer. Yo justo al lado de Sam, su padre enfrente de mí y la madre de Sam enfrente de ella.

-Así que… ¿Dentro de nada puedes conducir, no? –Me preguntó el padre, y yo dejé de comer. Asintiendo-

-Si, en cuanto cumpla los dieciocho puedo hacer el práctico. Ya tengo aprobado el teórico. –Dije, bebiendo un poco de agua después de eso-

-¿Piensas llevarte a mi hija a algún sitio lejos cuando tengas el carnet?

Me atraganté con la comida cuando escuché eso.

¿Qué clase de pregunta era esa?

Sam respondió rápidamente.

-Papá, por favor… -Susurró, sonrojándose-

-¿Qué pasa? Me adelanto a posibles acontecimientos. Sólo quiero saber lo que Leo tiene planeado. –Dijo, elevándose de hombros mientras partía su carne-

-Tranquilo, no la sacaré del país hasta que no conduzca bien del todo. –Dije, esquivando su mirada- No quiero tener un accidente con Sam, ni mucho menos.

-Eso espero hijo, por que como pase algo seré yo mismo el que te quite el carnet.

Tragué saliva, volviendo a pinchar comida de mi plato y comiendo en silencio. Hasta que el padre volvió a abrir la boca, y mi cara se quedó completamente blanca.

-¿Estáis usando protección?

Carraspeé bastantes veces, bebiendo de mi vaso de nuevo. Madre mía. Vi a Sam fruncir el ceño, y a su madre darle un pequeño golpe sobre el brazo.

Los encantos de Sam (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora