Capítulo 8: Un mapache se roba mi cámara

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-Cuidado... Soy tu jefe ahora. _di una gran sonrisa burlona al escuchar eso.

-Disculpe jefe... ¿Qué desean ordenar? _dije con voz alegre.

-Dos pizzas de queso sin cebolla 4 batidos de mora 2 de chocolate y seis de vainilla agrega dos porciones de papas fritas y agregales pimienta a las pizzas. _ordenó casi sin respirar, pero yo no anoté nada porque no encontraba mi lapicero.

-¿Dónde puse esa mierda? _murmuré requisando mis bolsillos pero no lo encontraba.

No sé como explicar la extraña situación que acaba de ocurrir, pero Camila se levantó y pasó una mano por mi oreja dejando al descubierto el maldito lapicero.

-¡Ahí estaba! _sonreí tomándolo de su mano y mirándola por unos breves segundos ates de que Austin la hiciera sentarse de nuevo.

-No lo volveré a repetir Jauregui. _Austin sonrió triunfante pero yo solamente reí apuntando exactamente lo que el pidió en la libreta.

-No te preocupes jefe yo si tengo cerebro. _terminé de anotar y le guiñé un ojo burlonamente. -Su orden estará lista pronto.

Sonreí aún más al ver el rostro de irritación del calvito y me fui a entregar la orden a la cocina.

Finalmente el día terminó y todos estábamos agotados por el gran trabajo. Rosa se acercó a nosotros con una gran sonrisa de agradecimiento.

-No se como pagarles esto que hicieron por mi. _fué hasta la caja registradora y sacó un fajo de billetes dispuesta a darnoslo pero Louis la detuvo.

-Deja eso ahí Rosa. Lo hicimos con todo el gusto, no necesitas pagarnos. _todos asentimos de acuerdo con él.

-Pero chicos, se mataron trabajando... Es un deber mío. _dijo a la defensiva.

-No, Rosa, ya escuchaste a Tommo y no aceptaremos ningún dinero. _Vero agarró el dinero y lo colocó en la caja registradora de nuevo.

Rosa nos sonrió totalmente agradecida y nos dió un abrazo a cada uno.

-Gracias de verdad mis niños, jóvenes como ustedes ya hay muy pocos.

-No nos agradezcas. Nos vemos otro día, jefa. _dije con voz divertida y todos nos despedimos de la increíble mujer.

Fuimos a nuestras casas. Ya era tarde noche y yo decidí salir con Albano y mi cámara hasta el campo para tomar unas cuantas fotos mientras que Laur estudiaba para su examen.

Se podía ver claramente el atardecer desde el viñedo, así que dispuesta a no desaprovechar la oportunidad apunté con mi cámara y saqué una hermosa fotografía de un hermosos paisaje.

Seguí cabalgando con Albano hasta el campo donde también podía verse el viñedo de mi padre totalmente verde. Saqué otra fotografía que quedó igual de perfecta que la anterior.

-¿No crees que es genial, campeón? _saqué una zanahoria de mi mochila y se la di a él.

Dejé mi cámara a un lado de mis pies y empecé a acariciar el cuello de Albano.

-¿Te gustan la fotos?... Quedarías muy bien en algunas. _Albano relinchó y yo reí buscando mi cámara en el suelo.

No estaba... La jodida cámara no estaba. ¿Cómo diablos? Hace un minuto exacto la tenía allí.

Mi pregunta fué contestada por el flash de la cámara que venía de un pequeño tronco de madera donde un mapache tenía colgada mi cámara.

-Hola amiguito... _empecé a acercarme a él. -¿Podrías devolverme la cámara? La necesito para un trabajo.

Extendí mi mano al pequeño animal pero este solo negó.

-¡Oh vamos!... ¿Por favor? _volvió a negar y esta vez hizo un pequeño chillido. Mi paciencia se agotaba. -¡Devuelveme la cámara, ladrón! _intenté lanzarme a él pero fué más rápido y empezó a correr hacia el lado izquierdo.

Corrí hasta Albano y moví las riendas indicándole que corriera. Albano empezó a correr detrás del jodido mapache hasta que éste se metió por una cerca que dejaba ver una gran casa.

Albano saltó la cerca justo a tiempo para ver como el mapache se metía por unos arbustos del enorme jardín.

-¡Mira por ese lado! _le indiqué a mi caballo los arbustos del lado izquierdo y él relinchando lo hizo.

-Veeeen... Mapache, mapache, mapache. _canturreé mirando todos los arbustos.

-¿Qué haces aquí? _pegué un brinco al escuchar la voz de Camila a mis espaldas.

-¿Tú que haces aquí? _dije a la defensiva observando su pijama de bananas.

-Vivo aquí, torpe y no recuerdo haberte invitado. _se cruzó de brazos.

-Y nunca la esperaría gracias.... Estoy buscando un mapache ladrón. _expliqué como si fuera lo más normal del mundo. -¡Lo has visto, Albano!

Albano relinchó en negación.

-¿Un mapache ladrón? __Camila hizo una cara de confusión.

-Así es... Me robó mi cámara y... ¡Ya lo ví, ya lo ví!

El pinche mapache salió de su escondite volviendo a correr pero esta vez logré atraparlo.

-¡No escaparás!... ¡Imbécil me estás rasguñando!... ¡Auch! ¡Necesitas cortarte las uñas!

Empecé a pelear con el mapache por mi cámara sintiendo como mi piel ardía por sus rasguños.

Finalmente logré arrancarle la cámara y el empezó a chillar como quien dice retándome.

-¡No te atrevas!... ¡Fuiste tú quien me robó la cámara!... Vale, siento haberte aplastado así... Albano también lo siente.

El mapache dejó de chillar y nos miró fijamente.

-¿Acabas de discutir con un mapache? _Camila me miró con una sonrisa divertida... Era sincera y hermosa.

-Él me robó. _me agaché hasta el mapache y le tendí un dedo. -¿Hacemos las paces chiquitín?

Pareció pensárselo unos segundos pero finalmente su patita atrapó mi dedo.

-Me caes bien... Creo que voy a llamarte Carlos, tienes cara de Carlos. _tomé mi cámara y me senté junto a Carlos. -¡Sonríe! _disparé sonriendo a la cámara.

Miré la fotografía y reí fuertemente al ver a Carlos con la cabeza a un lado mirando la cámara con curiosidad.

-Definitivamente estás loca. _comentó Camila al ver como sacaba un pedazo de zanahoria y se la daba a Carlos, el resto se lo di a Albano.

-¿Qué tiene de loco tomarte una fotografía con el mapache que te robó y después ponerle un nombre? _pregunté levantándome, pero al analizar mi pregunta si sonaba bastante loco.

-Tal vez... ¿Todo? _rodé los ojos con una pequeña sonrisa y tomé las riendas de Albano.

-Como sea... Lamento invadir tú casa, Cabello, era cuestión de vida o muerte. _me subí en Albano.

-La próxima vez hazlo como una persona normal. _me miró fijamente y yo sonreí.

-Lo normal es aburrido Cabello. _moví las riendas de Albano y él empezó a correr hasta pasar la cerca y Carlos empezó a seguirnos.

Photograph (CAMILA CABELLO Y TÚ) ✔Where stories live. Discover now