¿Y si te digo que me enamoré de ti?

Capítulo XXXVII

Nos quedamos en silencio, solo se escuchaba el sonido de nuestras mandíbulas comiendo la pizza.

--Jade... Sé que este tema ya estaba muerto, pero aún tengo cosas que decir... Y como estamos empezando de nuevo no quiero quedarme con las palabras atoradas en la garganta... Iré directamente al grano...
¿Todavía sientes algo por el chico que me constate?.

Sentí como el corazón me daba un vuelco.
Jamás pensé que Charly me preguntaría algo por el estilo.

--Pues... No, ya no siento nada por él. No me dejó ningún recuerdo bueno. Se enfocó en destruir todo lo que teníamos, lo hizo trizas. Y alguien quién te ha lastimado no se merece recordarlo...
Lo único que me dejó fue mi inseguridad, y el miedo de que todo vuelva a pasar, que vuelvan a jugar conmigo. Ya no quiero fracasar.
--Y... ¿Hace cuánto que fue eso? ¿Puedo saberlo?.
--Claro que puedes saberlo Charly... Hace dos meses, justo en los días que nos conocimos.
--Entonces por eso estabas así esos días... Y por eso llorabas en el parque...
Siento mucho preguntar esto, pero debemos de ser sinceros. Y yo... yo te quiero ayudar a olvidarlo para que puedas quererme de verdad.
--Yo sé que tú lo haces para ayudarme, y créeme que lo haces.
Día con día me haces sacar a los fantasmas de mi vida... Sin ti probablemente no estuviera tan bien como hoy lo estoy.
Llegaste en el momento perfecto para iluminar de nuevo mi vida, sacarme la sonrisa que había escondido en el sótano.
Me has hecho feliz a pesar de no estarlo del todo. Y me has enseñado que todo puede mejorar, y que puedes volver a confiar en una persona poco a poco.
Me ayudaste a ver lo que hacía mal Charly.
Y lo mas importante es que me has enseñado que te pueden llegar a querer de verdad.-- le dediqué una gran sonrisa.

Él sonrió ampliamente y ví como se le iluminaban los ojos.
Hoy había salido inspirada de mi casa, había decidido ponerme mi mejor sonrisa y sacar todo lo que tenía adentro, guardado junto al corazón.

--Nunca llegaría a pensar que yo he hecho todas esas cosas por ti.
Yo solo he decidido quererte, y tratar de que tú me quieras, pero jamás imaginé que causará todas esas cosas en ti Jade... --Charly dejó su rebanada de pizza y me miró fijamente, yo lo imite.-- Eres una persona maravillosa.--él tomó mis manos y las beso de una manera tierna.
--Todo eso has hecho con tu sonrisa y esa forma tan increíble de hacerme sentir bien.

Charly no soltó mis manos, las seguía sosteniendo con ternura, como si fueran de cristal, o como si no quisiera soltarlas.

--Ahora me toca a mí.--Charly se aclaró la voz.--Mi Dulcinea... A no perdón, demasiado poético.-- Charly meneo la cabeza en signo de desaprobación. Los dos reímos.
--Jade... La niña dulce y divertida que llegó a mi vida a iluminar mi corazón. La chica que me lleno los ojos de esperanza, y que me ha curado las heridas que tenía.
La chica de los ojos de perdición.
La chica de sonrisa tímida pero hermosa.
Jade... Tú llegaste a mi vida para enseñarme a volver a querer, porque de eso es lo único que no me arrepiento de haber hecho, te quiero.
Y no necesitas decírmelo algo, yo sé que esto es difícil por el momento, pero el día en el que tú digas esas dos palabritas sabré lo que sientes, y que ya estás lista para dejarme enamorarte.
Y hasta que ese día llegué yo estaré aquí, demostrándote que vale la pena abrir el corazón.
Déjame enamórate poco a poco, sin prisas, sin complicaciones.
Déjame quererte cada día que estemos juntos.
Déjame perder la cabeza con tus besos..
Solo pido eso. Mi rayito de luz...

Cada palabra que decía se me impregnaba en el alma y el corazón.
En mi ningún momento dejo de mirarme a los ojos, ni tampoco soltó mis manos, haciendo todo más hermoso de lo que ya era.

Empecé a llorar de alegría, de la felicidad que me causaba estar al lado de Charly, la felicidad de tenerlo de nuevo conmigo, y saber que a pesar de todo lo que le hice él decidió perdonarme y dejar que yo siga en su vida.