1. Mala suerte

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Capitulo 1.

Mala suerte.

No podía creerlo, ¡era un conejo!

—Santo cielos, ¡que cosa más hermosa! — chille abalanzándome hacia al animal. Cargue a conejo colocándolo a mis brazos mientras acariciaba su suave pelaje. Amaba a los animales, para mí era los seres más increíbles del mundo y cada vez que veía a uno, no dudaba ni un segundo en abalanzarme hacia sus brazos —. Eres lo más tierno que mis ojos han visto.

—Solo es un conejo — recalcó Ji Dwi.

—Sí y tu eres solo un chico y te crees la gran cosa — Ji rodó sus ojos con desagradado mientras daba un ligero suspiro. Seguí acariciando al conejo por unos segundos pero pare en seco en cuanto sentí las pisadas fuertes de Ji Dwi acercarse a mí.

El chico se posiciono a mi lado quedando a mi altura, mirando fijamente al animal que llevaba en mis manos.

—Quizás sí eres tierno.

—Te lo dije — fueron a cabo de unos segundos para oír la suave risa del chico en mi oreja.

—Creo que caí en su ternura — sonrió de lado. Su sonrisa era tan cálida que podía llegar a ser calmante, dándome una paz interior que hace mucho andaba buscando.

—Cr-creo que debemos de irnos— coloque al conejo de nuevo al piso mientras me levantaba rápidamente del suelo, limpiando algún rastro de tierra que quedaron mi atuendo. Estaba nerviosa y no sabía porque.

Ji Dwi me miro como si fuera un bicho raro; lo entendía, mi comportamiento era bastante raro que incluso habían veces que ni yo misma lo entendía.

—Ya es tarde y es muy seguro que mi familia se preocupe por mi ausencia — me excuse aun sabiendo que no era cierto. Simplemente era así, alejaba a la gente antes que ellos pudieran tomar algún control en mi, era como una clase de autodefensa personal que tuve que optar hace muchos años.

—Entiendo. ¿Puedo acompañarte? — negué sucesivas veces.

—No haces falta, se cuidarme sola.

—Lo sé — murmuró —. Pero por esta vez déjame acompañarte

Mordí ligeramente mi labio superior. Estaba en una especie de batalla mental entre aceptar su oferta o no, pero al final solo me dedique a suspiras profundamente y a asentir.

—De acuerdo.

Ji Dwi sonrió coqueto, parecía que la idea de llevarme a mi casa le hacía bastante feliz. El chico sujeto con ligera fuerza de mi mano derecha, empujándome hacia la salida del bosque.

Mientras el paloteaba sobre lo feliz que estaba de haber conocido a una personas nueva, pues a lo que pude escuchar, acababa de llegar a la ciudad —que si lo vemos de un punto de vista diferente, eso explicaría bastante la razón del porque su rostro no me parecía familiar— y no conocía a absolutamente nadie; yo simplemente pensaba si era buena idea haber aceptado su petición.

Caminamos por todo el camino en silencio. El ambiente se volvió algo incomodo para los dos, era como si todos los temas de conversación que pudieran haber existido en la vida, se hayan espumado de nuestras cabeza dejando único una gran y enorme barre de hielo.

—Aquí es — anuncie. Ji Dwi no dijo nada, solo se dedico a asentir mientras que yo me alejaba de su vista.

— ¿Desde cuándo vives en Seorabeol? —su pregunta fue repentina y a la vez, bastante curiosa. Casi nadie hacia ese tipo de preguntas aquí, por el simple hecho de que nunca se ha conocido a alguna persona que ha salido de la ciudad y ha podido volver.

Hwarang [En Proceso De Corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora