Se repetía una y otra vez en mi mente y cada vez me asustaba más lo que esos hermosos labios me habían dicho. ¿Es que Luke había visto algo que otros no?
A él no parecía darle miedo el hablarme; ni tampoco asombro. El simplemente me hablaba como cualquier chico, y eso.. eso me gustaba. Un cosquilleo extravagante recorrió mi estomago al imaginar mis labios sobre los de él.
- Reacciona , _____- dije para mis adentros.- ¿estas así por un chico? No, princesa, levanta la cabeza que se te puede caer la corona..
Pero, Quizás nunca había tenido la corona. Quizás si, pero no la quería tener. Quizás era tiempo de que otra chica reine en el instituto. ¿No era nadie sin mis amigos?
No podía dejar de pensar. Por más que intentaba alejar esos.
Pensamientos fuera de mi mente, lo único que conseguía era que el viento se burle de mi en un sinfín de melodías melodramáticas.
Metí la llave de la amistad- de la casa de Calum- en su puerta y se abrió lentamente.
- ¡un tiro más, un tiro más!-
exclamaba Mike. Miré la pantalla y Mario Bros saltaba de un lado a otro intentando agarrar el caparazón de la tortuga. negué con la cabeza. Ninguno se percataba de que yo estaba allí.
- ¡Has que gire, que ruede!- le decía Ashton. Calum saltaba de un lado a otro como si se tratara del nacimiento de su bebe, nervioso.
Estaban en la ultima etapa. Si no mataba al dragón perderían todo el juego y tendrían que volver a la partida nuevamente; partida que les había llevado completar dos años.
- ¡esta es tu oportunidad Mike, tira el caparazón directo en la cabeza!- le dijo Ashton. Pero el pobre Mike con los gritos de Ashton y los saltos de Calum no podía pensar bien. Reí.
Corrí hacía donde se encontraba la tele y ni siquiera se dieron cuenta cuando la apagué. Inmediatamente sus bocas se abrieron realmente grandes. Me miraban con unos enormes ojos y si fueran dibujos animados el humo saldría directo de sus orejas por la furia que tenían.
- Eres una...- comenzó Ashton. Mike le tapó la boca.
- ¡Oops!- me dijo Calum. Pronto sentí como sus pasos me comenzaban a perseguir; ellos eran los leones y yo era la presa. Corría de un lado a otro botando sillones, mesas, papeles. Todo desparramado. Llegué a la cocina donde la señora Hood cocinaba algo que olía tan bien que podía hasta comerlo ahí mismo. Me miró sonriente.
- ¿les has apagado el juego de nuevo?- me preguntó mientras yo me escondía detrás de ella y sentía los gritos de Mike preguntando a los chicos donde me encontraba, mientras ellos corrían por toda la casa. Asentí.
- Les tomará dos años volver a pasarlo- le dije divertida. Ella negó con la cabeza sin parar de reír.
- ¿te quedarás a cenar?
- No lo se, papá me vendrá a buscar después del trabajo
- Bien, te pondré un puesto, siempre te quedas- rió ella- A veces me pregunto si ustedes tienen casa.
- La verdad es que no- me senté en una silla tomando una lata de bebida. Ella rió con ganas. La quería tanto a esa señora. Los chicos entraron a la cocina hipnotizados por el olor.
- ¿Mike, Ashton, se quedan a cenar?
- preguntó la Señora Hood.
- Yo me quedo a dormir- dijo Mike- no quiero ir a casa, mi hermano está de fiesta.
- Y yo también me quedo a dormir- añadió Ashton. - Mi hermano no está de fiesta pero haré que haga una...
- Idiotas- exclamó Calum- ¿tu no te quedas a dormir?- me miró. Negué con la cabeza. A pesar de que en casa de Calum tenía ropa limpia; y una habitación para mi sola. Era la "habitación de invitados". Pero la única invitada que se quedaba a dormir allí la mayoría del tiempo durante todos esos años, era yo, así que su nombre era "la habitación de ___". Allí tenía ropa seca, algunos libros que llevé alguna vez para no aburrirme, y la pared escrita con cosas sin sentido que Ashton y Mike y Calum me ayudaron a completar.
- Es lo mínimo que puedes hacer después de apagar el juego- frunció el ceño.
- De echo, papá me vendrá a buscar... Vayan a dormir a sus casas- me referí a Ashton y a Mike- ¿hace cuanto que no se van?
- Solo me eh quedado tres días- protestó Mike.
- Yo no se.. Mi hermano no le preocupa- Ashton se encogió de hombro. Vivía con su hermano de veinte años ya que sus padres viajaban mucho.
- Pobre señora Hood...
- Me acostumbre- rió ella- pongan la mesa, bebes, llegará tu papá Calum.
- Si mamá- dijimos los cuatro al unísono.
Capitulo 3
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