-¿Dónde estarás Mia?- Preguntó para si aun con una sonrisa en la boca que desapareció al ser embestido por sorpresa.
-Lo siento- Mia alzo la mirada y se encontró con aquellos ojos azules que comenzaba a odiar. -Tu- Dijo incriminatoriamente y contuvo las ganas de darle un golpe, Sameh la había arrastrado a todo eso, tenía la culpa del ridículo que había hecho.
-¿Que te sucede?-Para su sorpresa el semblante de Sameh se había endurecido y tomándola de un brazo la acerco a el - ¿Que le paso a tus ojos?- Exigió al verlos tan enrojecidos como la sangre, tacto su piel caliente, aunque llevaba un vestido de tiras damasco que se le veía muy bien y se notaba era refrescante, parecía que la calor le había provocado un derrame a los ojos.
-No es nada- Quería relajarse, casi se puso a llorar de la frustración y sus lentillas se corrieron por lo que tuvo que sacárselas, realmente no le sucedía nada a sus ojos.
Mia agarro su bolso y se soltó del agarre del entrometido, para dirigirse a la salida de aquella casa tan rápido como sus pies pusiesen caminar con aquellos horribles tacones. Cuando el valet la vio fue a buscar inmediatamente su transporte.
-Estúpidos tacones- Se quejó Mia al descalzarse y quitarse los adornos de su cuerpo para guardarlos en su bolso, del cual extrajo la ropa con la que había llegado a la casa de su madre.
-¿Que estás haciendo?- Sameh bajo las escalares de entrada viendo como ella se ponía rápidamente unos pantalones debajo de su vestido y unas zapatillas.
-No me puedo ir con vestido- Explico molesta por su presencia. Ni siquiera sabía porque le respondía.
-¿Porque te vas Mia?- Por alguna extraña razón Sameh la había seguido y ahora no quería que se fuese.
-¡Que %&$#"!#"! te importa!- Le espeto poniéndose una chaqueta para el viento. El valet llego con su motocicleta y antes de ponerse el casco se sacó la peluca que le estaba dando comezón.
-Guau...- Escucho la exclamación de un hombre detrás de ella. Pensó que era Sameh que al parecer insistía en hacerle compañía, pero cuando volteo no era el, aunque el hombre tenia unos ojos azules parecido a los de Sameh decidió que estos eran mucho más hermosos, con un toque salvaje e indomable que le hizo temblar las piernas.
-Eres la bruja más hermosa que he visto en mi vida- El desconocido se acercó a ella sin dudarlo y acaricio su larga cabellera extasiado.
Mia creyó que era alguien de otro planeta, aquel hombre de cejas pobladas tan negras como la noche, una barba perfectamente cortada y espesa. Mia tenia unas enormes ganas de poder hundir sus dedos en su rostro, poseía una piel tostada exquisita que contrastaba con aquel traje de varias capas de una tela blanca y dorada, además de aquella toga en su cabeza, sin duda era del medio oriente, pero parecía mas un príncipe, guapo y peligroso.
-Hermano, no pensé verte hasta mañana- Esta vez era la vos de Sameh quien hablaba rompiendo el hechizo que aquel hombre había utilizado en ella.
-¿¡Cariño este es tu hermano menor!?- Mia miro a la rubia de la cual no se había percatado. Parecía una de esas modelos de revista y sintió una extraña punzada al verla tomada del brazo del hombre guapo, ella tenia una sonrisa boba en su rostro mientras lo tocaba, pero se levanto el animo al pensar que parecía un adorno más en el traje de aquel hombre.
-Silencio mujer- Ordeno el recién llegado con una carencia total de cariño y toda luz que había visto en él se apagó como si le hubiesen echado un balde de agua fría, Mia pensó que las primeras impresiones engañaban y que no se volvería dejar impresionar tan fácilmente.
-Gracias por traerme la moto- Mia sonrió al valet ignorando a los hombres tras ella. -Salúdame a tu esposa Julio- Hablo al hombre de avanzada edad quien le sonrió familiarmente, después de todo se conocían hace años.
