Capítulo X: Zero y Lelouch

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     —Debes estar cansada —dijo Lelouch comprensivo y la tomó por la muñeca para sacarla de la habitación—. Ven conmigo, te daré un bocadillo y luego tomarás un baño.

     — ¿Vas a tomarlo conmigo?  —inquirió Nene y un sonrojo apareció en sus mejillas.

     << ¡Nene! >> escuchó reclamar a la voz.

     Lelouch respondió con una sonora carcajada.

     Dos minutos tardó Nene en comprender que todo es risas y diversión hasta que te encuentras a solas con Zero.

     Al llegar a la cocina de la mansión, Lelouch lanzó a la Idol hacia uno de los bancos del desayunador y arrastró los pies de mala gana hasta la nevera.

     —No es el trato que solía recibir como Idol —se quejó ella.

     Silencio.

     —No te enseñaron modales, ¿cierto?  —le recriminó la joven Idol tras acomodarse en su asiento.

     —Y a ti no te enseñaron a mantener la boca cerrada, ¿cierto?  —le respondió él.

     Usaba su voz seria y demandante.

     Era Zero quien hablaba.

     — ¿Me vas a dar un pan viejo y agua sucia?  —inquirió Nene en tono hiriente.

     —Recuérdame por qué no he metido una bala en tu cabeza —le respondió él mientras untaba jalea de fresa en un par de panes para preparar un emparedado.

     —Porque quieres mi Xros Loader —dijo ella con todo el desprecio del que fue capaz.

     Lelouch esbozó media sonrisa.

     — ¿Tu hermana lo sabe?

     — ¿Saber qué?

     —Que eres Zero.

     Nene supo que aquello era algo que jamás debía decir frente a Lelouch cuando el chico borró su sonrisa. 

     Con cara de pocos amigos, Lelouch avanzó hasta la chica y dejó el plato con el emparedado frente a ella.

     —Respóndeme —exigió ella antes de tomar el bocadillo con ambas manos.

     —No sabes lo que significa ser Zero —respondió él furtivamente—. Y por tu propio bien será mejor que no involucres a Nunally.

     —Entonces no lo sabe —puntualizó Nene—. ¿Qué eres? ¿Un asesino? ¿Un anarquista?

     La media sonrisa volvió y Nene pudo darle una mordida a su emparedado consciente de que Lelouch había vuelto.

     —No puedo explicarlo —dijo el chico.

     Voz amigable y media sonrisa: era Lelouch.

     —No tienes idea de las cosas que he visto —comentó ella distraídamente tras tragar un bocado—. ¿Podrías darme una servilleta?

     Lelouch obedeció.

     —Así que has visto mucho... —dijo él mientras Nene limpiaba sus labios con la suave servilleta—. ¿Como Idol?

     —Como Digimon Hunter.

     — ¿Qué narices es un Digimon Hunter?

     —Dame algo de beber si quieres saberlo.

     La media sonrisa creció y Lelouch volvió a la nevera para servir un par de vasos de jugo de naranja bien frío. Nene esbozó una sonrisa, Lelouch comenzaba a agradarle a pesar de sus constantes cambios de humor y su evidente doble personalidad.

     Tras beber un buen trago de jugo, Nene relató de forma breve sus aventuras comenzando su historia en el punto en el que Yuu, su hermano menor, había sido secuestrado. Intentó explicar lo mejor que pudo los planes que tenía el malvado emperador Bagramon, la forma en la que conoció a sus queridos amigos y cómo fue que rescataron a su hermano.

     Lelouch la escuchaba atentamente y hacía preguntas ocasionales. Cualquiera que los hubiera visto habría pensado que estaban locos como un par de cabras.

     El relato de Nene continuó con sus aventuras en el DigiQuartz y la batalla contra el terrible Quartzmon. Mencionar tantas veces los nombres de Taiki y Kiriha le provocó tal nostalgia que tuvo que detener su relato en un par de ocasiones para tomar un trago de jugo antes de romper en llanto. Contó también la forma en la que había sido transportada a Britania y de esa forma le puso fin a su historia.

     —Bueno, ahora es tu turno —sonrió Nene.

     — ¿Mi turno?

     — ¿Cuál es tu historia y la de Zero?

     Lelouch lo meditó por un segundo. No comprendía cómo era que Nene le inspiraba tanta confianza. No podía flaquear en ese momento, no con ella. No con esos ojos púrpura que lo miraban con impaciencia, no con esa boca audaz que esperaba ansiosa por hacer preguntas mientras él intentaba hablar sobre Britania, su linaje... Su madre.

     <<Quisiera contarte... >> pensó Lelouch a su pesar, <<Si tan sólo mi Geass tuviera efecto en ti... >>

     — ¿Qué tanto miras? 

     De no haber sido por su voz, jamás se habría percatado de que la estaba mirando fijamente. No pudo evitar sonrojarse y ella soltó una carcajada.

     —Parece que te he puesto nervioso —se burló ella—. ¿El gran Zero no puede hablar con una chica sin sonrojarse?

     Él soltó una sonora carcajada.

     Tenía que admitirlo, le gustaba esa chica tan altanera.

     Separó entonces los labios para hablar cuando recibió una llamada.

     O quizá sería más correcto decir que Zero había recibido una llamada.

     —Aquí Zero.

     Nene guardó tanto silencio como pudo. A juzgar por la angustia que se reflejaba en el rostro de Lelouch, no era común que Zero recibiera llamadas.

     —Zero, soy Kallen —dijo ella al otro lado de la línea—. Enciende el televisor.

     La joven Idol no se había fijado en el televisor de plasma empotrado en la pared hasta que Lelouch lo encendió. La imagen en pantalla era de Mervamon y Sparrowmon luchando contra aquella máquina blanca que Nene había visto en su llegada a Britania. Lelouch miraba boquiabierto la transmisión y aferraba el mando del televisor con fuerza.

     —Nos vemos ahí —le indicó a Kallen y terminó la llamada.

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