Una persecución de en sueño

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¡Mierda! ¿De dónde sacan tanta energía como para correr durante diez minutos sin parar? Empecé a correr al sonar el timbre del instituto. La tienen tomada conmigo. Consigo doblar la esquina, punto para mí! Aunque solo voy siete metros por delante de ellos, me basta para llegar al instituto. Cruzo el patio y escucho sus pasos detrás de mí. ¡Estoy chorreando de sudor, no puedo más! De ahora en adelante intentaré no saltarme más clases de gimnasia. Entro por la puerta de detrás y corro, corro y corro. La última vez me dieron una paliza, no permitiré que eso vuelva a pasar, no lo permitiré. Yo valgo mucho más que ellos y, además, no quiero preocupar a mis padres, la última vez se me cayó el alma a los pies de ver a mi madre intentando reprimir las lágrimas. Escucho que abren la puerta, me meto un sprint y consigo esconderme en la taquilla. Mierda, en la taquilla estoy atrapada  “¡Soy down!”. OK, no es justamente que tenga mucha masa, pero esta taquilla es muy pequeña, me siento embutida, como un chorizo.   Mierda, no puedo respirar, ¡Joder! ¡Puta taquilla!  ¡Para que tendré claustrofobia! Vale, se acabó! Yo salgo de aquí como sea! Miro por la rejilla, no hay nadie, ¡Guay! No hay  nadie, NADIE! Abro un poco la puerta. iMierda! Algo me ha cogido la muñeca! Me estoy poniendo nerviosa, creo que es como un pulpo, que no se va a soltar (y no, nunca me ha cogido un pulpo, pero me lo imagino), voy a morir junto al monstruo, que por cierto es una mano de uno de mis compañeros. El muy jodido hace Rugby ¡me cago en  la madre que le parió! Y ahora, ¿cómo representa que yo, una chica flacucha, puede conseguir liberarse de un tío que mide 1,90 y hace Rugby? La gente está loca! Pero no cuesta nada intentarlo... digo yo. Así que intento recordar algo de todos esos tutoriales de Youtube que te explicaban como hacer llaves de karate.  ¡Mierda! ¡No me acuerdo de nada! ¿Cómo puede ser? Pues plan B, voy a gritar como una loca, como si no hubiera un mañana, cojo aire y… ¡Mierda! Del susto que llevo encima no me sale la voz! Soy la tía más gafe que hay en toda la superficie de la tierra, y eso es una mierda! De repente me tapa la boca. ¿Joder, el tío este me quiere violar o qué? ¡Encima no quiere que se oigan mis gemidos! Será capullo... Le muerdo la mano y escucho un grito familiar. Chillo para pedir ayuda y me vuelve a tapar la boca, esta vez con más fuerza. Subo la mirada para ver quién es el que me va a penetrar... ¡Hay madre de dios! ¡Santo cielo! ¿Mi hermano me quiere violar? No creo, ya tiene novia y está mucho más buena que yo...Entonces me quiere salvar! Este tío es un héroe, un jodido héroe. Lo adoro. ¡Encima es mi hermano! Entonces lo abrazo. Nunca me sentí tan aliviada, ¡no me lo podía creer! Descanso la cabeza en su hombro y puedo escuchar nuestras respiraciones entrecortadas. De golpe me doy cuenta de que este último año crecí mucho. La verdad es que él siempre fue bajo pero siempre me superó en cuánto altura. Esta vez no. Analizo la situación y creo que deberíamos salir de allí lo antes posible. Me alejo de él y me doy cuenta que estoy en el aula de plástica, suelo venir aquí en las horas de patio cuando mi amiga está con otras personas. Me quedo observando el lienzo que alguien dejó a medias. Es una pintura muy bonita, pero no consigo descifrar de qué es. De golpe escucho un portazo y veo como entran mis perseguidores. ¡Mierda, mierda y más mierda! ¡Joder! ¡Puta pintura, tan bonita tan preciosa pues me ha hecho perder el tiempo! En el aula de plástica solo hay una puerta, y ahora  la obstruyen una manada de personas sin cerebro. Estamos atrapados, se acabó. Intento buscar una salida pero las ventanas están cerradas con llave. Mi hermano ya se había dado cuenta de eso y está en posición de ataque, creo que tantos años yendo al gimnasio le servirán de algo, si no, estamos perdidos.  Creo que si salgo viva de esta me apuntaré a karate, kung-fu y otras artes marciales para aprender a defenderme solita, porque no necesito un hermano mayor que me defienda,  soy grande y tengo que buscarme un reputación… ¡Ay! Me duele hasta a mí le acaban de dar una patada en el estómago a mi hermano, y está tirado en el suelo.

No se mueve... no puede ser. Estos imbéciles no acabaran con mi hermano. No permitiré que le hagan nada, bueno, ya se lo han hecho, pero no permitiré que le hagan nada más.

Motor sin gasolinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora