Se inclinó sobre una rodilla para estar a la altura del niño. La temperatura debía estar por los 20 grados, no era de extrañar que el niño temblara, no tenía abrigo ni zapatos. Su cabello negro era un desastre y tenía suciedad manchando la mayor parte de su rostro, brazos y piernas. Las pequeñas prendas que llevaba puestas tenían agujeros y eran de tela extremadamente delgada.

Tony recogió su billetera y se la guardó de nuevo en el bolsillo del pantalón.

"Ey, mira. No estoy enojado contigo por robarme. Caramba, si puedes robarme y salirte con la tuya, te lo mereces." Sonríe Tony cálidamente.

El niño abraza sus piernas en un movimiento defensivo. Aún con eso, sus ojos estaban fijos en Tony. Observaba cada movimiento que hacía, casi como si esperara que fuera a dañarlo de alguna forma.

"¿Cómo te llamas?" No hubo respuesta.

"¿Dónde están tus padres?" No hubo respuesta.

"¿Quién era ese hombre?" Aún sin respuesta.

Tony suspiró. Esto no llegaría a nada.

Parte de él quería marcharse e ir a la reunión, pero no podía dejar al niño aquí solo, en el frío. Además, estaba comenzando a anochecer, la temperatura comenzaría a bajar.

Sin ver más opción, Tony levantó al niño en brazos e inició su camino de vuelta. Pensó que habría mucha más lucha del pequeño pelinegro, pero el niño sólo lo miró con esos brillantes ojos esmeralda que poseía. Tony los miró, sintiendo que guardaban más de lo que un niño de ocho años debería, se sentían mayores de alguna manera. Pensando que era su imaginación, Tony llamó a Happy para que fuese quien pasara a recogerlos.

Cuando Happy vio el bulto en sus brazos, levantó una ceja.

"Pepper no estará feliz," dijo el conductor, sin expresión.

Oh, ya lo sabía, casi podía imaginarla en su mente.

"Ella estará bien," respondió Tony, y dejó al niño en la parte trasera del auto.

Happy cerró la puerta y regresó al asiento del conductor.

"¿Quién es el niño, jefe?"

"No tengo idea," dijo Tony mientras se ponía a sí mismo y a su visitante el cinturón de seguridad. "Lo encontré tratando de robar mi billetera. No te preocupes, lo atrapé, pero no antes de salvar su vida de ese otro tipo. Ni siquiera sabía que los Franceses eran de los que responden los golpes." Desde el asiento delantero, Tony pudo escuchar el resoplido feliz de Happy.

"¿Y qué va a hacer con él?"

Tony miró hacia abajo, al niño que se acababa de dormir ahí, arrugando su costoso traje de diseñador con sus pequeñas manos.

"No sé. Probablemente alimentarlo, y encontrarle algo de ropa."

"¿Y luego?"

Tony no ha pensado sobre eso, pero él nunca piensa mucho a futuro en sus planes. Él era más un hombre de 'Veamos qué pasa'. Pepper siempre estaba regañándolo por no comportarse como un adulto, también Steve, ahora que lo pensaba. Pero nadie decía nada cuando Clint se sentaba sobre su costoso refrigerador, oh no, ese era comportamiento totalmente normal.

"¡Ey, estaciona aquí! Voy a comprarle a este chico ropa más cálida."

Happy hizo lo que Tony le indicó y mantuvo el automóvil en marcha, mientras, su jefe corrió y entró a la tienda. Unos minutos más tarde, Tony regresó con una bolsa llena de todo tipo de cosas para el niño que dormía en su automóvil. Le dijo a Happy que le diera, y se fueron al hotel.

Eye of the Beholder  //  AvengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora