- Me esperaba una conversación más acogedora o agradecimiento por venir a por ti, y no que vinieses atacándome. - Levante mis hombros mientras ponía en marcha el coche.

- Si si, más quisieras tu, ¿ayer que hiciste? - cambio de tema de una forma cortante.

- Hable con mi padre sobre lo de trabajar en las peleas, lo que te conte. Al final aceptó y me dijo que tendria una especie de prueba para ver como lo hago.

- No entiendo para que quieres trabajar en eso, ya que estás te tiras también por un puente porque es eso lo que estas haciendo, suicidarte.

- Ya sabes, me gustan los riesgos. - Sonreí­ de lado sin quitar la mirada del camino.

- Bieber, a mi no me hables con el mismo tono de voz que usas para hablar a tus ligues de una noche, es repelente. - Reí fuerte. - Bájate de las nubes, por dios.  - gruñó cabreada.

- Tienes miedo a que si te hablo asi te ilusiones como todas.

- Como si fuera a pasar, más quisieras majos ¿Vas a hacer algo esta tarde?

- Entrenamiento. - Aparque el coche en frente del colegio y cogí mi móvil.

- Oh, vaya que pena, Sofi me ha invitado a pasar la tarde en su casa y pensé que a ti te interesaría. - Se mordió el labio esperando a que cambiase de idea.

- Se cuales son tus intenciones, pero no puedo. - Hable fingiendo tristeza mientras salía del coche y Martha hacia lo mismo.

- Oh vamos, ¿y ahora que intenciones tengo yo?

- Que yo me quede con tu "amiga" -Hice comillas con mis dedos.- Mientras que tu intentas camelarte a su hermano. - Ella abrió los ojos y la boca de sorpresa. - Ni siquiera te cae bien esa chica.

- Oye no seas así.- Se quejó riendose. - Es que ya he fichado a ese bombón, necesito hacerlo de manera que no parezca que soy una desesperada. Además tu podrías hacer lo mismo con la hermana. - Me giño el ojo y yo bufé.

- Ya te dije no puedo, mi padre me mataría y no puedo echar a perder esto, tengo una pelea en menos de un mes. Me gustaría ir contigo y no aguantar a la borde de mi "entrenadora".

- ¿Entrenadora? Pensé que te entrenaría tu padre como siempre.

- Si, pero también su mejor boxeadora. Es muy borde y gruñona, pero he de admitir que esta buenísima. - Sonreí­ al recordar como estaba en el gimnasio con ese atuendo.

- Bueno chaval, pues ya puedes ir camelándotela, tampoco es muy difícil para ti, eres un Don Juan.

- No se, no creo que sea su tipo y creo que no le gusto, estudia aquí.

- Pues más oportunidades entonces, y si no le molas, pues mejor, así te centras en tus entrenos. - Me señalo con el dedo mientras fruncia su mirada. - A ver si no te vas a enamorar señorito. - Yo rei fuerte.

- ¿Yo enamorado? No creo que vayas a ver eso.

- Ya veremos eso. - Sonrió pero esa sonrisa se esfumó cuando una moto paso al lado suyo a una velocidad increíble, casi rozandola. La moto paro justo al lado de nosotros.

- ¿Eres gilipollas o que? Para conducir una moto primero hay que sacarse el carnet, por si no lo sabías. - Grito Martha. La persona que llevaba la moto parecía ser una chica por el cuerpo, esta se quito el casco dejando caer su largo pelo ondulado y se giro, en ese momento sabía que el numerito no iba a acabar bien. Alison la miro mal y siguió andando pasando de ella, uy.

- Y no se para ni para pedir perdón, zorra. - Hablo con rencor. Alison paro sus pasos y se acercó a nosotros lentamente.
Alison se paro unos segundos, pero después siguió andando, ignorando así los comentarios de Martha.
Lo cual agradecí porque conociendo su mal genio y su buena mano, mi quería amiga no acabaría muy bien.

- Déjala, no conviene enfadarla. - le advertí.

Ella me miró estupefacta. - ¿Como? ¿La conoces?

- Es Alison, la boxeadora de la que te hablé.

Entramos en el insti y ella aún no me había respondido, seguía pensativa. Entonces hablo.
- Me da igual, no puede casi atropellarme y encima no pedir disculpas ni nada. Ya me cae mal.

Me reí y alboroté su pelo ella en respuesta me pego en el brazo.
Martha y yo nos hicimos muy buenos amigos en España, cuando me fui con mi madre hace unos años.
Nos sentaron juntos en el instituto y su carácter me llamo mucho la atención. Era una chica que se mostraba muy cortante y fría pero era todo lo contrario, nos llevamos bien desde el primer día, comentando y riéndonos de los demás alumnos e, incluso profesores.

BLOW { I Trilogía Scoot }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora