Prólogo

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-Vamos Rose- susurró lo más bajo posible. Los tacones ya se habían hecho sus peores enemigos y si a eso se le sumaba el extremadamente corto vestido que llevaba puesto en esa ocasión, era comprensible porque le estaba costando tanto concentrarse en caminar una línea recta. Ya se imaginaba el rostro de Hermione si les viera entrar en ese estado y con su hija inconsciente- Vamos a evitar un tiempo el alcohol, ¿oíste?-amenazó decidida hacia su amiga, mientras seguía avanzando con Rose por el barro que rodeaba la madriguera.

Como todos los años, la noche previa al comienzo de las clases, Londres se volvía tentadora con sus fiestas para despedir el verano y todos los jóvenes del clan Weasley y amigos, terminaban en la Madriguera para escapar del regaño paternal.

Sin proponérselo, uno de sus tacones chocó contra una piedra, provocando que resbalara y ambas cayeran al suelo convertidas en una masa de piel embarrada y cabellos rojizos enmarañados.

Destiny suspiró mientras intentaba levantarse, pero cada intento que hacia lograba solamente hundirle aun más en el barro. Luego de luchar bastante tiempo, bostezó, totalmente rendida y se dejó caer para coordinar más tarde.

-Tequila- murmuró Rose a su lado mientras giraba sobre ella misma y ponía la cabeza sobre el barro, provocando que empezara a toser.

-Cállate- murmuró mientras manoteaba para acomodarle- Nos va a oír tú abuela...

-¿Qué hacen ustedes aquí?- aquella voz hizo que una sonrisa apareciera en su rostro y se inclinará, mirando a contraluz hacia el muchacho que había aparecido ante ella.

James Potter le miraba con las cejas alzadas, mientras Fred II Weasley reía a su costado.

-Vinimos a darnos un baño en el estanque- contestó con burla mientras él entrecerraba los ojos- Sobre todo con esta ropa que es sumamente cómoda para tirarse a jugar en el pasto.

-¿Estas borracha?- el pelirrojo se inclino sobre su prima para poder verle mejor, pero no recibió contestación alguna- Vaya, a Scorpius le agradará saber que su novia ha vuelto en tan mal estado...

-¿Scor?- Destiny abrió los ojos como platos- ¿Él también viene hacia aquí?

-Si- contesto James formando una sonrisa- Albus ha convencido a tío Ron de dejar sus problemas de lado, este año... Por lo que ambos deberán de llegar en cualquier momento.

Y como si fueran invocados, el par de Slytherin aparecieron en la entrada de la Madriguera, notando enseguida al grupo que estaba en el patio y acercandose hasta ellos al ver el par de cabelleras pelirrojas.

-¡Rose!- llamó el rubio lanzándose sobre su novia, quien al oír su voz intentó incorporarse, terminando más enterrada aún en el barro- Por Merlín, Destiny- reprochó mirando a su amiga, cargándola con la culpa.

-A mí no me mires- dijo mientras se sostenía sobre si misma, quitándose los tacones para finalmente aventarlos al estanque- No más zapatos altos, no más fiestas descontroladas y mucho menos... alcohol... por este año.

-No me sorprende- Albus estaba un poco más atrás de donde ellos estaban, analizando la situación con molestia- Emborracharse un día antes de empezar las clases. Sumamente inteligente.

Destiny le miró enseguida, sintiéndose algo avergonzada.

Su cabello negro azabache lucía un nuevo corte, su piel blanca brillaba bajo el reflejo de la luna llena, sus ojos verdes esmeralda irradiaban esa energía típica de él y sus labios... aquellas finas protuberancias rosadas provocaron que, pesé a saber que estaba siendo observada por todo el mundo, largará una risita y se dejará caer hacía atrás nuevamente al perder el sentido de sus pensamientos.

Y... es que Albus lucía tan lindo cuando se enfurecía.  

Adiós, Albus PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora