Sonreí de forma melancólica, adentrándome en el gran parque que había antes de la entrada. Me senté allí, esperando a que el resto del alumnado llegara, otra vez completamente absorta en mi mente. Los minutos pasaron y escuchaba voces a mi alrededor, aunque no estaba dispuesta a salir de mi estado de transe. Pero inconscientemente lo hice, cuando lo vi caminar cabizbajo hacia la entrada.
Ahí estaba. Harry. Arrastrando sus pies, su cabello cubriendo por completo su frente y parte de sus ojos. Su cabello siempre era tan suave y desprolijo, que cualquier persona que estuviera cerca de él asesinaría por acariciarlo con sus dedos y enterrarlos allí. Y ni siquiera llevaba esa sonrisa encantadora, tan característica de él a cada lugar que entraba, iluminándolo en su totalidad.
Supe que no me había visto cuando continuó su recorrido y observé su espalda, algo encorvada por su posición; recordaba cada vez que la había podido explorarla con la punta de mis dedos, disfrutando de su cuerpo laxo sobre el mío. Agradecí, de todas formas, que no me hubiera visto. Porque se hubiera acercado, y si los recuerdos me impactaban teniéndolo a metros, no podía imaginarme el desastre que sería mi cerebro si él se le ocurría acercarce a mi una vez más.
A pesar de todo, dolía. Dolía demasiado verlo. Dolía demasiado saber que era inalcanzable para mí. Dolía hasta asfixiarme el saber que debería abandonarlo, saber que había renunciado a él, el viernes por la noche. Dolía y me intoxicaba el amor que corría por mis venas, que parecía envenenado con el rechazo que mi mente generaba a esa idea. Me consumía por completo saber que no podíamos estar juntos; me destrozaba y me partía el pequeño pedazo que quedaba de mi corazón en un millón de partes saber que no era capaz de amarlo en la situación que me encontraba. Me enloquecía saber que merecía más que lo que estaba pidiendo y que yo ni siquiera era capaz de dárselo, de cumplir sus malditos caprichos aunque fuera una sola vez.
Mi dolor se vio interrumpido por unos ojos café y unas manos sosteniendo mis hombros. Observé a Jennifer delante mío, hablándome preocupada sobre temas que no entendía. La saludé cuando mi cerebro lo ordenó, volviendo a la realidad. Me levanté, escuchando su monólogo sobre lo sorprendida que estaba de que estuviera allí, y de que tenía algo para darme.
Pero dejé de prestarle atención cuando vi a May a su lado, su ceño fruncido y sus labios formando una línea de desaprobación. Y por más harta que estuviera de esa maldita expresión, tenía sus motivos para tenerla y no se me ocurrió mejor idea que abrazarla justo en ese momento, esquivando a la rubia a mi lado.
Ella no devolvió el abrazo pero no era necesario; de las dos, -a pesar que a Jenn le había mentido más porque era más cercana a ella- era a la que más daño le había hecho. Porque yo sabía perfectamente como ella se sentía y compartía el sentimiento; porque sabía lo que era no haber cerrado una etapa y no poder empezar otra porque el pasado no te lo permitía, y sin embargo estaba allì; estaba allí mintiéndole, diciéndole que nada sucedería entre Harry y yo, cuando todo sucedía una vez que ellas desaparecían.
- Lo lamento. Lo lamento mucho, May.
- Sabías como me sentía con respecto a Harry. Dijiste que lo entendìas. -reclamó, abrazándome finalmente.
- Lo se.
- Pero me has mentido de todas formas porque no te interesa nada de nosotras. -se soltó, aunque yo no lo hice.
- No se hacer nada más que mentir, May. Lo siento. Nunca quise lastimarlas, de verdad me preocupo por ustedes. En verdad lo hago.
- ¿Por qué no nos has contado la verdad, entonces? ¿Por qué nos has engañado todo el tiempo? -me separó con violencia finalmente y Jenn apretó su hombro.
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All Over Again [Harry Styles]
Fanfiction❝The best way of keeping a secret is to pretend there isn't one.❞ —Margaret Atwood
Capítulo 65.
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