-De su parte señorita, espera verla pronto al igual que Mirta- Los ojos del hombre se llenaron de amor al hablar de su esposa e hija.
-Yo también, les llamare pronto- Mia se puso el casco que su hermano le había regalado, era especial en muchos sentidos ya que su vista no era muy buena de lejos y tenia un hermoso diseño de fuego muy real.
Mia monto en su moto pero fue detenida al ser jalada por una mano que le sostenía el brazo izquierdo con brusquedad.
-Aun no te permito marchar- Le ordeno el extraño con un tono violento.
-No puedes irte en motocicleta- Dijo Sameh molesto -Deberías soltarla Dave- Agrego con frialdad al ver que su hermano aun tenia agarrada a Mia.
Ambos hombres no parecían hermanos, porque se trataban con demasiada frialdad. Mia los observo, tenían el mismo color de ojos y el mismo tono de piel, ademas de que sus rasgos eran muy similares, pero Sameh se veía refrescante y el otro con su barba se veía intimidante.
Mia pensó que tal vez no todos los hermanos se llevan bien, ella era un claro ejemplo...pero ella quería a Dimitri aunque solo fuese su hermanastro, pero lo que vio en los ojos azules de Sameh, no era amor por su hermano, de hecho estaba segura que podría ser odio
En cualquier caso no se quedaría toda la noche en medio de ellos.
-¡Suéltame!- Le ordeno al hermano de Sameh, estaba sintiéndose desesperada al notar que el corazón había comenzado a bombearle más fuertemente. Pero en vez de soltarla su agarre se hizo más doloroso.
-Tu no me das ordenes- Aquel extraño hombre apretó aún más haciéndole daño.
Aquella noche había aguantado demasiado, y no dudo en enterrar sus uñas en la mano que la aprisionaba y utilizando toda la frustración que había sentido aquella noche, golpeo el rostro de aquel narcisista quien se tambaleo hacia atrás desconcertado.
-¡Que les den por el culo, malditos gilipollas!-Les grito a los hermanos y acelero tan rápido que su motocicleta rugió y dejo una marca en el asfalto. Aquella noche no podía ser peor, pero recordó que tenía que terminar un cuadro y por un breve momento pensó que estaba cansada de pintar.
-Ast Dave, ¿Está usted bien?-Pregunto uno de los guardaespaldas asombrado. El Ast solo levanto la mano para hacerle retroceder y este guardo silencio.
Mi a lo había sorprendido con su furia, pero no estaba enojado. Dave sobo su mejilla mirando en dirección donde la bruja se había ido.
-¿Cariño estas bien?- La rubia estaba preocupada, pero aquel hombre la despacho con un movimiento de la mano.
-¿Quién era ella?- Pregunto esta vez a su hermano Sameh con el más cordial tono a pesar de que podía ver en su expresión lo molesto que estaba.
-Es la hija de nuestro socio- Mastico las palabras porque no tenia en alta estima lo que su hermano Dave haría si se interesaba en Mia.
-Es una chiquilla de alta cuna- Dave pensó que eso era bueno.
-¡No lo es!- Le interrumpió Sameh, conocía bien a su hermano y lo que aquella mirada significaba. Tal vez el era playboy pero nunca había dejado a mujer insatisfecha sentimentalmente, siempre había terminado bien sus relaciones, al contrario que Dave, su hermano había llevado a la ruina a demasiadas mujeres.
-¿A no? Pues eso es mas entretenido- Sonrió Dave de forma descarada y entro a la casa para celebrar el cumpleaños de la futura esposa del hijo de su socio, aunque realmente había ido allí para hablar con él. Sin embargo sus pensamientos evocaban la sensación de aquel cabello brillante y sedoso entre sus dedos.
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SOLO MIA ©
Romance¿Cómo poder amar a un hombre egoísta y opresivo? se pregunta ella. ¿Cómo poder amar a una mujer liberal y subversiva? Se pregunta el. Tal vez este amor solo pueda mantenerse con una ayuda sobrehumana... Tal vez tendrán que confiar uno en el otro sin...
Capitulo tercero
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