Vale, a estas alturas estaba claro que aprovechaba el desconocimiento de Clarke, para tomarse ciertas libertades. Cuando quería apenas se le notaba el acento italiano, debe ser los años que llevaba viviendo en Estados Unidos, sin embargo, cuando hablaba en su lengua materna, por mucho que Clarke temiera que le estuviera insultando, cosa que no lo era, la rubia fue un momento a la cocina para desechar el helado que comenzaba a deshacerse y a pringar su mano:

- ¿Cuál es tu segundo apellido?

Preguntó nada más salir, ya que iba a fingir ser la parejita perfecta y más valía que fuera así, para eso la pagaba. Lexa curvó la comisura de los labios:

- Coppola- Clarke puso una mueca, no sabía si estaba hablando enserio o no- Bertolini, mi segundo apellido es Bertolini.

La rubia cuan estudiante aplicada, fue a por un cuaderno que estaba encima de la mesa y comenzó a apuntar cada dato que le daba, fecha de nacimiento, lugar de nacimiento, los años que lleva viviendo en Virginia, aunque luego tuvieran que transformar su historia a una más aceptable para sus padres, aceptable no, tenía que mejorar a Finn Collins:

- No has pensado en una cosa rubia.

- ¿En cuál?

- En el caso hipotético de que tus padres me aceptaran como la hija adoptiva soñada ¿qué pasaría si tus padres quieren visitar "mis maravillosos viñedos"?

Termino dibujando las comillas con los dedos. En esa sí que le había pillado por sorpresa:

- Bueno lo "nuestro", no durará mucho, es más dudo que al final esa boda se llegue a celebrar- se levantó y agarró las hojas con la lista de qué hacer y no hacer, más los datos importantes de ella que debía saber- pienso recuperar a Finn.

Lexa ladeó la cabeza con una mueca:

- O sea una de las razones por las que quieres usarme es para dar celos al novio de tu hermana- Clarke asintió- eso es rastrero y a su vez triste que no sepas ver que en el mundo hay más gente, mi abuelo decía "Ama chi t'ama, e rispondi a chi ti chiama"[3] - Curvó la comisura de los labios- pero bueno, me pagas por ello así que- se encogió de hombros y agarró el casco para marcharse- Non sei tutto quello che ho sempre cercato, lástima [4]

- ¿Qué significa?

Preguntó ya irritada por no saber qué quiso decir o, mejor dicho, se atrevió a decir:

- ¿Quallo?

- Lo que decía tu abuelo y lo último claro está.

Lexa fue hasta la puerta y volvió a sonreír traviesa:

- Ama a quien te ama y responde a quien te llama, eso es lo que decía mi abuelo.

Se giró, abrió la puerta y se dispuso a marcharse:

- ¿Y lo otro?

- Búscalo en un diccionario italiano.

- Espera- la volvió a detener, Lexa puso los ojos en blanco y la miró- mañana hay que ir de compras, no puedes presentarte a mis padres con esas pintas.

¿Qué más da? Pensó Lexa con desesperación. Estaba claro que Clarke estaba loca por tener la aprobación de sus padres, lo que no llegaba a entender por qué quería regresar con el tal Finn ese.

Cuando llegó a su casa, dejó la lista de lo que debía o no hacer a un lado y comenzó a leer la no tan corta biografía de ella, un poco más y le escribe cuando tuvo la primera menstruación. Se le escapó una risita diabólica cuando vio el "En caso de duda, envía mensaje a este número":

Lexa: Clarke, aquí la poseedora de viñedos Bertolini, sé te olvidó darme un par de datos.

No respondió al instante, ni tampoco le hizo mucho caso al móvil, se entretuvo leyendo algún libro de viticultores, por norma general saldría e iría al bar de Raven, pero últimamente se encontraba muy ermitaña y reacia a las fiestas nocturnas. Lo asociaba a la edad y al exceso de fiestas más bien. No fue hasta entrada la noche cuando la rubia se atrevió a responder:

Solo por cinco díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora