El viento golpea en mi cara, y yo lo disfruto, siento la arena deslizarse por mis pies, es una sensación relajante. El agua inesperadamente sube de más mojando mi pies, está fresquesita.  Miro hacia atrás, todos están metidos en su tema, ni siquiera notan mi presencia. Aprovecho para quitarme el blusón, le dejo sobre la arena y me adentro poco a poco en el agua, lo disfruto. Me sumerjo bajo el agua y salgo a la superficie. Pataleo, pataleo y pataleo para mantenerme a flote. Unas manos me toman de la cintura, evito alterarse, pues reconozco sus dedos.

—Así que has preferido venir sola, ¡Eh!— Murmura divertido.

—No, solo quería caminar un poco, lo de entrar al agua ha sucedido sin planearlo. Y tú, ¿Me persigues?

—Para nada, están pidiendo las bebidas cuando vi que no estabas en tu lugar, no te encontrabas muy lejos cuando te hallé con la mirada. Decidí posponer las bebidas para otro momento. —Desliza sus labios por mi oreja. —Prefiero estar aquí, contigo.

—Me matas, Paul. —Giro soltándome de su agarre. —Eres todo el tiempo romántico, muy dulce, atento.

—Solo contigo. Soy un frío y calculador empresario durante el trabajo, puedo permitirme ser otro mientras no se hable de negocios. Además, dicen que todo hombre que trata bien a una princesa, fue criado por una reina, y he aprendido a mi madre. Ella sabe ser cualquiera de sus Judith en el momento adecuado, y yo ahora, quiero ser Paul, el enamorado empedernido como tú dices.

Embobada, así me quedo.
Que tan maravilloso regalo me ha dado la vida. Me acerco y le beso en los labios, lo amo.
Jugamos en el agua, nos divertimos juntos como si no existiese nadie más.

Pasados unos minutos estoy agotada, no puedo más. He pasado de la efusividad al cansancio, las ganas de dormir me invaden. Hoy nos hemos levantado muy temprano y de noche no dormido bien, esta vez Paul la pasó mal, tomarse lo restante de mi extraño licuado favorito de espinacas no se lo ha tomado a bien su estómago, me ha tocado acompañarle como él lo hace cuando estoy mal. Pide las bebidas y bebo el zumo heladito que me ofrece, conversamos sobre el paisaje y una que otra cosa más, soy consciente de lo que dice hasta que su voz se va diluyendo en el aire.

***

Despierto confundida y abrazada a una almohada, ¿En qué momento llegó a mí? La suelto y me siento en la tumbona, estoy sola, ¿Qué mierda?

—Se ha despertado la bella durmiente. —Escucho una voz que murmura de lo más divertido. Flyn. —Me han dejado a tu cargo.

—Oh, ¿Qué tanto he dormido?

—Casi una hora, Luz ha tirado la mesa completa y ni eso te ha despertado—. Sonrío.

—Supongo que el cansancio viene con el paquete, ¿Dónde están Paul y Luz?

—Han ido por unas de las cosas que usan ustedes, las... —hace unos gestos raros con las manos, la mímica no es lo mío—, toallas. —Dice finalmente, se ha sonrojado. —Nunca he podido con eso, pero Paul es todo un sinvergüenza y se fue a ayudarle. Alguien no podrá ingresar más al agua.

—Una pena que lo dijeras hasta ahora, no podré comprobar eso yo misma. —Llevo mi mano al vientre.

—Tampoco es que me diesen demasiado tiempo. —Murmura. —No lo tomes a mal, eso solo que aún no salgo de mi estado sorpresivo. Hasta hace unos años estaba salvándole el culo a Paul, y ahora resulta que será padre. Él es un buen tipo, y tú una buena chica, lo sé porque de lo contrario no te hubiese dejado entrar en su vida. ¿Sabes? Cuando me comentó que había conocido a alguien, di brincos de alegría, creí que después de... —se pausa un momento.

— ¿De su pasado, de su ex? Que es una idiota he de decir. —Me sincero. —Lo sé todo. Y ese tipo de cosas debes quedarte atrás, lo aprendí recientemente, hay situaciones que no podrás remediar y tampoco borrar, pero puedes aprender a vivir con ello, después de todo forman tu ahora. Lo verdaderamente importante es lo que puedes hacer hoy.

LA CHICA DE UN ZIMMERMAN (TWO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora