Mamá había sufrido la mayor parte de su vida, no venía de una familia privilegiada y siempre se esforzó por dar lo mejor de si misma, papá le arruinó la vida, me atrevería a decir. Mi padre golpeaba a mi madre, no fue hasta que ella tuvo el valor de separarse de él y denunciarlo que logramos tener una mejor vida, papá pasó unos dos años en la cárcel por violencia doméstica y logró salir bajo libertad condicional por su excelente conducta, ahora estaba trabajando en otro estado, lejos de nosotras porque sí, mamá también le puso una orden de restricción.

Vivíamos a base del sueldo de enfermera de mi madre, por lo que había veces en los que nos costaba más llegar a fin de mes, pues, a pesar de ser un trabajo muy pesado y arduo, no se le recompensaba ni se le estigmatizaba como debería. Siempre estaba trabajando dobles turnos y cubriendo los de sus compañeras cuando veía que el mes iba peor en cuanto dinero.

Aunque la relación con mi padre no era precisamente buena aún recibíamos una manutención por parte de mi padre. No me gustaba gastar dinero ni tener que llamar a la persona que tenía como padre para pedirle ayuda financiera.

Subí a mi cuarto y me tumbe en la cama, hoy no tenía tareas por hacer, y había limpiado la casa a inicio de semana.

[...]

—La clase terminó, pueden salir. —No quería salir, enterré mi cabeza entre mis manos y fingí dormir.

Tenía hora libre, y quería quedarme en el salón de clases, esta bien si me hacía pasar por un estudiante más de la clase que seguía, así no tendría porque cruzarme con Olivia.

El asiento a mi lado sonó, la silla fue arrastraba con flojera y provocó un chillido que me hizo brincar en mi lugar, era horrible y muy molesto, pero no mostré mi cara.

Escuché a la profesora entrar.

—Chicos, abran la página 56 de su libro de texto. Tienen la mitad de la clase para resolverlo, luego lo comentaremos.

—Oye. —Escuché una voz masculina a mi lado susurrarme aquella palabra.

Me giré con pesadez sin levantar mi cabeza ni enderezar, deje a la vista mi ojo derecho para ver de quien se trataba. El chico a mi lado era Isaac, quizás si me estaba siguiendo ¿o yo a él? ¡quizás esto era el universo! debía y tenía que ser mi pareja en el tonto baile.

—¿Qué? —Le respondí.

—¿Qué haces aquí? Creí que no compartíamos ninguna clase. —Bufé y me acomodé en mi silla.

—Pues no compartimos ninguna clase. —El me miró confundido.—Sólo ignórame, estoy matando el tiempo.

—Deberías hablarme con un mejor tono si no quieres un reporte. —Lo miré molesta.

—Eres un- —Tomé aire e intenté calmarme.—No estoy haciendo nada malo, no me estoy saltando ninguna clase, si esa es tu pregunta. —Suspiré y me apresuré a hablar antes de que dijera algo.— Tengo hora libre y quería reforzar mis conocimientos ¿ganarás contra ese argumento?

—Bien, tu ganas. —Isaac rodó los ojos.

Actualización del tablero, Joyce 1 - Isaac 1.

—Oye García. —me acerqué a él y este me miró confundido.—¿Has ido a un baile de debutantes?

—Mmm... —Pensó.—No, escuché que este año irán las chicas de nuestra edad. —Asentí.—Es ridículo, infantil, retrogrado, y tonto.

—Por fin estamos de acuerdo en algo. —Dije riendo.

—Entonces supongo que no irás.

—Lo haré. —Me miró confundido.

—¿Por qué? Creí que estábamos de acuerdo.

—Mi mamá me estuvo regando durante casi medio año, no quería decepcionarla.

—Creería que te mantendrías fiel a tus principios.

—¿No irás? Quiero decir, eres bastante popular, seguro que has recibido alguna invitación. —El se encogió en hombros.

—Recibi más invitaciones el año pasado que este.

—Ya has recibido invitaciones y aún queda mucho para que sea el baile, te buscarán más que el año pasado, eso es seguro.

—Te todos modos, rechazaré todas las invitaciones. Quiero decir, no suelo rechazar a las chicas cuando me invitan, al final ¿quién soy yo para negarles disfrutar de mi belleza y carisma? —se recargó en su asiento mirándome con superioridad.— pero esta vez es diferente, soy bastante fiel a mis principios.

—Seguro que sí. —dije riendo.

La clase pasó bastante rápido <y hubiese deseado que no> pero terminó, Steph me esperaba fuera del salón para que ambas camináramos a la juntas la clase de ciencias, que era la única que compartíamos.

—Nos vemos, señorita de costumbres retrogradas. —Isaac se despidió de mi con una sonrisa en los labios, si las miradas mataran, ya habría enterrado a Isaac 7 metros bajo tierra.

Negué con la cabeza. Frente a mi tenía a Steph, sus ojos castaños se centraron en los míos, aparté la mirada, con una sonrisa incómoda.

—Wow. —Soltó, sus ojos parecían estar más brillantes de lo normal o quizás era idea mía, ¿se habrá dado un toque de hierba o algo por el estilo?

—¿Qué sucede? —pregunté aún con una sonrisa en la cara.

—Uno, ¿qué fue eso? ¿por qué de repente hay tanta complicidad entre Isaac y tú?, dos, jamás te había visto sonreír así.

—¡De que hablas! —Tomé a mi amiga de los hombros y la empujé hasta la clase de ciencias.

Cuando ambas nos sentamos, ella me seguía mirando con intriga esperando que le contara todo.

—Bien, en primer lugar, Isaac ya tiene invitaciones para el baile de debutantes. —Me miró confundida.

—Nisiquiera nos han entregado las invitaciones.

—Claro, me refiero a que son invitaciones por mera palabra hasta que nos entreguen las invitaciones oficiales.

—Vale. —Vaciló.

—Y le parece una tontería esto del baile, por eso rechazo invitaciones el año pasado, y este año piensa hacer lo mismo.

—Bueno, pero hay algo de chispa entre ustedes, se que no lo puedes notar, ni él lo ha de haber notado pero ¡lo vi con claridad!, hagamos que cambie de opinión y te lleve al tonto baile.

—¿Crees que quiera?

—Si logras estar lo suficientemente cerca de él, probablemente te diga que sí. —Se aclaró la garganta.—A todo esto, ¿qué fueron esas sonrisas al despedirse?

—Pues, estuvimos bromeando toda la clase, simplemente fue eso, fluyó más que la primera vez. —Steph alzó una ceja.—Y es todo, no me mires así. —Dije riendo.

La profesora de ciencias entro al salón para dar la clase, provocando que la conversación entre ambas finalizara.

¿Cómo llegar a un Walter? | Isaac GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora