Desde ese momento comenzó el cortejo, siendo amigos pasaron a amantes.

Años después Tetsumi fue seducida por ese viril hombre que le hacía volar entre las nubes y sudar entre sus sabanas

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Años después Tetsumi fue seducida por ese viril hombre que le hacía volar entre las nubes y sudar entre sus sabanas. Si se preguntan qué tipo de relación tenían estos dos, la respuesta era que se amaban desenfrenadamente en un mar de placer desmedido, entrenzaban su cuerpo en un goce carnal exquisito.

Nash había intentado ganar el amor de esa doncella desde el mismo día que se lo propuso, claro era fácil para un casanova ligarse a cualquier mujer que pasaba por su costado, todas caían rendidas a sus pies. El rubio era mujeriego porque tenía una incontrolable adicción al sexo y nunca le satisfacía nada, ni nadie...Elizabeth intentaba atender cada una de sus ardientes necesidades las cuales eran infinitas, soportando la agresividad torcida, los celos agudos y cada una de sus manías extrañas. La mujer pasaba más en la cama de Nash que en otras partes, siempre estaba llena de moretones, mordeduras y chupetazos, el tipo era bestial a la hora de la intimidad por aquella lujuria indomable que le arrastraba al dominio y a la liviandad.

El problema de estar con un hombre que le hacía perder el aliento en cada toque y sucumbir a un mundo de deleite, era precisamente la cuestión del compromiso o los sentimientos involucrados; el estar juntos carnalmente en un frenesí de la pujanza como amantes apasionados ¡No era amor!

A pesar de que convivían, dormían juntos y hacían el amor a cada instante... Nash no estaba enamorado de ella. No le decía que la amaba o se quedaba en las mañanas para amanecer juntos en un cálido abrazo como las parejas de enamorados normales. Elizabeth no solamente deseaba aquel cuerpo musculoso de adonis que la hacía gemir en las noches si no el corazón de Nash, anhelaba su amor y eso era algo que no podía conseguir de ninguna manera por más que lo deseaba, era un sueño lejano e imposible.

¿Cómo hacer para enamorar a un hombre el cual lo único que quiere es sexo? Por mucho que luchaba por satisfacerle, no era capaz de enamorarle.

¿Cómo lograr un enlace emocional cuando este solamente desea algo carnal?

Claro no lo podía negar, Nash era uno de los mejores amantes que pudiesen existir y cuando su boca tocaba su piel era como si ardiese en llamas, su cuerpo vibrara por la necesidad y al deslizar esas manos callosas alrededor de su piel sentía sucumbir ante su viril presencia, era tan erótico como sensual aquella manera suya de hace el amor. Era incapaz de resistirse a esos besos tan fieros, a sus caricias rudas y este se aprovechaba de ese aspecto sensible para hacer cosas realmente sucias, ella nunca le decía que no, nunca era capaz de rechazarle de ninguna forma aun si era sórdida ¡El problema es que ella lo amaba tanto pero el solo le importara el maldito kamasutra!

A pesar de la edad, estos jóvenes se unirían en un matrimonio y Elizabeth estaba muy ilusionada porque al fin lograría casarse con el hombre de sus sueños y pensaba que aunque ese no le amase de la misma manera intensa, algún día logaría ganar su amor ¡Tenía esperanzas de llegar a conquistarlo!

La sombra del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora