— Estoy seguro que contigo a su lado despertará.— me dice y sonríe.

De pronto de va acercando muchísimo a mí. — Bueno, me tengo que ir.— lo dije para evitarlo

— Quedate, porfavor.— dice

— ¿Y Christopher?

— Lo llevé a un garaje y me dijo que no hacía falta que lo espere.

— Que raro..., te hubieras quedado a esperarlo, ya vengo.— le dije

— ¡Espera! Si me necesitas, aquí te dejo mi número. — me da un papel, supongo que con su número, lo guardo en mi campera y salgo de la habitación.

Voy hacia el hotel mas cercano de aquí, supongo que allí estaría Christopher.

Entro a éste y..., veía a Chris hablando con la recepcionista, riendo... ¿Soy celosa?

«Demasiado».

Bien, sí, lo admito, lo soy.

Caminé hacia Chris lentamente, no se porqué, pero si iba corriendo se iba a dar cuenta rápido de que aparecí.

— Hola...— dije sonriendo

— Tn, hola — me dice Christopher

— Al final, ¿qué habitación? — le pregunté

— La 48 del piso 10

— Ok, ¿tienes que irte a otro lugar?

— Em..., sí, sí, me voy ahora mismo.

— Bien, déjame dinero.

— ¿Qué?

— No me quedaré sola haciendo nada, iré a desayunar.

— ¿A dónde? — pregunta

Suspiro.— A un restaurante, tonto.

— ¿Sola?

— No sé, o capaz que me quedo con Zabdiel, necesito hacerle compañía.

Éste asintió y me dió su billetera, wow.

— De acuerdo, pequeña, me voy.— dice y me frota un poco el cabello.

Luego ví como se alejaba de mí, fuera del hotel.

— ¿Tn verdad? — alguien interrumpe mis pensamientos, era la recepcionista.

— Sí, sí

— Está loco por tí.— dice sonriendo

¿Christopher? ¿Loco por mí? Si coquetea con cualquiera, no le creeré nada.

— No lo cre...

— Habla siempre de tí, siempre.— me interrumpe.

Desvío mi mirada y veo a Johann, caminando, tal vez se iba del hospital.

— Bueno, luego seguimos charlando, adiós. — digo y salgo corriendo

— ¡Johann!

Se dió vuelta y comenzó a reír, ¿de qué?

— ¿De que te ríes? — digo

— Tu..., pelo...

— ¿Mi pelo? ¿Que tiene?

Saca su celular y con el reflejo de la pantalla puedo ver que mi pelo estaba totalmente despeinado, Velez...

“— De acuerdo, pequeña, me voy.— dice y me frota un poco el cabello.”

— ¿Tienes planes? — digo

— No, recién vuelvo del hospital, porque llego Noemi, la tuve que llamar porque llegó Stephanie, esa zorra.— responde

— No hablemos de ese tema..., ¿quieres ir a desayunar?

— Claro, me encantaría, allí está mi auto.— señala el mismo auto con el que nos trajo a mí y a Christopher.

[...]

— Entonces, Tn, 18 años, soltera...— dice Johann mientras tomaba un sorbo de chocolate caliente (chocolatada).

— No se si soltera... Tú..., Johann, 21 años, igual que Christopher, de Ecuador, igual que...

— ¿Ya puedes dejar de hablar de Christopher? — me interrumpe con una cara molesta.

— Perdón, pero tienen cosas en común, no era para que te molestes...— digo

— No, no me molesta, bueno sí, un poco, trato de hablar contigo pero de la nada abres un tema de Christopher... Quiero saber algo...— dice

— ¿Qué cosa? — digo mientras comía la tostada.

— ¿Ya tuviste relaciones con él?

Empecé a tocer porque me atraganté con un pedazo de tostadas.

— Toma, toma agua.— me da el vaso de agua y bebo un poco de ella.

— Perdón por la pregun...

— No, no importa.— interrumpo

— Entonces, ¿tuviste o no?

— Lamentablemente, sí, y me arrepiento.

— Ah... Oye.— dice y notaba como desviaba la mirada.

— Ya Johann que es lo que pa...— al darme vuelta dejé de hablar, nuevamente Christopher y una chica, ya me está hartando.

— ¿No es tu novio?— dice

— Sabes, vamos afuera.— digo

— Ya vuelvo, voy a pagar esto...— dice

— ¡No! — exclamo y llamo la atención de varias personas, ruego que no sea Christopher, me mataría... — yo traje la billetera de Christopher... — busco en el bolsillo trasero de mi pantalón.

— Ten — le doy 15 dólares.

— ¡Ya vuelvo! Ve afuera.— me grita Johann, estamos pasando verguenza aquí..., salgo afuera y siento el viento fresco, aire fresco.

— “Oh Christopher, me voy a quedar sola, sí, obvio, sola”. — dice Chris imitando mi voz.

— Primero, yo no hablo así, segundo, tú estabas con una chica, tercero, Johann es sólo mi amigo.— dije

— Bueno, ¿vamos al cine? — interrumpe Johann.

— Nos vemos, amor.— dijo Christopher riendo.

— Tn..., tierra llamando a Tn.— dice Johann

— ¿Eh? Em... Claro sí, vamos.

— ¿Qué tipo de películas te gustan?

Me quedé mirando por la ventana del restaurante como Christopher charlaba con la chica...

— Adiós. — dice Johann

— ¡No! — lo tomo del brazo.

En un momento Johann me tira fuerte del brazo para pegarme más a él y me roba un beso.

— No sé por qué hiciste eso, pero, lo dejaré llevar...— dije

— Claro, ¿vamos al cine?

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Continuará.

Mañana capaz que siga :)
Les quiero aclarar algunas cosas, porque me llegan mensajes de algunas que dicen si esto lo adapté, pero no, algunos capítulos pueden ser similares a alguna parte de alguna película, a veces.

Desde ya, les agradezco por leer la novela.

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-Joelnaticas.

300 NOCHES | Christopher Vélez y tú | HOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora