-Pero dijimos que iríamos a...-

-¡Para buscar a Carmela, Malú! ¿O qué? ¿Me voy a mudar sin ella?- Interrumpo enojada.

-Ya, ya, relaja. Tienes razón, no podemos dejar a Carmelita.- Responde riendo.

-Ay Dios, hacednos un favor ¿si? Celebrad vuestra noche de bodas, lo necesitáis con urgencia.- Dice Nali. Gaby y Pau asienten.

Narra Malú

Por fin estamos en mi casa, con Carmela a nuestro lado, apenas pasamos el umbral de la puerta, nos llega mi zoo que saltan y juegan a nuestro alrededor, adoran a Vane y reciben emocionados a Carmela. Se conocen de memoria, así es que no hay problemas de tratos.

-Voy a hacer algo de desayunar, ¿quieres?- Pregunto.

Vane niega con la cabeza y se recuesta en el sofá del patio interno. Me retiro, preparo el desayuno, regreso para volver a preguntarle si quiere algo y me muero de ternura al ver la escena: está dormida abrazada a Carmela, hasta pareciera que tiene su dedo en su boca, no me resisto y le tomo una foto. La cubro con el edredón, y no sé porque, me nace acariciar su rostro y besar su frente, ella ni se inmuta, duerme profundamente.

 La cubro con el edredón, y no sé porque, me nace acariciar su rostro y besar su frente, ella ni se inmuta, duerme profundamente

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Termino de comer, es hora de ir a dormir también, no doy más de cansancio, pero antes de hacerlo, paso una vez más por donde está Vane, Carmela ya no está con ella, juega con las demás niñas, me acerco suavemente y beso sus labios, no me puedo resistir.

-¿Qué? ¿Qué pasa?- Pregunta despertando.

-Nada, nada, que te has quedado dormida. Nada más te estaba cubriendo con el edredón.- Respondo nerviosa.

-Ah, vale, es que no doy de sueño.- Dice bostezando. -Oye ¿me has besado?- Pregunta levantando una ceja y sonriendo.

-¿Qué? ¿Yo? ¡Que creidita eres malagueña! No soy una de tus tantas amiguitas alemanas a las que besas porque sí.-

Narra Vane

-¡Joder! ¿Vas a seguir con eso? Ya, ¿sabes cómo fue? El grupo de gente se acercó bailando, y la chica esta...-

-No me interesa saberlo.- Interrumpe.

-Es que tienes que saberlo, coño, que me vuelves loca con tus celos.-

Intenta decir algo pero no la dejo, me acerco y la tomo del brazo.

-Veras, le gente se acercaba bailando, esta chica entre ellos, en determinado momento, un tío bastante grande choca contra ella y yo, para evitar que se caiga la sujeto del brazo.- Digo mostrando como lo hice.

-Ah ya, pero ella estaba pegada a tu boca, no en tu brazo.-

-¡Joder! Vale, fue algo así.-

Me pongo a saltar por la sala para mostrarle como sucedió y justo se me cruzan Carmela y Danka que están jugando. Para evitar chocarlas, doy un paso en falso pero choco a Malú, tomo de su cintura con fuerza llevándola hacía atrás, ella se sujeta fuerte de mi brazo para no caer y nuestros labios quedan a centímetros de distancia.

-¿Ves? Exactamente así.- Susurro pegada a ella.

Miro su boca, me muero de ganas de besarla, ella me mira igual, traga saliva, pero se aleja.

-Ya, ya, ya entendí. Ahora me voy a dormir.- Dice acomodándose el cabello. -Puedes tomar cualquier habitación para ti.-

Se retira antes de dejarme decir algo, me acuesto en el sofá y me quedo mirando al techo, pensando...

-No Vane, tú sabes que es mejor así. Que cada quien duerme en su propia habitación. Es que vamos, eso de compartir cama con alguien nada más por las ganas de dormir abrazadas, es símbolo de seriedad y tú y yo no queremos eso, no somos así.- Me lo digo a mi misma. -Estamos en el horno ¿verdad?-Me pregunto. -Sip, yo creo que si. ¡Joder!-

Voy a su habitación, entro intentando hacer el menor ruido posible, ella está en la ducha, me acuesto en su cama.

-Óyeme, óyeme ¿qué haces aquí?- Pregunta una vez que sale.

-Vengo a dormir.-

-No, no cariño, tienes muchas habitaciones...-

-Pero estamos casadas.- Interrumpo. -Y quiero dormir aquí, con mi esposa. ¿Tú querías que viviéramos juntas? Vale, pues yo quiero dormir en la misma cama.-

Me estudia unos segundos, asiente desafiante, se quita la bata quedando completamente desnuda, se pone el pijama ante mis ojos que no dejan de mirarla, me vuelve loca y lo peor es que lo sabe.

-Vale, si así lo quieres.- Dice acostándose. -Pero debo advertir que soy insoportable al dormir.-

-¿Solo al dormir?-

-Idiota, te vas a arrepentir de venir a esta cama. Será un pena, porque no disfrutaremos de los placeres matrimoniales.-

-¿Me estas desafiando?- Pregunto colando mi mano bajo su camiseta.

-Te estoy declarando la guerra.- Susurra en mis labios quitando mi mano.

-Te vas a arrepentir de haberme traído a vivir aquí. Esto es una guerra.-  

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