Holmes bajó la mirada pretendiendo elegir su próximo bocadillo y murmuró tratando de aparentar indiferencia.

- Si no fuera así no hubiera iniciado una relación con ella.

El doctor rió brevemente ante las respuestas siempre indirectas del detective.

- Ya deja de torturarlo. -Intervino Mary poniéndose de pie.- Imagina cuan caótico deber estar su palacio mental tratando de procesar las palabras que concuerden con sus sentimientos.

- Mi palacio mental es un mapa que guarda información que es o puede ser crucial y necesaria no "procesa" palabras que expresen...

- Si, si, como digas.

Mary acudió a Joan para llevarse a la bella durmiente ante la mirada indignada de Sherlock.
Joan se acercó y se sentó tratando de evitar mirar los bocadillos en la mesa.

- ¿De qué hablaban?

- De nad-

- ¡Así que ahora son pareja! -interrumpió John a su amigo-.

La doctora sonrió y bajó la mirada ligeramente avergonzada.
Comprendiendo que ya era suficiente John Watson cambió el tema de conversación para poder pasar un agradable tiempo junto a sus dos amigos.
Las horas pasaron volando y sin darse cuenta la tarde se avecinaba ya.
El matrimonio Watson despedía ya a Sherlock y a Joan en el umbral de la puerta.
Justo antes de que ambos partieran Mary los detuvo.

- Algo más. No vayan a aceptar ningún caso al menos por dos o tres días.

Holmes y la doctora fruncieron el ceño extrañados.

- ¿Te das cuenta de que es como pedirle que no respire? -alegó Joan refiriéndose a su compañero-.

Mary negó muy convencida de lo que decía.

- Dedíquense un poco de tiempo a sí mismos. Si continúan saltando de caso en caso se les va a olvidar que tienen una relación.

Sherlock suspiró incómodo. Joan lo notó y apresuró la despedida calmando a Mary e insistiendo en que tomarían en cuenta su consejo.
Mientras iban en el auto Sherlock permanecía sospechosamente silencioso.
Hechándole un vistazo de soslayo Joan se atrevió a preguntar:

- ¿Te molestó lo que dijo Mary?

- ¿Por qué no vamos al Museo Británico?

- ¿Qué? ¿Por qué? ¿Necesitas investigar algo?

- No. Mas bien sería una visita ociosa. Claro, si deseas ir. No querrás perderte la oportunidad de ir conmigo.

Joan alzó una ceja ante la mirada divertida de Holmes.

- Sé algunos datos interesantes que los guías no. -se apresuró a agregar-.

Ella sonrió sin apartar la mirada de la carretera y finalmente asintió.

Tal vez una visita al museo no sea la primera idea que acuda a la mente para una cita, pero en aquel momento ni siquiera pensé que fuera una cita. No porque careciera de romance, sino porque se sentía como algo más que eso.
Con Sherlock Holmes nada es común y corriente. Pero dentro de esa singularidad suya yo me siento a gusto. Es diferente convivir con él, pero es agradable.
Ir al museo con él, caminar de un lado a otro con paso calmado, admirando las valiosas piezas y escuchándolo decir cosas que yo no hubiera imagino sobre cada cada una.
Fué perfecto.
Saber lo que él sabe, caminar juntos, observar algo juntos, reflexionar juntos.
Es perfecto.
Tal vez esto sea muy cliché pero siento que ambos somos piezas de un rompecabezas que encajan perfectamente. Dos piezas, cada una con una imagen diferente pero que al ser unidas además de encajar, forman una imagen un poco más comprensible de la totalidad del rompecabeza.

You can't solve me (SherlockBBC/Joan WatsonCBS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora