Disculpa- respondió alejándose de ella, recogiendo los sacos.

Será mejor que entremos para estar más cómodos-dijo la anciana y todos obedecieron.

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El sabía que ella no estaba en su casa... no pregunten como diantres sabe dónde vive la humana, dejémoslo en que solo fue casualidad él a verla encontrado.

Su detestable olor esta por doquier el patio, el templo y adentro... ¿Adentro? El no podía estar haciendo esto no en esa situación, no ese lugar la vivienda de un humano de esa humana.

¿Qué hacía ahí? Bueno ese ni el mismo lo sabía con exactitud, había decidido no volver a acercarse a ella aunque sea la única persona que podía ayudarlo, no lo aria JAMAS dependería de una mujer de una miko. Y entonces por qué no se iba la fragancia de la hembra lo atraía como un poderoso imán o quías un hechizo uno poderoso porque por más que lo intentaba no lograba moverse, se cuerpo no obedecía sus órdenes, lo confundía y eso lo molestaba "Todo esto es su culpa Estúpida humana "se repetía una y otra vez.

Como la detestaba, ese ser tan débil y escandaloso aun sin siquiera estar presente lograba enfadarlo.

Lo creía débil, si eso es lo que esa mujer creía estaba muy equivocada el no caería en su trampa y menos por el inútil conjuro que había (mejor dicho que él creía que había) en la habitación.

Escucho voces provenientes de la plata baja, que se acercaban hasta el, recobrando los sentidos y poniéndose alerta camino salto ágilmente a la ventana ocultándose. Vio ingresar a una mujer muy parecida a la miko, esta levanto una pequeña caja del suelo.

Kagome debió olvidaras-dijo poniendo el recipiente en el bolcillo de su delantal, deposito unas toallas y sabanas limpias sobre la cama.

Mamá sabes dónde está mi hermana, es que prometió ayudarme con mi tarea y no la encuentro por ningún lado-era Souta quien apareció tras la mujer con dos libros en los brazos.

Kagome se fue a la otra época-respondió sonriente la mujer-pero no te preocupes estará de regreso para el almuerzo.

Está bien, en estos momentos mi hermana debe estar con Inuyasha... mamá tú crees que ellos dos estén juntos.

Pues en realidad no lo sé-respondió sincera su hija no había vuelto a hablar de él, desde mucho antes de su regreso.

A mi gustaría que estén juntos-hablo saliendo con su madre de la habitación.

"Que estén juntos" repetía mentalmente el Youkai de cabellos plateados, tomando vuelo para salir de ese lugar con una sola idea en mente.

No una muy buena.

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Me alegra que les haya gustado...-les dijo a sus amigos después de entregarles a cada uno sus respectivos regalos entre ellos una bolsa de papas fritas, maquillaje y sodas luego miro a la pequeña y al sapo a su lado- lamento no tener nada para ti Lin y para ti también Yaken es que no sabía que estaban aquí.

¡Yo no necesito regalos humanos!

Señor Jaken no sea gruñón si el amo lo escuchara se enojaría con usted.

100 días con ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora