—Ese chichón se ve horrible —declaró Naruto mirando su frente—. Si planeas conocer chicos con golpes... Es una estrategia dolorosa.

—No seas tonto, Naruto. Mejor sentémonos a comer —dijo la pelirrosa.



Sakura observó su reflejo en el espejo por enésima vez y se volteó hacia su mejor amiga.

—Es un vestido muy lindo... pero no va con mi personalidad.

Ino se cruzó de brazos.

—Sakura, el vestido te sienta perfecto. Sé que no estás acostumbrada a dejar de usar sujetador, pero el diseño del vestido es así y debes adaptarte. Es mi cumpleaños y quiero que mi mejor amiga se vea decente.

—Está bien, Ino. Te agradezco que hayas venido a arreglarme unas horas antes de tu fiesta. La próxima vez te agradecería aún más que no lo hicieras.

Ino se echó a reír y se acercó a la puerta dispuesta a irse a terminar con los preparativos de su fiesta.

—No importa que estés molesta con tal de que te veas bonita. Te espero en mi casa dentro de unas horas. Me encantó el bolso que me regalaste, muchas gracias.

Sakura se quedó sola en la habitación. Se volteó nuevamente hacia el espejo y centró su atención en el chichón en su frente. La inflamación había cedido bastante y el maquillaje podría cubrirlo de cierta forma.

Bajó las escaleras y se encontró con su mamá en la cocina.

—Sakura, estás muy bonita. Ahora entiendo para qué fue que vino Ino. ¿Quieres comer algo antes de ir a la fiesta?

—Sí, por favor.

Después de una cena deliciosa y una charla amena con su mamá, Sakura decidió que era momento de ir a la fiesta de cumpleaños de Ino. Tomó su pequeño bolso azul y salió de su casa.

El vestido con tiras delgadas sobre sus hombros no lograrían protegerla del fresco por lo que sus pasos se volvieron más rápidos. Al momento de regresar le pediría prestado un abrigo a Ino para evitar que pescara un resfriado.

Sakura levantó la vista al doblar la esquina y a los lejos pudo ver que Sasuke se estaba acercando desde el otro lado. Las sandalias con tacones de la pelirrosa resonaban en la noche que iba perdiendo lo silencioso a medida que se acercaba a la ruidosa casa de Ino. Al parecer la fiesta estaba teniendo éxito como su amiga se lo merecía.

—Buenas noches, Sasuke —saludó la pelirrosa.

—Buenas noches.

Sakura se quedó mirándolo, sin saber qué hacer. ¿Debía seguir su camino y hacer lo posible para alejarse de él el resto de la noche?

—Ese vestido te queda bien —agregó Sasuke cuando ella se disponía a voltearse.

Sakura hizo un gran esfuerzo para no quedarse con la boca abierta. No podía creer que él le hubiera hecho un cumplido.

—También te ves bien —contestó rápidamente antes de avanzar hacia la puerta principal de la casa de Ino.

Sakura tocó la puerta y trató de mantenerse calmada. Ino abrió la puerta y su sonrisa se hizo más grande cuando los vio a ambos.

—¡Por Kami! Vinieron juntos a mi fiesta.

—Ino, no es lo que piensas. Sólo coincidimos.

—Oh, entiendo —Ino dejó de sonreír.

Sakura se acercó a su mejor amiga y le dio un abrazo.

—Muchas felicidades.

—Gracias. Es la tercera vez que me lo dices en este día. Pasa y diviértete. Los chicos están al fondo, escuchando las idioteces de Naruto.

Un sentimiento más fuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora