Every Summer

Capítulo 1: El retorno

Luego de mirar por última vez esos profundos ojos azules, supo que iba a desear guardar para siempre ese día en lo más hondo de su alma. No quería conservar algún otro recuerdo que ese; ese que la hacía tan feliz, pero que también le destrozaba el corazón.

Estaba por terminar el verano y Jane se encontraba más ansiosa que nunca. Desde hace tres años no estaba en Pembroke pines y echaba de menos todo lo que había dejado en su antigua vida, sobre todo, su amiga Rebecca Clark. Desde que ella tenía memoria, Becca y Jane eran las mejores amigas. Asistieron juntas a la escuela y la única vez que se separaron, antes de irse a Malibú, fue hace cinco años a consecuencia de un traslado temporal de George, el padre de Jane; pero solo fue durante 6 meses. Becca, como le dice de cariño, ha sido su amiga y han compartido todo, absolutamente todo; seguramente porque Los Clark han vivido toda su vida a tres casas de la de los padres de Jane y, su madre Olivia y Cassie, la madre de Becca, han sido amigas desde entonces.

Desde que Jane se fue de Florida, tenía muy poca comunicación con Becca, inicialmente no paraban de llamarse la una a la otra, pero conforme pasaba el tiempo, cada una fue retomando su vida comprendiendo que ya no estarían más tiempo juntas. Desde entonces, su relación se volvió fría y distante.

A Jane le había costado mucho adaptarse a la nueva ciudad y al nuevo colegio, y se había convertido en una chica insegura y tímida, completamente diferente a lo que era antes de salir de Pembroke Pines. Hace un par de semanas, Jane le contó a Becca que posiblemente transferirían a su padre a Florida nuevamente y todo volvería a la normalidad; ella ansiaba más que nada recuperar su vida de antes, mucho más ahora que había sufrido su primer desilusión amorosa.

Eran las nueve de la mañana, Junio de 2001. El sol brillaba tanto como la ilusión de Jane de dejar Malibú en el pasado. Mientras terminaba de empacar sus libros, posters de the Rolling Stones, Oasis, Blink 182, David Bowie y Madonna encontró quizá la única cosa con la que no quería toparse nunca más. Una carta de Miles.

Jane siempre ha sido una chica muy concentrada en sus prioridades, más enfocada en sus proyectos y pasiones que en los chicos, aunque le encantaba hablar de los amores imposibles con su amiga Becca, eso nunca fue más importante que sus estudios o su mejor amiga, pero Jane comenzó a interesarse en temas de chicos después de conocer a Miles Colleman, un típico conquistador y además, universitario. Jane era una adolescente de 15 años, alta para la mayoría de las chicas de su edad, de tez blanca, cabello castaño y ojos color verde oscuro que le resaltaban mucho más al aire libre. Jane no solía preocuparse por los chicos, principalmente porque no se sentía cómoda en Malibú y porque guardaba la esperanza de regresar a Florida sin imaginarse que pronto, ella iba a sentir más deseos de quedarse que nunca. El verano pasado, el padre de Jane decidió que sería buena idea inscribirla en unas clases de tenis en el club de la empresa para que se divirtiera y saliera de casa. Por lo regular, George era un padre genial con Jane, le daba gusto en todo y no era de los típicos padres que obligan a "cumplir sus sueños frustrados" a sus hijos, además, ella era su hija menor y la única mujer, por ello, solo le importaba verla feliz.

Durante sus clases de tenis, conoció a Miles Colleman, un músico universitario muy atractivo de 18 años, un chico bastante interesante, de cabello negro y ojos azul profundo como el mar al atardecer. Salieron durante el verano y parte de la temporada de escuela. Para Jane, Miles era el chico ideal, estaba tan enamorada que durante ese tiempo olvidó la idea de regresar a Florida, todo iba marchando muy bien hasta que descubrió que no todo era como ella lo soñaba.

-Toc, toc –Fue el sonido que le interrumpió sus pensamientos.

-Es hora de desayunar. –Dijo Olivia prácticamente susurrando después de abrir la puerta muy sigilosamente. –Ya voy mamá –Contestó enseguida Jane mientras arrugaba la hoja de papel que tenía en la mano derecha.