- Es por Sami, imbécil- escupí enfadado. Ahora mismo mis nervios estaban a flor de piel. En cuanto oyó eso, dejó de reírse y se quedó callado.

- ¿Por Sami?- preguntó en un susurro.

- Si. El hijo de puta de su jefe la acorraló en el almacén con la intención de forzarla-

- ¿Y lo hizo?- siguió con un hilo de voz.

- ¡No! Le dio una patada en los huevos antes de que le bajara la falda-

- Menos mal...- suspiró aliviado.

- Responde a mi pregunta-

- No estoy seguro, pero puedo conseguir que lo encierren tres años con posibilidad de libertad condicional-

- Bien- sonreí con malicia- Y si la defiendo yo, se puede quedar sin libertad condicional-

- Seguramente...- hizo una pausa- ¿Como esta ella?-

- Ha llegado llorando y Niall la esta consolando. Te juro que como pille a ese cabrón se va a enterar- apreté mi mandíbula.

- Iremos los cinco a darle una buenas paliza- gruñó.

- Vale, luego nos vemos- colgué antes de que se despidiera.

Caminé hasta el amarmarito de la cocina, cogí un vaso y luego lo llené de agua. Escuché otro sollozó débil de Sami y el corazón se me estrujó. ¿Como podía un hombre hacer eso a una persona tan inocente como Sami? -¿Ayer fue inocente?- Bueno, no tan inocente.

Me dirigí al salón y me senté en el sofá al lado de Sami. Acaricié su espalda y le di el vaso de agua.

- Gracias- susurró y bebió un poco de agua- ¿Donde está Elena?- preguntó ya más calmada.

- Esta es su habitación. ¿Quieres que la llame?- preguntó Niall.

- No, no. Es muy sensible y si me ve en este estado seguro que también se pone a llorar haciendo que yo llore todavía más y nos ahoguemos con nuestras propias lágrimas- respondió limpiándose una pequeña gota de agua que se había escapado de su ojo. Bebió otro trago, tranquilizándose por completo.

- Se que es difícil de explicar, pero necesito que me cuentes lo que ha pasado para poder hacer la denuncia- agarré su mano dándole fuerzas.

- ¿¡La denuncia!?- preguntó alarmada.

- Claro, vamos a encarcelar a ese cabrón. A saber a cuantas más como tú habrá forzado- habló Niall mientras se levantaba a atender el teléfono que había empezado a sonar unos segundos antes.

- No puedo denunciarlo, voy a perder mi trabajo- mencionó asustada.

- Sami, tú no vas a volver al restaurante. ¿Y si la próxima vez se sale con la suya? No, ni hablar, tú no trabajaras más ahí- ordené.

- Pero necesito dinero. ¿Como narices lo voy a hacer?-

- Serás mi secretaria y no recibiré un no por respuesta-

- Esta bien...- suspiró rendida.

- Vaya, ha sido más fácil de lo que pensaba. Y yo que te había preparado un bonito discurso- bromeé y ella soltó una pequeña risa- Ves, así quiero verte- sonreí. Alzó la vista y me miró detenidamente hasta que se lanzó a mis brazos.

- Oh Harry, pasé tanto miedo...-

- Lo sé, lo sé, pero ya estas a salvo. No voy a dejar que nada te ocurra- susurré acariciando su pelo.

[...]

Narra Sami

- Sami...- susurró alguien zarandeándome- Sami es hora de levantarse...-

- No...- me quejé apartando su rostro con mi mano.

- Samantha que llegaremos tarde- mencionó riendo. Gemí en frustración y poco a poco fui abriendo los ojos encontrándome con una Harry sonriente- Buenos días dormilona-

- ¿Que hora es?- pregunté bostezando.

- Las siete y media-

- Todavía es temprano, no entro a trabajar hasta más tarde- mencioné mientras giraba ni cuerpo, dándole la espalda para seguir durmiendo.

- Si, pero ahora trabajas conmigo- dijo girándome otra vez.

- Noo...- puse un puchero.

- Muy bien, tu lo has querido- de un momento a otro noté como el frío invadía mi cuerpo. ¡Me había quitado la sábana!

- ¡QUE ESTOY EN ROPA INTERIOR!- grité cuando me colocó encima de su hombro.

- No hay nada que no haya visto- se burló riendo mientras caminaba.

- ¡YA ESTOY DESPIERTA! ¡BÁJAME!- ordené pataleando.

- No, tengo que asegurarme que estás bien despierta- oí como abría la cortina de la ducha y segundos después estaba dentro de ella- ¡Buenos días!- exclamó abriendo el grifo haciendo que me mojara entera.

- ¡HARRY, ESTÁ FRÍA!- chillé tiritando. Giró el grifo a la izquierda y el agua empezó a salir caliente. Suspiré sintiendo como el agua caliente rozaba mi piel.

- Joder, que vistas tengo des de aquí- ronroneó el rizado. Abrí los ojos y me lo encontré revisándome de arriba a bajo, mordiéndose el labio- ¿Sabes?Pensándolo mejor me voy a meter contigo- hizo ademán de quitarse la camiseta.

- ¡No!- lo interrumpí, cerrando la cortina.

- Oh venga...- suplicó mientras yo me sacaba la ropa interior mojada. La lancé fuera y regulé la temperatura del agua. Escuché un jadeo de Harry- No puedes decirme que no y luego lanzarme tu ropa interior mojada a la cara. ¡Eso es de mala persona!-

- No dramatizes y vete a vestir, pervertido- ordené riendo. Harry bufó y, a regañadientes, salió del baño dando un portazo.

Después de veinte minutos, salí cubierta por una toalla y me adentré dentro del vestidor. Hoy sería mi primer día en la empresa de Harry y quería dar buena impresión a si que debía vestirme con algo cómodo, pero a la vez elegante. Revisé de arriba a bajo el vestidor en busca de algo que ponerme.

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Siento si hay faltas :(

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Madre y novia a la fuga |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora