Capítulo Uno

1.6M 106K 234K
                                    

UNO

6 de Julio 2008

—¡Mamá! —grito al llegar a casa, pero el silencio es toda la respuesta que necesito para confirmar que me encuentro sola.

Voy directo a mi última adicción: helado de menta con chispa de chocolate. No me molesto en servirlo, simplemente tomo el envase, una cucharilla y me dejo caer con un resoplido nada delicado sobre el sofá.

Mi mirada de forma automática baja a mi cuerpo, analizando los cambios que vive día tras días, me siento tan ajena, como si fuésemos una entidad separada y creo que eso es triste.

Trato de decirme constantemente que mi situación no es algo trágico, que hay personas que la pasan bastante mal, pero no puedo evitar sentir esta pesadez, esta sensación de decepción, cansancio y miedo. Mi mente no descansa, día tras día me hace recordar cada encuentro que me trajo a este resultado.

Cada día me recuerdo con Jake, teniendo sexo y pasándola bien. Creyéndome invencible, libre y locuaz, cuando en realidad solo soy una idiota que se creía demasiado. que no esta tan mal mi situación, que realmente no fue un error, pero cuando mi mente empieza a recordar los sucesos que me llevaron hasta esta situación no hago más que pensar cuan estúpida he inmadura he sido, y como mis acciones finalmente tomaron forma de consecuencias con grandes cambios en mi vida. Es exactamente en ese instante en el que mi mente deambula por los episodios que me llevaron o quizás trajeron a lo que es el día de hoy.

Respiro hondo para reprimir las ganas de llorar, ya lo he hecho demasiado los últimos meses. El helado que tanto deseaba, ahora me sabe amargo ante mis recuerdos de todo el sexo desenfrenado con Jake y las consecuencias, así que con mucho esfuerzo me levanto y lo dejo en la nevera, yendo a mi habitación con la esperanza de que cambiarme a ropa más cómoda me hará sentir mejor.

Al sacarme la camisa no puedo evitar mirarme frente al espejo, primero de frente y luego de lado. Lo que recuerdo ahora es la manera en la que mi mejor amiga Bridget me encontró vomitando, aferrada a un retrete y el cómo llorando le hablé de mis sospechas.

—Sospechas que eran muy ciertas —murmuro, pasando mi mano por la hinchazón de mi vientre redondeado—. Aquí hay un bebé.

Bridget estuvo tan enfadada conmigo, pero fue quien estuvo conmigo cuando me hice las pruebas, quien me abrazo mientras lloraba y es quien en la actualidad está molesta conmigo porque parece que mi nueva especialidad es decepcionar a los que amo y no hacer nada bien.

—¡Estúpido, Jake!

Decirles a mis padres que estaba embarazada no fue sencillo, y aunque me abrazaron, aun siento el regusto de que los he defraudado, porque al igual que yo, ellos esperaban mucho más de mí. En cuanto a Jake, mi amigo con beneficios, él fue por una línea clásica «ese bebé no es mío» y aunque siempre supe que era arrogante e incluso superficial, de alguna manera esperé más, no porque lo amara, pero sí por respeto, apoyo y responsabilidad.

Ahora aquí estoy con ocho meses y medios de embarazo. Sé que es un niño, sin embargo, no tiene nombre por mi negativa a encariñarme con él y es que luego de un par de meses y de darle vuelta a la situación con mi familia, tome una decisión: darlo en adopción, creo que es la mejor opción incluso si para muchos parece incorrecto y una manera de quitarme la responsabilidad.

No quiero arruinar la vida de esta personita al no estar lista para darle la familia y crianza que merece, mentalmente no creo estar en un buen lugar en este momento.

—No pienses que no te quiero —Le hablo como pocas veces lo hago, acariciándome el vientre.

Un nuevo suspiro se me escapa mientras le doy otra caricia a mi vientre y me pongo una camisa enorme que de hecho robé de mi hermano mayor. Él bebé se mueve con entusiasmo, últimamente lo hace mucho y no puedo evitar sonreír.

H de Harry (BG.5 libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora