Parte sin título 19

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«Solo he venido a ver si mi hija está bien después de tener que abandonar su empleo»

«¡Está genial! Acabo de hablar con ella, hemos recogido sus cosas y las hemos llevado al coche y se ha ido al nuevo apartamento. Es más...» dijo girándose hacia Emma «Me ha dicho que te dijera que fueses allí a verla, que te mandaría la dirección por mensaje»

«¿Y sabes dónde está ese apartamento?» quiso saber Cora

«Claro que sí» David sonrió «Soy su mejor amigo»

«¿Puedes llevarme allí?»

«Creo que si ella quisiera que fueras, te hubiera dado la dirección, ¿verdad?»

Cora se controló para no darle una bofetada a aquel muchacho petulante.

«Pues bien, ya que ella no está aquí, me marcho» dijo dándoles la espalda a los hermanos.

«¿Estás bien?» preguntó David en cuanto la mujer desapareció

«Sí»

David sabía que era mentira, pero no le replicó a la hermana

«¿Has sido expulsada?»

«No, ni siquiera me han suspendido. Solo he recibido una advertencia. Se lo debo a nuestro padre»

«A veces, el apellido Nichols sirve, Emma. Vas a aprender eso»

«No quiero aprenderlo. No quiero usar ese apellido. Si no lo usas tú, ¿por qué lo usaría yo?»

«Bueno, yo solía usarlo, me sacó de muchos problemas»

«¿Entonces creciste y descubriste que era una idiotez ser el hijito de papá?»

«No, descubrí que las personas no respetaban el apellido, le tenían miedo. Y eso es horrible»

«Un motivo más para no usarlo»

«Ahora vamos, voy a llevarte hasta tu novia. No tengo nada mejor que hacer ya que mi novia está ocupada»

«¿Tu novia? ¡Ay, Dios mío! ¿Tú y Mary?»

«Sí»

«Ahhh, hermanito» Emma saltó y se abrazó al cuello de David y los dos se echaron a reír «Sabía que, al final, eras de corazón blando como tu hermana»


Cuando Regina abrió la puerta para recibir a Emma sabía que algo no andaba bien.

«Dime que no has sido expulsada»

«No lo fui. Pero tú sí» Emma no consiguió contener más sus lágrimas «No quería esto...perdóname...perdóname...» decía abrazando a Regina.

«¿Por qué te disculpas si tú no has hecho nada? Fue decisión mía, Emma, sabía muy bien lo que iba a pasar»

«No deberías haberlo hecho...yo no quería que perdieras lo que más amas»

«No lo he perdido. Lo que más amo eres tú, mi niña» Regina tomó el rostro de la muchacha entre sus manos, haciendo que la mirara de frente «Escucha bien. No me arrepiento de nada. ¿Lo entiendes?»

«No te arrepientes ahora, pero un día lo harás»

«Solo me arrepentiría un día si tú no valieras la pena, pero sé que lo vales. Sé que es contigo con quiero estar el resto de mi vida. El trabajo es una cosa más, Emma, pero lo que siento por ti no puede ser definido y eso está por encima de todo»

«Tengo tanto miedo de que un día te des cuenta de que no soy tan importante...»

«Tonta, ¿de verdad crees que un día podré amarte menos, creerte menos importante? Eso nunca va a pasar. Eres el amor de mi vida» Regina dijo la última frase lentamente.

Emma consiguió sonreír, más calmada ahora, entonces abrazó a la morena y si pudiera, no la soltaría nunca más.

«Ahora ven, ven a conocer nuestra casa»

«¿Nuestra?»

«Claro. ¿No creerás que voy a dejar que sigas viviendo en la facultad o en casa de los Nichols, verdad? Como si pudiera pasar una noche lejos de ti»

«¿Me estás invitando a que vivamos juntas?»

«No, estoy diciendo que vamos a vivir juntas. No tienes elección»

Emma sonrió, ahora de verdad.

«Me va a encantar vivir contigo, al igual que me encanta hacer de todo contigo»

Después de cenar, las dos decidieron acabar ese día lleno de emociones viendo una película, juntitas en el sofá.

«¿Hay algo más rico que estar así agarradita con la persona que amas?» dijo Emma toda melosa mientras se acomodaba mejor en los brazos de Regina

«Para mí no hay nada mejor, mi niña» la abogada apretó más a la muchacha en sus brazos «Te va a encantar esta película, ¿sabes?»

«¿De qué va?»

«De una escritora que se enamora de una fotógrafa, pero esta está casada con un sacerdote»

«Vaya, y yo pensando que nuestra historia era complicada. ¿Cómo se titula la película?»

«Elena Undone»

Cuando la película terminó, Regina no pudo evitar sonreír.

«Mi niña está muy llorona hoy» dijo con voz dulce y plantó varios besos por el rostro de Emma, que al final de la película estaba llorando como una niña pequeña.

«Es tan hermoso»

«Sé que lo es, sabía que te iba a gustar»

Emma se inclinó, se apartó un poco y miró a Regina a los ojos, seriamente

«Haz el amor conmigo, Regina» usó exactamente la misma frase de la película a propósito

Regina sonrió y la cogió por la cintura e invirtió las posiciones de sus cuerpos, quedando por encima de Emma, y entonces las dos hicieron el amor allí mismo, de la forma más delicada y sublime posible.

La morena se derrumbó en los brazos de la rubia que la acogió en un abrazo.

«Dime que vamos a ser felices para siempre» pidió Emma

«Lo vamos a ser. Podemos pelear, puede pasar cualquier cosa, pero al final del día, estoy segura de que serán tus brazos a los que voy a querer volver»

«¿Lo prometes?»

«Lo prometo»




¡Qué cosa más linda! ¿No? Esa promesa de Regina es puro amor, a ver si es verdad. 

Wicked GameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora