19 de Julio de 2013

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—Sí, Señor, no se preocupe, no diré nada negativo.

—Perfecto mujer, solo te toca esperarme.

Erick se acercó a mí, muy cerca y antes de irse me dio un beso, ¡me robó un beso de piquito! Y yo no pude negarme. No debía negarme. Él sonrió y se fue como si nada, ¿ya comenzábamos a crear una rutina? ¿De que él se fuera a trabajar y yo me quedara en la casa tranquilamente a esperarlo? ¿Cuándo carajos se le iba a ocurrir que me iba a tocar?

Luego de que se fuera, recordé que me dijo que no me maquillara, no sabía a qué hora fuera a regresar y antes tenía que ir a hacer ejercicio, así que sabía que tenía razón de que no lo hiciera, además no quería tardarme en todo lo que tenía por hacer, por si llegaba y me fuera a castigar por no estar preparada para él. Me daba risa a mí misma, tener que pensar en aquello, si hace meses me dijeran que yo tenía que comportarme de esta manera los tacharía de locos, ni en el más terribles de mis sueños me imaginaba algo así, pero la verdad es que esto no era una pesadilla, sino mi terrible realidad y fuera como fuera, tenía que hacer mi trabajo lo mejor posible.

Pararme ante aquel espejo ya se estaba convirtiendo en algo normal, volví a tomar el blazer, y me lo puse, era raro, pero tenía frio, realmente estaba helada, me dejé los tacones, me hice un moño alto y me fui a la cocina. En efecto Efrén estaba ahí, para cuidarme, no sabía qué hacer, así que solo le dediqué una sonrisa que él me regresó con un pequeño asentimiento de cabeza. Entré en la cocina sin mucha hambre, busqué el cereal, pero raramente no había, busqué en todas las alacenas, pero nada. Así que fui por algo de yogurt que si encontré, busqué la granola y los mezclé, no tenía estómago para otra cosa, tomé un poco de leche y dejé todo impecable antes de salir de la cocina.

En la entrada me topé de nuevo con Efrén me asustó, pero traté de que no lo viera.

—Me voy a cambiar para hacer ejercicio.

Él me asintió y fue detrás de mi mientras yo iba a mi cuarto.

Entré en el vestidor y me cambié toda, busqué en la isla de en medio, dónde sabía que había ropa de deporte, saqué una pequeña playera de tiras finas y unos leggins... Yo odiaba los leggins, pero no había otra cosa, así que me tuve que poner unos negros, busque unas zapatillas de deportes y milagrosamente me las encontré en la estantería de los zapatos, hasta abajo y atrás, tenía que haber, era obvio si me pedía que hiciera ejercicio, pero vaya que me costó encontrarlas.

Salí de la habitación y Efrén estaba como siempre, esperando en la puerta.

_Estaré en la sala de ejercicio.

—Sí, Señora.

¡Wooh! Tenía voz este hombre y una muy grave, de esos de los actores que salen en la televisión y que intimidan solo con escucharlo. Tenía voz potente.

Me dirigí a la sala a hacer ejercicio. Comencé con la caminadora, tranquilamente, traía el reloj puesto para ver que no hiciera tiempo de más, media hora estaba dispuesta a hacer y hasta cierto punto porque necesitaba hacer algo y despejar la mente, estar en ese cuarto como tonta, no me hacía bien.  Luego de 10 minutos en la caminadora me fui a la bicicleta, quería hacer 10 en 3 aparatos y así lograr la rutina del día. Pasé luego a la elíptica y terminé haciendo ejercicios yo misma de estiramientos y demás, luego de 40 minutos salí, fui a el despacho de Erick, Efrén de nuevo iba detrás de mí, me abrió el lugar y luego uno de los estantes, sonreí al darme cuenta de que Erick iba a cumplir una de las cosas que me prometió, iba a tomar un libro. Busqué uno que no conociera, casi toda la literatura inglesa la conocía, pero quería buscar algo diferente, algo que me hiciera no pensar en mi realidad. Busqué y me encontré con un título que me llamó la atención, "aura" había escuchado de él pero no había tenido la oportunidad de leerlo, suponía que ahora era el momento.

Atrapada ||Completa||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora