Capítulo Nueve

736K 76.4K 73.9K
                                    

NUEVE

Tengo que admitir que ser el centro de atención de los cincos miembros de BG.5 es desconcertante, siguen cada uno de mis movimientos. No suelo ser una mujer de nervios o sonrojos, pero puedo sentir una gota de sudor resbalando por mi espalda ante tantas miradas.

—Entonces —Habla Dexter— ¿Siempre eres así?

Caigo en la trampa cuando respondo:

—¿Así cómo?

De reojo veo a Harry negar con la cabeza con una pequeña sonrisa y sé que la respuesta será bastante peculiar.

—Caliente, atractiva, despampanante. Con esos ojazos y esa mirada —enlista Dexter encogiéndose de hombros y sin dejar de sonreír mientras arqueo una ceja hacia él.

Alguno de ellos disfraza una tos con una risa.

—¿Tú siempre eres así? —Ahora soy quien pregunta y hago mi propia lista antes de que pueda responder—¿Bocazas, inoportuno, confiado y listillo?

—Es peor —Me asegura Harry golpeando la nuca de Dexter—, solo que olvidaste agregar: boca sucia, dolor en el trasero, problemas seguros.

Una risa se me escapa y en respuesta Harry me guiña un ojo en tanto Dexter suelta un bufido.

—¿En dónde está el miembro BG.6? —Me pregunta Doug.

Me cuesta captar la pregunta hasta que recuerdo lo que llevaba puesto mi hijo cuando nos conocimos, río una vez más dándome cuenta de que poco a poco me he ido relajado alrededor de ellos,

—Con mis padres, no es el día de traer a tu hijo al trabajo.

Camino hasta mi asiento dejándome caer sentada, dándome cuenta de que con una conversación baja entre ellos, Harry se acerca.

Trato de no darle importancia al hecho de que Harry toma el asiento de Amelia ni a la manera en la que apoya un codo sobre la más extensa y apoyo su barbilla de la mano, haciéndome el centro de esa intensa mirada azulada.

Entonces sucede lo que pasa muy poco: me sonrojo de una manera feroz en la que incluso siento un abrumador calor. Inevitablemente llevo una mano a la mejilla como si persiguiera el calor en mi piel.

—Sonrojada —murmura Harry con una sonrisa ladeada y me encojo de hombos.

—Me miras fijamente.

—¿Eso es lo que tiene sonrojada? ¿Mi mirada?

Deja de apoyarse sobre su mano y se inclina apenas un poco hacia mí, pero yo lo noto.

—¿Por qué no quieres hacerlo? —pregunta y estoy desconcertada—. Escribir nuestra biografía.

»Sé que podemos ser ¿Intensos? Pero te prometo que somos respetuosos, respetaremos tus límites y podemos llegar a un acuerdo sobre cómo hacer funcionar esto. No te haremos pasar un mal momento y creo que es una buena oportunidad para ti al igual que para nosotros.

Permanezco en silencio y me llevo una mano al cuello como si eso pudiese relajar la creciente tensión de este encuentro. Su mirada se posa en mis dedos y arquea una ceja antes de con lentitud, dándome tiempo a retroceder, tomármela en la suya.

Su toque es cálido y siento la almohadilla áspera de sus nudillos, quizá consecuencia de tocar un instrumento musical, cuando acaricia mi dedo anular y me mira directamente a los ojos.

—No hay anillo, Kaethennis.

No lo entiendo de inmediato porque hoy mi cerebro tarda en procesar, pero poco después lo hago. Con rapidez recupero mi mano dejándola sobre la mesa antes de darle el intento de una sonrisa.

H de Harry (BG.5 libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora