Prólogo: Samuel.

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*Samuel*

La infancia que vivió Samuel fue todo lo contrario a la de Guillermo, incluso podría decirse que su niñez era sacada de la típica película americana, ¿Por qué? Sencillo. Podría decirse que Samuel nunca dejaba de sonreír, eran contadas las veces en las que este niño de 9 años no sonrío: cuando su mejor amigo se mudó del pueblo; pues su padre fue transferido de Móstoles a Osuna, en Sevilla, cuando su abuela Pilar falleció, cuando se rompió su bicicleta al bajar de una colina, y cuando su madre le echo la bronca por ensuciar su camisa blanca. No fueron más ocasiones en las que este pequeño estuvo triste, a él siempre le gustaba pasear por el parque que estaba cerca de su casa, también le encantaba visitar a sus abuelos pues en cada ocasión que iba le contaban cuentos distintos y él imaginaba que algún día viviría aventuras como las que le contaba su abuela Teresa o su abuelo Miguel, incluso con 9 años de edad se imaginaba que podía ser como los príncipes azules de los cuentos que le contaban a su prima María; vaya vueltas le daría la vida.

-Yaya, ¿crees que algún día podre ser un gran científico?

-Claro que si Samu, podrás ser lo que tú quieras si te lo propones, solamente tienes que esforzarte, el limite lo pones tú.

Y esa frase se grabó en la mente de Samuel para siempre.

--3 años después—

La vida de Samuel continuaba siendo feliz, tenía 12 años ya y su familia continuaba siendo tan unida como siempre, al ser hijo único sus padres lo consentían mucho; claramente no demasiado para que no fuera un niño mimado, y lo apoyaban en todo, nunca le falto algo a Samuel y siempre vivió en un ambiente de amor, incluso cuando se enamoró por primera vez fue apoyado por toda su familia; incluso por sus abuelos, aunque a algunos de sus tíos les costaba entender que a Samuel le gustaban los chicos, al final lo comprendieron pues a final de cuentas amor es amor, y puede venir en todas las formas, a los 12 años Samuel tuvo su primer novio: Carlos, era un niño de ojos azules y cabello castaño que iba un grado mayor que él, se querían de verdad, y aunque muchos no creen que los amores a esas edades duren mucho, la relación de estos dos jóvenes si que duró, para ser más exactos, estuvieron juntos: 2 años, 7 meses, 26 días, ¿Por qué terminaron si eran una relación tan bonita y estable? Por el trabajo del padre de Carlos que lo transfirió a Francia, y con 14 años de edad, Samuel supo lo que era tener el corazón roto.

-¿Estás seguro de que no puedes quedarte?-Murmuro Samuel entre lágrimas-yo podría darte asilo en mi casa, no tendrías que preocuparte de nada.

-No llores cariño, me estas partiendo el alma en dos, te juro que le he rogado de rodillas a mi padre para poder quedarme pero me dice que no dejará que su hijo menor se quede aquí-Carlos aguanto las ganas de llorar, no quería lastimar más a Samuel-Intentare venir en vacaciones, y te enviare cartas pero tenemos que terminar esta relación, a distancia nos dolerá más.

-Pero yo te quiero, no quiero que terminemos.

-Yo tampoco Samu, pero será lo mejor para los dos, te prometo que no te olvidare jamás.

-Y yo tampoco a ti Carlos, te quiero.

Y se fundieron en un abrazo interminable, ninguno quería soltar al otro, pues sabían que si lo hacían, Carlos tendría que irse.

-Hijo tenemos que irnos, el avión no va a esperarnos-comento apenada la madre de Carlos-No quisiera veros así pero es decisión de tu padre, y sabes como es.

Ambos se separaron y Samuel no detuvo sus impulsos, beso a su novio frente a su madre, su padre, sus hermanos, enfrente de todo el aeropuerto, no le importo lo que pudieran pensar de ellos, este sería su último beso y quería que fuera inolvidable, Carlos no contuvo el llanto, y sus lágrimas se mezclaron con las de Samuel.

"Nuestra historia"Where stories live. Discover now