Owen - Capítulo 29: Canadiense.

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-¿También tú? ¿Y entonces, cuál es la parte divertida?

-Owen...

-Vale, prometo que me comportaré. -Acepté a regañadientes ante la advertencia de Kahli, pero me acerqué a abrazarla-. Lo que me recuerda que no voy a viajar hasta allá si no es sentado a tu lado. -Aclaré-. Josh podrá verte todos los malditos días, así que al menos debe dejarme estar contigo un par de horas más. -Ella se echó a reír, dejándome hipnotizado. Sonreí como imbécil, era increíble que aún tuviera ese efecto sobre mí. Me tendió los boletos, y comprendí que ella tomaría el lugar entre Josh y yo.

-Viajaremos juntos. -Prometió. Tomé su rostro entre mis manos y deslicé mis labios sobre los suyos con ternura, pero ella mordió mi labio inferior, haciéndome jadear, y profundizar el beso.

-Owen... -Me separé de ella de un salto al escuchar la voz de Emmett.

-Lo sé, yo... Lo siento. -Le dediqué una sonrisa nerviosa a su padre.

-Creo que es hora de decir adiós. -Las palabras de Hanna no me afectaron tanto como deberían por el simple hecho de que yo no tendría que despedirme hasta mucho después, pero no pude evitar sentir un deje de nostalgia al mirar a la rubia abrazar a Josh con una sonrisa triste, y un nudo se instaló permanentemente en mi garganta al ver a Kahli abrazar a Gerry, pues éste no le permitía despedirse de nadie más. Me acerqué y puse mi mano sobre el hombro de mi novia, quien lloraba copiosamente en silencio, intentando no demostrarle a Gerry lo mucho que le dolía, pero el niño no estaba poniéndole las cosas fáciles al rogarle que se quedara. 

El verlos así, me rompió el corazón.

-Cielo, ya hablamos de ésto... Tengo que irme. -Acarició su suave cabello negro, y él asintió finalmente, entre sollozos-. Debes prometerme que serás un buen niño. -El pequeño asintió de nuevo-. Hablaremos todas las noches, ¿de acuerdo? Regresaré tan pronto que ni siquiera tendrás tiempo de extrañarme. -Le dedicó una sonrisa rota, mientras su madre tomaba a su hermanito entre sus brazos.

-Pero ya te extraño. -Apenas y pudo pronunciarlo, Kahli se abalanzó sobre él, y lo llenó de besos.

-Lo sé, cariño. -Suspiró, pero de pronto su rostro se iluminó-. Gerry. -Llamó, a lo que el susodicho sólo pudo mirarla con interrogación-. Voy a estar lejos, y no podré cuidar de Gonopolio. -Explicó.

-¿Morirá? -Dobló la fuerza de su llanto. 

Por Odín, ésto no podía ser más enternecedor.

-No, no si tú lo cuidas por mí... ¿Puedes hacerlo? -Gerry sonrió entre lágrimas, y asintió frenéticamente.

-Lo cuidaré muy bien, lo prometo.

-Lo sé. -Lo abrazó una vez más, y supe que sería casi imposible separarlos. Una mano me golpeó, reclamando atención, y me giré para sonreírle a Max.

-Ya está todo listo. -Dijo sólo para mí. Asentí.

-Gracias, Max.

-No es nada, sabes que siempre podrás contar conmigo. -Lo sabía muy bien-. Pero será jodidamente difícil. -Sus ojos se llenaron de nostalgia, y puse mi mano sobre su hombro.

-Lo sé, Maxi, eres mi hermano. -Lo abracé.

-Cuídala mucho, y cuídate, por el amor de Odín. No hagas estupideces, porque ésta vez no estaré ahí para ayudarte. -Solté una carcajada.

-No lo haré. -Prometí.

Fue entonces cuando todos comenzaron a despedirse de todos, y fue muy duro sentir el dolor de los Geckos al dejar atrás a sus familias, a sus amigos y a sus parejas. Yo me había despedido de mis padres en casa, sabiendo que llevarlos al aeropuerto complicaría las cosas, cosa que no hice con los chicos, y debo confesar que despedirme de los Vikingos había sido lo más difícil que había hecho hasta ahora, y sentía demasiado presente la ausencia de Marcus, porque aunque sabía que nuestra amistad había terminado definitivamente, no pude evitar sentirme incompleto sin él ahí.

Geckos y VikingosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora